El 07 de abril de 2018, uno de los principales referentes del mundo del trail de nuestro país sufría un grave accidente al caer en una sima de quince metros de profundidad durante el transcurso del Maratón de los Pastores de Portudera (Asturias). Lo normal, por la altura de la caída y las características de la cavidad, es que no hubiese logrado salir con vida, pero lo hizo. Lo que siguió fue un período extremadamente difícil. A las importantes lesiones físicas sufridas en la caída, al poco, y como posible consecuencia de la misma, tuvo que hacer frente a la pérdida parcial de la visión en su ojo izquierdo. Numerosas pruebas para descartar complicaciones neurológicas graves como tumores cerebrales se hicieron necesarias, así como la necesidad de tratamiento psiquiátrico y psicológico para superar estas adversidades.
Tres años después del accidente, Jokin Lizeaga volvía a ponerse un dorsal para hacer frente a un reto personal que trascendía lo meramente deportivo: un recorrido de 28 kilómetros y 1.750 metros de desnivel por Onddo, Adarra, Onddi, Santa Bárbara y Buruntz, los montes que rodean Urnieta, su localidad natal, para dar un paso más en su recuperación y agradecer la ayuda recibida de las personas más cercanas. Una muestra más de su enorme personalidad.
“Él siempre ha estado ahí. Se ha ganado el respeto de todo el mundo porque es una persona que sabe dónde está. Eso es muy difícil. Cuando hay buenos resultados, todos se acercan a darte la palmada, pero Jokin es de esas personas que pasarán los años y seguirá siendo respetado y admirado por todo el mundo. Es puro carisma”.
