Enero-Febrero de 1952. Expedición francesa al Fitz Roy en la Patagonia.
“El espectáculo es impresionante. Jamás hemos visto nada tan salvaje como el Fitz Roy y sus satélites. Un primer plano casi absolutamente vertical se pierde entre las nubes. Frente a nosotros, un hervor de nubes agitadas por la tormenta deja entrever inmensas paredes de roca y hielo de una inclinación inconcebible”.
“A las 16:40, en la cumbre, hacen flamear las banderas argentina y francesa. Colocan un mosquetón Cassin en una olla eoliana y arrastran encima el bloc más grueso que les sea dado mover. Comienza entonces una desesperada carrera de descenso. Desde abajo es ya imposible ver a Lionel Terray y a Guido Magnone. Las nubes han cubierto la cumbre, pero el viento intenso aún no se ha levantado”.