“En Leadville este año, la motivación era mucho más interna, de ahí, creo, los nervios tranquilos y la actitud despreocupada en los días previos a la carrera. Me interesaba ponerme a prueba con la distancia y el recorrido y ver cómo responderían mi mente y mi cuerpo al desafío… Veía a mis competidores como simples cómplices con el mismo objetivo. Su presencia era necesaria para ayudarme a encontrar mis límites, no para servir de adversarios”.
El hombre, el mito, la leyenda. Anton Krupicka irrumpió en escena en 2006 ganando su primera carrera importante: la Leadville 100, la icónica carrera que dio sus primeros pasos en 1983 con sólo 45 corredores que hacían el épico viaje de 100 millas a través del escarpado terreno de las Montañas Rocosas. Al año siguiente volvió a hacerse con la primera posición en el mismo escenario. Con un puñado de otras victorias notables, ni siquiera Anton puede explicar la popularidad que ha alcanzado. Lastrado por las lesiones, el corredor americano se vio obligado a abandonar la competición durante años y muchos se preguntaban si uno de los corredores más populares de la historia volvería alguna vez.