Vestía camiseta blanca, pantalón crudo, zapatillas anaranjadas y mochila negra. Sin estridencias. No le hacía falta. Sabía que su material estaba desarrollado con las más avanzadas tecnologías fruto de muchas horas de trabajo del departamento de I+D de su principal patrocinador. Todas sus prendas pertenecían a la última colección Summit Series Trail Running de The North Face, que se presentan bajo la campaña Run The Numbers.
Mostró calma cuando se dio la salida, adoptando un ritmo de buen corredor, pero no de élite. Pasó por el primer avituallamiento, en Tête de la Tronche, en 27ª posición cuando ya se había disputado más de una hora y cuarto de carrera. Y a partir de ahí, comenzó su espectáculo, su caza. Fue remontando posiciones con calma, sabedor de que tenía la victoria en las piernas. Sólo tenía que mantener el ritmo e ir pasando, uno a uno, a los 26 rivales que le precedían. Era inevitable. Probablemente había visualizado su carrera. Tendría tiempos estimados de paso. Si alguien quería ganarle, era muy sencillo: sólo tenía que superar el suyo a la entrada de una enfervorecida Chamonix.