EL TIEMPO. Esa máquina que nunca se detiene. Ha pasado ya más de un año desde que realizábamos aquel artículo para conmemorar el X aniversario de la marca que alimenta nuestros sueños deportivos: 226ERS.
En aquellas líneas destacábamos cómo en 10 años, 226ERS se había convertido en compañero inseparable de entrenamientos y competiciones de unos deportistas que ya utilizaban casi 2.000.000 de cápsulas de sales, cerca de 400.000 barritas y más de ocho toneladas de geles energéticos, sabiendo que en sus ingredientes sólo encuentran productos naturales y de primera calidad que les ayudan a llevar su rendimiento al máximo. También resaltábamos la concienciación ecológica de la marca que trabajaba duro para llegar a ser una empresa 100% ecofriendly.
Pero hoy toca hablar de otro tipo de productos que lanza 226ERS desde hace ya un tiempo. Hablamos de esas prendas que en la mayoría de los casos incluyen bandas de tres colores -rosa, amarillo y azul- y que cada vez se ven más cuando corremos por la montaña, salimos con nuestras bicicletas o visitamos pistas de atletismo en nuestros entrenamientos. Llaman la atención desde el principio, tanto que a los pocos días de lanzar un nuevo producto, al menos el que escribe, comienza a verlo con asiduidad. Es lo que tiene aunar diseño y calidad técnica. Y por supuesto también funcionalidad. Se hace muy presente que en su desarrollo participan personas que han convertido la práctica deportiva en parte de su estilo de vida.
El éxito está en disfrutar del camino, no en el resultado final. Quien interioriza esta máxima, está preparado para tener una larga vida deportiva. 226ERS, con sus productos para la nutrición y con su línea de ropa, nos ayuda en el proceso y alimenta nuestros sueños.
#FEEDYOURDREAMS