Desde que hizo cumbre por primera vez en el Mont Blanc siendo una adolescente, Liv Sansoz supo que su vida estaría en la montaña. Se proclamó dos veces campeona del mundo de escalada deportiva y, con el tiempo, amplió sus horizontes profesionales a la escalada mixta, el esquí de montaña y el salto BASE. Numerosas lesiones jalonaron su carrera, pero una fortaleza interior desmesurada le permitió seguir adelante tras cada revés. En 2001, cuando estaba cerca del nivel más alto jamás alcanzado por una mujer en la escalada, una caída puso fin a su carrera competitiva. En 2017, a los 40 años, afronta el reto de escalar los 82 picos de más de 4.000 metros de los Alpes en un solo año. Si el suizo Ueli Steck logró la secuencia en dos meses, el francés Patrick Berhault perdió la vida en el intento. Se requiere una gran resistencia, dosis de paciencia, una experiencia alpinística contrastada y una condición física excepcional. El 11 de septiembre de 2018, en la cumbre del Mont Blanc, Liv Sansoz culminó una aventura que comenzó con el Gran Paradiso entre el Valle de Aosta y el Piamonte. Al completar la integral de Peuterey, Liv se convirtió en la primera mujer francesa en escalar los 82 picos de más de 4.000 metros de los Alpes, pero, como ha aprendido varias veces a lo largo de su vida, las cosas no siempre salen como se planean.