“Entre los esquiadores que hoy en día están llevando el esquí de pendiente en altura al siguiente nivel está el polaco Andrzej Bargiel, quien con tan sólo 30 años consiguió en 2018 el primer descenso desde la cima del K2. Después de dos años de intentos, logró llegar a la cumbre sin oxígeno para bajar buscando una ruta sin tenerse que quitar los esquís, con tramos de gran pendiente y exposiciones diversas. Luis Stitzinger, quien en 2011 esquió la ruta Kukuczka desde 8.000 metros, definía así la dificultad de esquiar el K2: «tienes que ser un muy buen esquiador extremo y darlo todo siempre porque no hay ni un solo metro plano. Sales desde mucha altura entre rocas y hielo, y en la parte baja hay nieve húmeda y pesada como mantequilla, con riesgo de avalanchas limpiando los couloirs». Andrzej terminó este sueño de Kammerlander, David Watson, Stitzinger o Fredrick Ericsson, un sueco con gran experiencia en esquiar en grandes montañas que murió en el intento de descenso de la pirámide pakistaní. No era la primera vez que Bargiel esquiaba pendientes a esta altura, pues pese a su juventud ya había esquiado el Manaslu, el Shisha Pangma y el primer descenso completo desde el Broad Peak”. Estas líneas están extraídas del segundo artículo de la serie sobre esquí extremo que Kilian Jornet realizó para la primera temporada de Kissthesnow.