“De Pirineos salté a las hermosas cumbres de los Alpes, escalando y fotografiando algunas de sus montañas más míticas, como el Cervino, el Mont-Blanc, la Aiguille Verte o el Dent du Géant. Poco a poco comencé a soñar con montañas más altas y lejanas: Alpamayo y Aconcagua en los Andes, Mckinley en Alaska, Ama Dablam, Khan Tengri…, entre otras muchas cimas, dejando de lado por falta de tiempo las actividades más técnicas, como la escalada en hielo y en roca.
En 2009 conseguí ascender mi primer ochomil, el Cho Oyu, sin uso de oxígeno artificial ni apoyo de sherpas de altura. Quedé fascinado y atrapado por aquellas inmensas montañas. A partir de ahí se sucedieron intentos al Broad Peak, Makalu o Manaslu, y cumbres como la del Lhotse, sin uso de oxígeno artificial, o la del Everest en 2018. En mis fotografías trato de darle protagonismo absoluto a la naturaleza”.