Fitz Roy 1952. Lionel Terray & Guido Magnone
El espectáculo es impresionante. Jamás hemos visto nada tan salvaje como el Fitz Roy y sus satélites. Un primer plano casi absolutamente vertical se pierde entre las nubes. Frente a nosotros, un hervor de nubes agitadas por la tormenta deja entrever inmensas paredes de roca