Honnold corre literalmente por las últimas placas, y tensa la cuerda al máximo pasándola por detrás de uno de los árboles de la cima de El Capitán. Anima a su compañero. “Come on Tommy! Come on!” Caldwell no había mirado el reloj, ni una sola vez. Sale del último techo cogiéndose de una de las cintas y se dirige a las últimas placas corriendo ya hacia Honnold, pero entonces su cuerda se atasca y tiene que parar a deshacerse el ocho. Una vez liberado, corre hacia el árbol. 2:10 le grita Honnold. Aunque habían recuperado el récord de The Nose batiendo el tiempo de 2h19’44’’ establecido por los jóvenes Brad Gobright y Jim Reynolds, el sueño de bajar de las 2 horas se resistía.
Finalmente, el 6 de junio de 2018, y tras varios intentos frustrados, Alex Honnold y Tommy Caldwell consiguieron escalar The Nose, en El Capitán, en tan sólo 1 hora 58 minutos y 07 segundos rompiendo con su ascensión la barrera de las dos horas en este imponente muro de 900 metros.
Cuando la escaladora Lynn Hill la liberó en 1993 le llevó más de 4 días completar un reto que finalizaría con su celebre: “!Sale en libre, chicos!”. Al año siguiente repitió la vía en menos de 24 horas. Aún hoy, podemos contar con los dedos de las manos las personas que han sido capaces de escalar en libre esta cotizada vía de Yosemite. Lo que Honnold y Caldwell se planteaban era sin duda una vuelta de tuerca. Querían escalarla usando cualquier tipo de progresión para intentar completar la ascensión en menos de dos horas.
Para Honnold, la clave del récord estaba en escalar fino, tranquilo, relajado y flotar por la ruta, pero para Caldwell aquel récord eran palabras mayores. Como el diría: «un “BIG GAME”» en toda regla. Honnold no se había caído nunca en aquella vía, pero Caldwell ya había hecho diversos “vuelos” de más de treinta metros en el icónico Capitán.
Su primer intento de velocidad en esta línea lo hicieron en cerca de 3 horas -02 h 57 min-. Un crono que los dejaba aún muy lejos del récord. A cada nuevo intento, la cordada Honnold – Caldwell afinaba en su escalada, dejando más y más material en el coche y apostando por una ascensión con cada vez menos seguros, más pasos en artificial y “jumerando” en algunas secciones. Arriesgando a cada largo, escalando juntos y asegurándose prácticamente de reunión a reunión. Llegando a hacer varios intentos en días consecutivos sin descansos. En su cuarta tentativa, Caldwell sufrió una caída de 30 metros y Honnold evitó lo propio cogiéndose de la cuerda, pero sufriendo una importante quemadura en uno de sus dedos. Parecía que el récord se resistía. Debían recortar tiempo en la sección inicial, pero ¿cómo conseguirlo?
Caldwell instaló un seguro en los primeros largos y repitió los metros iniciales de la vía una y otra vez hasta aprenderlos prácticamente de memoria y conseguir escalarlos con total fluidez.
El día del récord, Caldwell escaló la sección del Sickle en unos sorprendentes 11 minutos y 60 segundos, una sección donde un escalador normal suele emplear toda una jornada.. Llegaban a “The Boot Flake” en 56 minutos, momento en el que Honnold asume el liderazgo de la cordada. Caldwell había conseguido con su performance bajar esos cinco minutos necesarios para batir el récord. Honnold se vio con esto obligado a llevarlos hasta el éxito, disparándose en los últimos largos más verticales a 762 metros de altura
Un récord de velocidad para la historia en el que Honnold cumplía el sueño de toda una vida: escalar The Nose en menos de 2 horas. Este video es el ascenso real que batió el récord, de abajo hacia arriba, en una única toma. El time lapse más épico que verás.