“El Trofeo Mezzalama es una carrera excesiva. La odias o la amas. Exige un cariño, una paciencia y un compromiso superlativos. La fuerza de los elementos que hacen acercarte a ella es tan grande como la que puede alejarte. En esta tensión navegan la motivación y las ganas de los trescientos equipos formados por tres corredores que se acercan a Cervinia a finales de abril para transitar encordados por los glaciares valdostanos del Monte Rosa hasta Gressoney-La-Trinité. Pasar por las cimas del Castor, a más de cuatro mil metros de altura con su vertiginosa arista, y por el Naso del Lyskamm, con su habitual hielo azul, no deja a nadie indiferente. Frío, viento, mal de altura y la sensación de estar sobrepasados por el paisaje de alta montaña son los elementos que desde 1933 -la decana- atraen a los participantes. Una carrera donde el nombre de esquí alpinismo cobra todo su sentido y profundidad”. Esto son palabras de Marc Pinsach para su artículo “Una cita con la historia del esquí alpinismo” que publicamos en el cuarto capítulo de la primera temporada de Kissthesnow.