“Esta ruta fue diferente. No tenía esa frustración. No tenía mucho que demostrar. Se basó en el puro disfrute. No había estrés: estaba muy contento de estar ahí fuera con mis amigos haciendo algo que me gusta”.
Tras el desgaste físico y mental que supuso encadenar La Dura Dura, Chris Sharma se alejó temporalmente de ese nivel de escalada extrema. Aparte del rendimiento deportivo, quería disfrutar del estilo de vida asociado a esta disciplina y viajar buscando lugares espectaculares, remotos y aislados, con vías largas y salvajes. Estuvo en Omán, pasó mucho tiempo escalando en Estados Unidos, Australia, Mallorca, volviendo a las raíces puras y a la espontaneidad de la escalada. Y, cuando sus días de escalada al más alto nivel parecían haber quedado atrás, decidió intentar una de las vías técnicamente más difíciles del mundo: El Bon Combat.
“Creo que Chris es uno de los mayores talentos para la escalada que existe. Escala por instinto puro. Si no le apetece, no lo hace, y así puede tirarse un mes, pero si tiene ganas y anda motivado, escala con muchísima fuerza. Es como si no necesitase entrenar mucho para escalar duro. Tiene un grandísimo poder mental”. Dani Andrada