“No es lo mismo soñar que vivir tu sueño. Ésta podría ser una frase de autoayuda barata, un aforismo para captar audiencia en las redes sociales, uno de esos eslóganes motivacionales que la gente se tatúa por el cuerpo, y también una reflexión de Mathéo Jacquemoud hablando de su exitosa y tumultuosa carrera deportiva. Cuando se abandona la abstracción y el simbolismo de la poesía y bajamos a la tierra, estas frases se llenan de significado. Con esto de vivir los sueños, Mathéo hacía referencia al peaje que hay que asumir para hacerlos realidad. Soñar es gratuito y no cuesta nada. No implica ningún cambio, sacrificio, ni coste para nuestra vida. Sólo hacer volar las mariposas de la cabeza. Llenar los sueños de contenido, en lo que al esquí de montaña de competición se refiere, supone asumir todos los sacrificios para llegar a la excelencia. No quedarse con lo agradable de soñar, sino aceptar la parte menos luminosa, pero que es indispensable para que al final se haga la luz. Mathéo Jacquemoud soñó y decidió vivir su sueño. Por esto ganó en poco tiempo todo lo que un atleta de alto nivel de esquí de montaña puede imaginarse: Pierra Menta, Mezzalama, Patrouille des Glaciers, copas, campeonatos del mundo y todo lo que se pusiera delante. Incluso el récord del Mont-Blanc. Pero esto tenía un coste, y Mathéo pagó con unos años tempestuosos a nivel mental el peaje de querer vivir su sueño”. Palabras de Marc Pinsach en el artículo sobre Mathéo Jacquemoud publicadas en Kissthesnow.
Este vídeo, apoyado en las palabras de Kilian Jornet, cuenta la caída y el ascenso del grandísimo esquiador francés Mathéo Jacquemoud.