Entre los próximos días 8 y 11 de mayo, Transvulcania celebrará su 15ª edición. Desde aquel lejano 2009, año de la celebración de la primera, muchas cosas de esta carrera se han mantenido, algunas han cambiado y otras, u otra, se ha recuperado. Entre las primeras, la majestuosidad de una isla que parece que nació de entre las profundidades del mar para ser el escenario perfecto de este deporte; entre las segundas, la ampliación a otras distancias más allá de la modalidad ultra de las que a continuación os dejamos algún dato técnico y palmarés, y que este año incorpora dentro de un Plan de Accesibilidad Global, una carrera inclusiva con Joëlette; y entre las últimas, las perdidas y recuperadas, el vínculo de un pueblo con SU carrera, a la que ama y adora hoy como el primer día, tras años grises en los que pareció que la Transvulcania le daba en cierta medida la espalda.
Transvulcania hay que vivirla, aunque sea una sola vez en la vida. Muchos consideran que en cuanto a recorrido es la mejor carrera del mundo, no sólo por su belleza sino porque tiene todo el sentido del mundo que permite conocer gran parte de la isla de La Palma. Yo añadiría algún motivo más: el calor de la gente, su perfecta organización, las calles y el ambiente de Los Llanos de Aridane, la música, la perfecta convivencia entre aficionados y los mejores corredores del mundo, la omnipresencia de la montaña y del océano… Transvulcania es mucho. Vuelve LA REINA.