“Lo terrible no es la altura sino la pendiente”, dijo Friedrich Nietzsche. Algunas personas encuentran, sin duda, el placer en lo terrible, e incluso lo convierten en una necesidad para vivir. Se pueden practicar actividades más o menos absurdas para buscar esta adrenalina que desprende lo terrible, y una de ellas es el esquí extremo.
En este primer artículo de la serie de esquí extremo realizada por Kilian Jornet para nuestra revista Kissthesnow, el atleta catalán relata cómo surgió su interés por el mundo del esquí de pendiente y se remonta a los pioneros de esta disciplina y a sus intentos, con éxitos y fracasos, en aquellas paredes del mundo que en muchos casos superan los 50 grados de inclinación: Sylvain Saudan, Serge Cachat, Anselme Baud, Patrick Vallençant, Heini Holzer, Bill Briggs, Marco Siffredi, Jean-Marc Boivin o Patrick Gabarrou, entre otros.