“Lo primero que pensé fue en bajar, pero inmediatamente me di cuenta de que, si lo hacía y le dejaba allí, no iba a poder vivir con ello. Volví a reponerme, preparé agua y salí con muy poca confianza en mis fuerzas. Tras cuatro horas, llegué a su encuentro y le di el agua. La agradeció mucho. Conseguí que llegase al punto más alto para retomar el camino hacia el campo IV. Entonces, fui a la tienda para hacer más agua mientras le esperaba. Le costó tres horas hacer 20 metros de desnivel”.
Verano de 1994. Iñaki Ochoa de Olza ha tenido que abandonar su intento a la cumbre del K2 al sufrir una durísima caída tras romperse una cuerda fija. José Carlos Tamayo y Sebastián de la Cruz son los primeros en alcanzar los 8.611 metros de su cumbre. En el descenso, se cruzan con Juanjo San Sebastián y Atxo Apellaniz que se dirigen a ella. Ramón Portilla también ha tenido que desistir por graves problemas estomacales. El descenso de Juanjo y Atxo, tras alcanzar la cima a horas muy tardías, comienza a complicarse por el mal tiempo. Una avalancha se lleva por delante a Juanjo quien está a punto de caer a un vacío de 3.000 metros. Ambos compañeros quedan separados. El cansancio comienza a poner en verdaderos problemas a Atxo. Inicialmente desde el campo base, el resto de integrantes de la expedición asisten preocupados a un trágico desenlace.