Lo que le negó la pared olímpica se lo ha dado la roca. El sabor amargo de la experiencia pasajera abanderada por los cinco anillos de colores sobre fondo blanco dio paso al éxtasis que sólo puede encontrarse en la inmortal pared de roca. Tras un verano donde todas las miradas se desviaron hacia el debut olímpico en estructura artificial de un deporte cuya historia ha venido marcada por la apertura de vías inverosímiles por parte de hombres y mujeres en imponentes escenarios naturales, el mes de octubre trajo una vez más la épica al aire libre. Una joven italiana de no más de 20 años lograba por primera vez en la historia de la escalaba femenina encadenar un 9b/+ al realizar la primera repetición de la vía más dura de Italia: Erebor, en el muro de Eremo di San Paolo en la localidad de Arco. La gesta, más allá de marcar un hito en los registros femeninos, estrecha aún más la diferencia existente entre hombres y mujeres en el deporte y coloca a Rogora entre la élite de la escalada sin distinción de género.