“Fue una ascensión muy extraña. Tuve muchas diferentes emociones y pensamientos durante el pegue. En la primera parte, hasta pasar el bloque, fue cuando más concentrado estaba. Sólo pensaba en darlo todo y en clavarlo al milímetro. Sentía todo perfecto entre mi escalada, mis gritos de rabia y mi respiración. Sin embargo, al pasar el bloque, en la sección de resistencia, me desconcentré bastante pensando en lo bien que iba y en todas las veces que había hecho esa parte de arriba estando mucho más cansado. Pensar ahí nunca es bueno. Empezaba a ponerme muy nervioso mientras reposaba. Al mismo tiempo, cuando salía de los reposos era capaz de volverme a concentrar gracias a la respiración, aunque de alguna manera no me sacaba de la cabeza que iba a encadenar. Esto pudo ser bueno -o no- porque tenía la necesidad de hacer todos los movimientos de manera sólida, sin escalar de manera fácil o muy rápida, ya que esto podía llevarme a cometer un fallo. En la última parte, llegando a la reunión, fue igual que en la sección anterior, pero aquí podía pensar más ya que tenía más reposos. Nunca me había puesto tan nervioso. Incluso me dolía la tripa por los nervios. Pero, al mismo tiempo, no sé por qué, lo estaba disfrutando, ya que sabía que no iba a caer, que iba a chapar la cadena”.
Bibliographie (9b+), en Céüse, se ha convertido en una de las vías más emblemáticas del mundo. Hasta este mes de septiembre, eran cuatro los escaladores que habían conseguido encadenarla: Alex Megos, Stefano Ghisolfi, Sean Baley y Seb Bouin. Aunque el primero propuso inicialmente una dificultad de 9c, los repetidores dejaron el grado en 9b+, algo que fue aceptado por Megos. Hace unos días, Jorge Díaz-Rullo unía su nombre al de estos escaladores y a la historia de la vía.