Vivian Bruchez y Sam Anthamatten, dos leyendas del esquí de montaña, invitan a Philip Crivelli, un apasionado de este deporte, a escalar y esquiar la cara norte del Breithorn (Zermatt) y los couloirs Passerelle y Aiguillettes (en Chamonix).
“Cuando conocí a Vivian Bruchez, sabía que era un esquiador de pendiente pero poco más. La primera vez que me puse los esquís junto a él fue en la cima del Chardonnet, en otoño de 2012, con la intención de descender el Éperon Migot en su cara norte. En la mitad del mismo había un estrechamiento para superar una barrera rocosa, una chimenea ancha de unos cuantos metros. Al llegar allí vi como Vivian se acercaba a ella hasta que las espátulas y las colas tocaron la piedra, entonces dejó caer su espalda hasta que ésta estuvo apoyada en una de las caras de la chimenea poniendo los esquís en la contraria. Empezó a bajar, usando la espalda, las manos y los esquís, como si estuviera desescalando. «Esto es dry ski», me dijo mientras yo intentaba comprender cómo podría bajar por allí”. Estas son palabras de Kilian Jornet relatando su primera experiencia en la montaña con Vivian Bruchez, publicadas en nuestra revista de skimo y freeride, Kissthesnow.