25 Sep ANTONIO MARTÍNEZ. Sangre fría y tempestad en Chamonix
Hay pocos corredores en el pelotón internacional que tengan la sangre fría de Antonio Martínez. Antes de comenzar una carrera, siempre está entre los favoritos. Pero cuando arranca, lo hace con tanta calma que parece un corredor más del pelotón. Conoce muy bien su cuerpo y trata de dosificar esfuerzos para llegar a los últimos kilómetros con fuerza. Muchos le dicen que quizás debería ser más agresivo en las salidas, pero él prefiere mantenerse firme en este planteamiento. Mal no le va. Hace unas semanas, consiguió repetir podio en la OCC, la carrera de UTMB que probablemente ofrece más espectáculo. En esta charla, analizamos con el corredor de SCARPA la misma y tratamos alguna que otra cuestión.
Por Kissthemountain
Antonio: Hola, Juanmi. ¿Qué tal? ¿Cómo estás?
Kissthemoutain: Todo bien. ¿Y tú? Muchas felicidades por ese podio en la OCC.
A: Gracias. Todavía estoy con la resaca emocional del fin de semana en Chamonix y recuperando el físico, que estas carreras desgastan muchísimo. Volví el sábado por la noche después de la carrera.
K: ¿Un viaje muy largo?
A: No, lo que pasa es que casi pierdo el avión y estaba un poco estresado.
K: Estarás muy contento, ¿no?
A: Muchísimo.
K: Antes de llamarte, he leído la entrevista que te hicimos el año pasado justo antes de la OCC 2022 en la que quedaste segundo. Me decías que esta prueba no era una que te fuera bien, que tenía 3.500 positivos y que te costaba trabajo encontrar ese desnivel por donde vives. Me comentabas que ibas porque había que estar allí. Parece que no se te da tan mal esta carrera [Risas].
A: Sí, quizás en esa entrevista, tenía en la memoria la anterior OCC, en la que me tuve que retirar. El año pasado, pude ir tres semanas antes para prepararla y me fue muy bien. Saqué mucho desnivel entrenando por allí y, sobre todo, pude pasar el agosto fuera de Alicante, que es un horno. Este año, no me lo pensé. Tres corredores de SCARPA alquilamos un chalet y pudimos estar entrenando y preparando específicamente la carrera.
K: ¿Con quién estuviste?
A: Con André Rodríguez, Sergio Pereyra y Josemi Muñoz Egea, el fotógrafo.
K: ¿Has disfrutado mucho? Me refiero a esos días, durante la carrera y tras el podio.
A: Hemos estado muy bien las tres semanas que pasamos allí. Obviamente, la carrera es la guinda y quieres que salga bien, pero, si no hubiera sido así, tampoco habría significado el fin del mundo, porque hemos disfrutado mucho. Aunque el objetivo era preparar la carrera, al final es trabajo y vacaciones a la vez.
K: Yo también disfruté mucho viéndote correr. Lo hice por la televisión. Me encantó. Ese estilo que tienes es un espectáculo. En esa charla que te he comentado, me decías que tu forma de afrontar las carreras quizás fuera un poco conservadora de más. Creo que era una época en la que hacías muchos segundos puestos y se te resistía la victoria. Comentabas que preferías llevar un ritmo constante, sin picos ni caídas. Algo que me gustó mucho fue cuando me insistías en que, aunque la gente te decía que corrías de menos a más, tú lo hacías de igual a igual, con un nivel de esfuerzo constante.
A: Creo que mi estilo no ha cambiado de una OCC a otra. Salgo al ritmo que creo que puedo mantener durante toda la carrera y trato de centrarme en dosificar el esfuerzo, cuidándome y comiendo bien para llegar a la parte final de las carreras lo más entero posible. Lo que sí que creo es que he dado un pequeño salto de calidad, pero no por eso salgo más rápido.
K: ¿Sigues compitiendo sin pulsómetro?
A: Así es. Únicamente lo uso en algún entrenamiento específico, pero no en competición, donde sí que llevo puesto el reloj, pero sólo para mirar ritmo, distancia y tiempo para tomarme los geles. Información básica, pero no el pulso. Voy centrado en mí. Los datos están ahí, aunque no los utilice demasiado. Sí a posteriori para analizar la carrera.
K: Imagino que habrás analizado ya la carrera, pero déjame que te cuente tu evolución en cuanto a puestos por avituallamientos: Champex-Lac, 21º; La Giète, 17º; Trient, 15º; Col de Balme, 8º; Argentière, 7º; La Flégère, 4º, Chamonix, 3º. Pienso que lo más habitual en un corredor que aspira a estar arriba es tratar de salir con los primeros. Si ven que otros favoritos se van, se ponen nerviosos. Tú en cambio, pasas en 21ª posición por el primer avituallamiento sin aparentemente alterarte, ¿Cómo se gestiona esto?
A: Nervioso no me pongo. No sé si es por mi forma de ser o por mi pasado en carreras de orientación en las que al final corres tú solo sin saber el resultado hasta que llegas a meta y terminan todos. Te centras en tu carrera y ya se verá. Aquí, lo hago de la misma forma. Además, con los pocos años que llevo en el trail, me he dado cuenta de un patrón que se repite mucho en los corredores de mucho nivel, y en los no de tanto, que es salir a tope hasta que se aguante. Si sale bien, perfecto; si no, pues nada. Los Stians [Antonio se refiere a Stian Angermund] y esta gente no fallan nunca, pero a muchos les puede salir cara o cruz. En la OCC de este año, sí que me entraron algunas dudas al ver que en Trient pasé con el mismo tiempo que en la pasada edición, y que sin embargo iba el 15º, cuando el año pasado era sexto. Además, llevaba a tres o cuatro corredores detrás, a dos segundos. Sabía que había dosificado y que podría adelantar algo, pero ni por asomo pensaba que podría meterme en podio o entre los cinco primeros. Lo veía muy lejano. Me centré en seguir haciendo mi carrera de manera consistente. En la última parte, me encontré con muchas fuerzas.
K: Y a pesar de esas dudas en Trient, y pensando que era casi imposible meterte en el podio, no te da por apretar… Me sorprende para bien esta forma de tomarte la competición. Te lo digo con total sinceridad.
A: Seguí igual. De hecho, de los tres o cuatro que llevaba detrás, sólo uno y yo paramos en el avituallamiento. El resto, no. Antes de la carrera, tenía pensado parar en todos a beber agua, cuidarme y seguir con el mismo ritmo. Así lo intenté hacer. Me daba igual si al final era el 12º o el sexto. Sabía que para conseguir un buen puesto en meta, había que mantener la calma y tener la sangre fría en determinados momentos.
K: Y al siguiente punto, en Col de Balme, a pesar de salir de Trient el 17º, llegas octavo. Debe de ser una sensación increíble ir adelantando a tanto corredor y pensar que estás entrando en carrera.
A: Ese tramo era prácticamente un 80% en subida y un 20% en llano por una senda un poco técnica. Como dices, en la subida vi que, entre comillas, sin demasiado esfuerzo, se iban quedando atrás mientras yo mantenía el ritmo que llevaba. Creo que influyó el hecho de que en la bajada hacia Trient no me tiré como un loco. Iba bastante entero. Me motivó mucho que en esa subida empecé a adelantar a caras conocidas y que sobre el papel eran más favoritos que yo. Me refiero a Nadir Maguet o a Bart Przedwojewski. A lo lejos, antes de llegar a Col de Balme, vi a Francesco Puppi y a Robbie Simpson, que son de los que suelen quedar entre los tres o cinco primeros en prácticamente todas las carreras. Ahí, me lo pude medio creer un poco, pero aún quedaban dos horas de carrera. En estas tan largas, puedes ir bien y de repente sobrevenirte un bajón sin saber de dónde. Confíe mucho en mí y en el trabajo que había hecho.
“Creo que mi estilo no ha cambiado de una OCC a otra. Salgo al ritmo que creo que puedo mantener durante toda la carrera y trato de centrarme en dosificar el esfuerzo, cuidándome y comiendo bien para llegar a la parte final de las carreras lo más entero posible. Lo que sí que creo es que he dado un pequeño salto de calidad, pero no por eso salgo más rápido”.
K: Imagino que es un punto de inflexión esta subida a Col de Balme. Has pasado a Maguet y a Przedwojewski, y ves a Puppi. ¿La mente pasa de las dudas a ver que quizás se podría dar el golpe?
A: Sí, Juanmi. Además, a raíz de la edición del año pasado, sabía que en Trient empezaba la carrera. Ahí llevas dos horas y cinco o diez minutos. Quedan dos subidas y dos bajadas largas. El año pasado, en esa subida fue donde me acerqué mucho a Manuel Merillas. Tenía confianza en ese tramo. El problema era que este año recortaron el recorrido unos cuatro kilómetros y la subida era por otro lado, algo menos técnica. Creo que la del año pasado me iba mejor. Aun así, tenía confianza. Me cantaban parciales del primero. Me decían que Stian Angermund estaba a seis o siete minutos, pero a mí esa referencia no me interesaba porque sabía que no le iba a coger. Ya lo vería en meta [Risas]. No sabía en qué posición iba exactamente, pero al ver la gente que había adelantado, sabía que iba bastante delante. Había también corredores chinos con los que no contábamos, dos o tres. Ahí fue donde me empecé a creer que podría estar en puestos delanteros, entre los cinco o seis primeros.
K: Pasan muchas cosas en medio, pero me voy a la meta. Llegas a 21 segundos de Francesco Puppi y a unos dos minutos y medio de Stian Angermund. Esto que te voy a preguntar no es fácil. A posteriori, ¿dónde crees que estaban esos dos minutos y medio que te sacó Stian? No sé si tiene mucho sentido esta cuestión, pero ¿sabes dónde se pudo perder ese tiempo? ¿Piensas que quizás podrías haber salido más fuerte o no haberte contenido tanto en algún tramo, aunque hubiese supuesto penar más luego? ¿Me explico?
A: Mucha gente me pregunta que por qué no salgo más agresivo. Podría intentarlo, pero me siento muy cómodo corriendo con este estilo. Aunque hubiera acabado sexto en lugar de tercero, también estaría contento, porque al final es un planteamiento que hice y mantuve. El año pasado salió bien y este quería repetirlo, pese a que el nivel fuera mayor. Quizás, si quiero luchar por la victoria, tengo que salir más adelante, pero tampoco creo que esa sea mi posición. Pienso que Stian estaba un paso por delante de todos y así lo demostró. Si no le pasaba nada, se iba a llevar la victoria. Los otros puestos estaban más abiertos. Veía muy difícil, aunque no imposible, meterme en el podio otra vez ya que para mí esta edición ha tenido más nivel que la del año pasado. No me arrepiento de nada. Si tuviera otra vida paralela en la que pudiera ver qué pasaría con otra estrategia o planteamiento, sería genial. Pero también otros corredores lo harían. Son decisiones que tomas antes o durante la carrera. Hay que ir a tope con ellas.
“Nervioso no me pongo. No sé si es por mi forma de ser o por mi pasado en carreras de orientación en las que al final corres tú solo sin saber el resultado hasta que llegas a meta y terminan todos. Te centras en tu carrera y ya se verá. Aquí, lo hago de la misma forma. Además, con los pocos años que llevo en el trail, me he dado cuenta de un patrón que se repite mucho en los corredores de mucho nivel, y en los no de tanto, que es salir a tope hasta que se aguante. Si sale bien, perfecto; si no, pues nada”.
K: Te entiendo perfectamente y me dice mucho eso de que no todo es ganar la carrera, sino ser fiel a unos planteamientos que te hacen disfrutarla, pero no me has dicho dónde podrían estar esos dos minutos y medio.
A: [Risas]. No lo sé. Dos minutos y medio o quizás más si Stian hubiera tenido a alguien apretándole. Creo que la victoria habría estado más a mi alcance si Stian hubiera cometido un error que si yo hubiera encontrado un acierto. Con Stian, he coincidido en ocho o nueve carreras y no hay ninguna en la que me haya quedado más cerca de 15 minutos. Haber estado a dos o tres es bonito para mí. Me hace sentir parte de la élite.
K: Háblame de planificación previa a la carrera.
A: Este año empecé diferente al pasado porque en enero tuve un problema con el tibial posterior que no me ha permitido meter tanto volumen. He modificado ciertos aspectos como, por ejemplo, no hacer apenas tiradas largas de más de dos horas, no doblar nunca corriendo -ahora lo hago con la bicicleta-. He hecho intensidad dos o tres veces por semana. Las semanas previas en Chamonix aproveché para meter más desnivel de la cuenta. Si normalmente hago 3.000 o 4.000 metros a la semana, allí es muy fácil hacer 7.000 u 8.000 con menos esfuerzo. Si a eso sumamos que me sentí mejor con el tibial posterior, me fue fácil acumular tres semanas muy potentes de cara al objetivo.
K: ¿Y más concreto de planificación de la propia carrera? ¿Llevas tiempos de paso estimados? Supongo que el recorrido lo llevas muy estudiado.
A: Sólo tenía el punto de paso de Trient. No quería mirar nada porque prefería centrarme en mis sensaciones en el momento. Sabía mi tiempo de paso a mitad de carrera del año pasado. Además, la subida después de Trient había cambiado, como te he dicho, por lo que no iba a ser relevante. Estando en Chamonix, hicimos partes del recorrido divididas en varios días, pero sin tiempos ni nada. A veces rodando suave; otras metiendo series. El día de la carrera hizo menos calor que el año pasado y eso provocó que bebiéramos menos. Sin embargo, sí que comí más hidratos que el año pasado, a pesar de que la carrera era un poco más corta. Los asimilo bien y eso también me ayuda a llegar con fuerzas a la parte final.
“Me motivó mucho que en esa subida empecé a adelantar a caras conocidas y que sobre el papel eran más favoritos que yo. Me refiero a Nadir Maguet o a Bart Przedwojewski. A lo lejos, antes de llegar a Col de Balme, vi a Francesco Puppi y a Robbie Simpson, que son de los que suelen quedar entre los tres o cinco primeros en prácticamente todas las carreras. Ahí, me lo pude medio creer un poco, pero aún quedaban dos horas de carrera. En estas tan largas, puedes ir bien y de repente sobrevenirte un bajón sin saber de dónde. Confíe mucho en mí y en el trabajo que había hecho”.
K: Ya te gusta más la carrera, ¿no?
A: [Risas]. La carrera en sí, por supuesto. Lo que engloba, lo que la rodea supone mucho estrés. Los días de antes hay que estar con la prensa, con sesiones de fotos, de vídeos, entrevistas, la gente habla de ti y genera expectativas muy altas… Todo eso me genera un poco de estrés, y eso que yo no soy de ponerme nervioso. No me gustan los días previos. Yo disfruto corriendo. Lo demás, obviamente, forma parte del juego, pero intento evitar lo máximo posible ciertas cosas. Aplazo los eventos que se puede a después de la carrera. Los dos días de antes quiero estar tranquilo, con las piernas para arriba y centrado en la carrera.
K: ¿Volverás a la OCC?
A: Creo que estaré de nuevo en Chamonix y que será OCC, pero, a día de hoy, no lo sé. Voy temporada a temporada. A ver cómo acaba esta. Me doy cuenta de que UTMB es el evento donde hay que estar. Es muy mediático, el nivel sube, las marcas están encantadas de que estés allí… Si quieres hacer vida con el trail, hay que ir a UTMB y tratar de lograr un buen resultado.
K: Ya se verá. ¿Y este año? Tu temporada está siendo buenísima. No te has bajado del podio. Tienes victorias en Calamorro Skyrace y en Madeira Skyrace, e hiciste un tercer puesto en Skyrace des Matheysins. Todas son de las Skyrunner World Series. Imagino que será uno de tus objetivos.
A: Sí, quedan dos o tres carreras antes de la final. Puntúan tres más The SkyMasters. La final la haré seguro, en Limone, a final de octubre. No sé si correré alguna más hasta ahí. Puede que Gorbeia Suzien o Ultra Sanabria, pero no estoy seguro. A principios del año me planteé tres caminos que estoy siguiendo. No pensaba que irían tan bien. La idea era Skyrunner World Series, Spartan Trail y UTMB. Si iba bien una, iría con todo a por ella. Al final, no he tenido que hacer ninguna carrera extra para seguir puntuando, pudiendo compaginar ambos circuitos muy bien.
K: ¿Del circuito Spartan qué has hecho?
A: En el circuito puntúan cinco carreras y he corrido cuatro. Además, tres de ellas puntúan más, como son Transgrancanaria, Patagonia Run y Maxi-Race. La otra que he hecho es la de Suecia, la Fjäll Marathon. Faltaría una, pero dependería de si Mårten Boström, el finlandés, hace las cinco que puntúan como máximo. En ese caso, tendría que ir a hacer la última en San Francisco, en EEUU, a mitad de noviembre. La liga la tengo prácticamente ganada por puntos, pero si él hace una más, tengo que ir.
K: Y para todo esto, cuentas con el apoyo de SCARPA, claro. ¿Cuánto tiempo llevas con ellos?
A: Hace tres años empecé sólo con zapatillas. Los últimos dos ha sido toda la equipación, salvo la gorra. Este año acabo contrato. Sé que están muy contentos. Yo también. A ver si podemos ponernos de acuerdo. Me gustaría porque con ellos estoy muy a gusto. Son una gran familia; Marco [De Gasperi] y Elisa [Desco] intentan ayudar en todo. Es una marca que la sientes prácticamente como si fuera el club de tu pueblo. Siempre están muy pendientes de que no nos falte nada. Estoy más que agradecido de que Marco contara conmigo. Espero que podamos continuar juntos.
K: ¿Corriste con las Scarpa Ribelle Run Kalibra HT? Son esas que llevan BOA como sistema de ajuste, ¿no?
A: Sí, pero lo hice con las normales. Las que dices las presentaban en UTMB. Yo no las había probado hasta una semana antes de la carrera. Necesito testarlas más. Si fuera otra prueba, me podría dar igual, pero la OCC es demasiado importante como para dejar ese aspecto fuera de control.
K: Me ha gustado mucho hablar contigo. Como te he dicho al principio, disfruté muchísimo viéndote correr. Además, sabiendo cómo te tomas las carreras, aún más. Pensaba todo el tiempo que cómo conseguías controlarte tanto [Risas].
A: En la subida a La Flégère, cuando iba cuarto, me dijeron que el corredor chino [Yousheng Guan] iba tocado. Ahí me motivé bastante para hacer la bajada a tope. No tenía calambres y me tiré muy fuerte. No le atrapaba. Pensaba que me quedaría cuarto, que no me gusta nada. Casi prefiero ser quinto. Odio esa posición. En esa carrera, casi habría preferido que hubiera venido alguien por detrás y me adelantara. Sin embargo, a falta de dos kilómetros, le vi, justo un poco antes de entrar a Chamonix. Pensé que no se me podía escapar.
K: Pobre. Tiene que dar mucha rabia perder el podio a falta de nada.
A: Tengo pendiente de ver la retransmisión entera, pero creo que fue un tiempo liderando, hasta Trient al menos. Fue delante dando la cara.
“Mucha gente me pregunta que por qué no salgo más agresivo. Podría intentarlo, pero me siento muy cómodo corriendo con este estilo. Aunque hubiera acabado sexto en lugar de tercero, también estaría contento, porque al final es un planteamiento que hice y mantuve. El año pasado salió bien y este quería repetirlo, pese a que el nivel fuera mayor. Quizás, si quiero luchar por la victoria, tengo que salir más adelante, pero tampoco creo que esa sea mi posición”.
K: El que hizo una carrera muy potente, dejando que se fueran el resto de rivales, como tú, fue Jonathan Albon. Quizás iba más atrás, pero soy consciente de verlo sexto o séptimo, y poco a poco ponerse en cabeza.
A: Tengo que verla.
K: Antonio, muchas gracias por todo.
A: A ti, Juanmi. Para lo que necesites, aquí me tienes.
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