Exuberancia natural, dureza extrema, tradiciones que vienen de nuestros ancestros como el Silbo Gomero, carácter afable de sus habitantes, excelente gastronomía, terreno salvaje y bello a la vez, calma, silencio… Esta carrera es una forma excepcional de dar a conocer una isla que tiene muchísimo que enseñar, pero a la vez es una competición deportiva, y una realmente dura. Basta pensar en que la modalidad maratón, la Miel de Palma Maratón, salva un desnivel positivo de unos 3.300 metros en 43 kilómetros, una distancia que, partiendo desde Vallehermoso, cruza toda la isla de noroeste a este, en dos partes claramente diferenciadas. En la primera, se adentra en el territorio de la frondosidad, de las montañas barrancos salvajes plagadas de laurisilva que probablemente tenga su punto culminante en la cascada El Chorro del Cedro, en Hermigua, un salto de agua natural de 150 metros de altura. Tras una dura subida entre exuberante vegetación, de la que ponen a cada corredor en su sitio, y para la que hay que guardar todas las fuerzas posibles, de repente, prácticamente sin darnos cuenta, se entra en una segunda parte mucho más árida, de esas que nos exigen buscar en nuestro interior para encontrar las fuerzas necesarias para sobrevivir al calor de los barrancos camino de la ansiada meta de San Sebastián de La Gomera. Gomera Paradise es una carrera de grandes contrastes.