“Te adentras en el bosque y serpenteas entre los pinos que finalmente se abren, y allí -ante ti, sobre ti, a tu alrededor- un mar de granito se eleva directamente desde el talud, impresionante por sus colores y su enorme volumen; y terrible por el vacío que se instala en tus entrañas cuando tus ojos recorren sus titánicas columnas y aristas…
Estábamos a más de 750 metros en la pared ahora, en la parte realmente buena. Aquí la exposición es tan enorme, y tu perspectiva tan distorsionada, que el mundo horizontal se vuelve incomprensible. Eres un astronauta de granito, colgando en una especie de urdimbre espacio-temporal. Y si hay algún lugar en el que entenderás por qué los hombres y las mujeres suben a las montañas, es aquí, en estos diedros venteados, en lo alto del cielo”. John Long, tras su ascensión histórica en The Nose en 1975, la primera escalada de la vía en el día, en la que invirtió 15 horas junto a Jim Bridwell y Billy Westbay.
The Nose, la icónica vía de big wall que se eleva 900 metros por la proa central de El Capitán, siempre ha sido un imán para soñadores audaces empeñados en empujar los límites exteriores de lo que es posible. La primera ascensión de la pared “inescalable” duró 45 días, en un período de 18 meses, desde julio de 1957 hasta noviembre de 1958. En 1960, la segunda ascensión duró 7 días. Pasaron otros 15 años, en 1975, antes de que la ruta fuera escalada en un día. La mayoría de los escaladores de hoy en día llegan a la cima después de pasar 3-4 días en la pared.
En 2012, Alex Honnold y Hans Florine escalaron la ruta en unas escalofriantes 2 horas 23 minutos 46 segundos. Una marca que la mayoría pensaba que nunca se superaría… hasta la mañana del 21 de octubre de 2017, cuando, tras 11 intentos anteriores, Brad Gobright y Jim Reynolds hicieron lo impensable, estableciendo un nuevo y asombroso récord en la enorme, expuesta y aterradora vía: 2 horas 19 minutos 44 segundos.
