“Creo que, en nuestros días, lo que hacemos nosotros representa lo que eran las actividades en las montañas de 8.000 metros que se hacían hace 20 o 30 años, en cuanto a la búsqueda de la exposición y a la aventura. Claro que me gustaría hacer un ochomil algún día, pero esto implica mucho a nivel económico. Si algún día tengo la oportunidad, buscaría rutas para abrir, adaptándolo a nuestro estilo más alpino, no por vías normales, con esas largas colas que han eclipsado un poco el alpinismo. Me refiero a rutas que de algún modo han quedado escondidas por la visión más comercial de las montañas”.
“¿Si me dieran el Piolet d’Or algún día? Sería como llenar esta parte agradable de que lo estás haciendo bien y que gusta a la comunidad escaladora, pero tampoco ganar un premio, un trofeo o algo material es un objetivo de vida. El mío es disfrutar y tener las ganas y la ilusión de ir a estos sitios, sin pensar en si determinada actividad será merecedora o no de un premio por no ser lo suficientemente difícil o expuesta. Si un día llega, pues es un reconocimiento agradable de saber que estás haciendo cosas que gustan en la comunidad de la que somos parte, pero no me gustaría que fuera un motor”.
Llevábamos un tiempo sin hablar con Bru Busom, uno de los montañeros que más admiramos en estas páginas por su compromiso con un alpinismo de riesgo y exposición. Su forma de entender la actividad siempre va asociada al disfrute con la montaña y con sus compañeros de cordada. El alpinista de SCARPA, en esta ocasión, reflexiona sobre temas tan complejos como la incertidumbre, la libertad, la ambición o el futuro de este deporte o, mejor dicho, en su caso, estilo de vida. Siempre es un placer encontrar gente con valores tan auténticos. Gracias, Bru.