Tras concluir en el Himalaya la primavera pasada el macro proyecto “LOS 4 ELEMENTOS” iniciado en 2017 en la Patagonia, los hermanos Pou pusieron rumbo de nuevo a la Cordillera Blanca para intentar saldar una cuenta pendiente que no pudieron resolver el año anterior debido a las adversas condiciones en territorio andino. Ante ellos una colosal montaña de cimientos de granito coronada por nieves eternas que impresiona y estremece por sus verticales paredes de roca y hielo y sus constantes caídas de piedras. Un gigante entre los gigantes de la zona: el Ranrapalca, con su imponente cara noroeste nunca antes escalada. Una pared de casi un kilómetro vertical, que alcanza de manera vertiginosa esta famosa cumbre de 6.162 metros, que los alpinistas vascos, junto a Micher Quito, se aventuraban a ascender por primera vez en la historia.
”Una escalada dura, expuesta y muy larga. Dura, porque escalar una pared tan grande con cerca de 20 kg a la espalda multiplica la dificultad. Expuesta, porque estando a final de temporada y con el calor que ha hecho este año, los desprendimientos de piedras y hielo que caían a nuestro alrededor eran constantes. Y larga, porque con 900 m de desnivel y más de 1.000 m de recorrido, esta cara noroeste del Ranrapalca es una de las más grandes que hemos ascendido nunca”.