NÚRIA PICAS. Inspiración

NÚRIA PICAS. Inspiración

NÚRIA PICAS. Inspiración

 

Al inicio de esta conversación, Núria Picas nos comenta que está en un momento de cambio en su vida deportiva. Piensa menos en competir y más en compartir el legado y la experiencia que le ha dado el trail running. Hace cuatro años, cuando hablamos con la ahora embajadora de X-BIONIC, ya nos dijo que se encontraba en paz por su extenso palmarés coronado con la victoria de UTMB 2017. Sufría una lesión de la que muchos pensaban que no saldría. Pero su carácter inconformista le llevó hace dos años a vencer, y con récord, en Ultra Pirineu, la carrera de casa. Su relato de cómo preparó esta competición es una clara muestra de quién es una, si no la más, de las mejores corredoras de ultra trail que hemos conocido por estos lares. Gracias, Núria, por tu inspiración.

 

 

 

Por Kissthemountain

 

KISSTHEMOUNTAIN: Hola, Núria. ¿Es un buen momento para que hablemos? [Esta charla tuvo lugar vía telefónica el pasado 18 de septiembre].

NÚRIA: Sí, Juanmi. Estaba en la cocina preparando el caldito para la noche.

K: Claro, hay que alimentar a los hijos.

N: No sabes cómo comen. 

K: ¿Qué edad tienen ya?

N: 13 años. 

K: Los míos, 15. Se va complicando otra vez todo, con las redes sociales y sus peligros. 

N: Ya imagino.

K: Antes de llamarte, he estado releyendo la charla que mantuvimos en mayo de 2020, en plena pandemia. En su momento, tuve la impresión de que era una de las mejores entrevistas que había hecho; hoy, pienso lo mismo. Recurriré a ella en esta charla para profundizar aún más en algunos temas. En aquella época, salías de una lesión muy dura que probablemente tuvo su origen en aquellos problemas con el astrágalo derivados de tu caída escalando en Montserrat, en el año 2000. Te dijeron que no podrías volver a correr. ¡Vaya si lo hiciste! Me comentabas que tres de tus carreras más especiales habían sido Cavalls del Vent 2012, UTMB 2017 y Maratón del Aneto 1999. Pero me estoy yendo por las ramas. Parece que tus éxitos deportivos a menudo han venido seguidos de ciertos contratiempos. Te decía que la vida siempre estaba dándote una y quitándote otra. Tú me respondías que había que luchar hasta el final, que, con empeño y dedicación, las cosas buenas acababan sucediendo y que nunca había que tirar la toalla. En aquellas fechas, creo que estabas preparándote para volver a UTMB, algo que no sucedió. Desde entonces, has tenido buenos resultados, como tus victorias en Ultra Pirineu y en la Marathon du Montcalm, ambas en 2022, un tercer puesto en la Val d’Aran, en 2023, o un tercero en Hong Kong 100 este año. Pensaba que estarías en esta edición de UTMB, pero finalmente no fue así. ¿En qué momento de su carrera deportiva está ahora Núria Picas?

N: Me encuentro en un momento de cambio muy bonito. Soy una persona que he vivido mucho de los sueños, y ahora continúo haciéndolo. Estoy en una época como de transición y aunque sigo pensando en competir, lo hago de otra forma. Ahora, siento que es momento de compartir todo este legado que me han dado las carreras por montaña, todo lo que he aprendido de ellas. Desde hace un par de años, soy guía de alta montaña. Pienso que, uniendo esto a mi experiencia, puedo devolver esta en forma de training camps o en viajes guiados por la montaña. Creo que esta transición es lo más natural: ir dejando la competición y compartir mis experiencias, como hice en Chamonix en el mes de julio en el Tour del Mont-Blanc, en parte del circuito de UTMB, con un grupo de 10 o 12 personas que quisieron apuntarse a esta aventura. Voy por ahí. Tengo la suerte de que para mí no es difícil. Mi vida no son las carreras de montaña ni correr. Me gusta practicar otros deportes, la naturaleza… Dejar de correr ha sido como un alivio. Hay muchos otros atletas que estiran el chicle hasta el más allá, y ese no es mi caso. Si hago algunas carreras es porque me apetece y sé que estoy al 100%. Si no lo veo, tengo algún dolor o mentalmente no estoy preparada, prefiero no hacerlo. Es lo que me ha pasado este año con UTMB. Me habría gustado correr, pero pensándolo con la cabeza y no con el corazón, que es como muchas veces hacemos los corredores, decidí que no. No me gusta nada abandonar en una carrera y mira lo que ha pasado este año con tantos corredores. No se puede tomar la salida en una prueba como esta únicamente por los contratos, los patrocinadores o por el simple hecho de vivir la experiencia, sino intuyendo lo que sucederá el día de la carrera. En mi caso, pensé que no iba a cumplir con la apuesta, que no la habría acabado. No sé si te he respondido, Juanmi. Me he ido un poco por las ramas.

K: Está perfecto, Núria. Es bonito cómo afrontas esta nueva etapa en tu vida. Creo además que enlaza con aquello que me decías hace unos años, eso de que te encontrabas en paz con tu carrera deportiva. 

N: Piensa que yo ya he ganado UTMB [en la edición de 2017]. Para mí, era mi sueño deportivo. Es como cuando Leo Messi ganó el mundial de fútbol. Seguro que pensó que ya se podía retirar en paz. Yo hace mucho tiempo que puedo hacerlo. Además, puse la guinda en 2022, cuando volví a ganar la competición de mi vida, Ultra Pirineu, haciendo además el récord. Las carreras que me has nombrado antes son muy importantes, pero ahora uniría esta también. Con la edad que tenía [46 años], me salió la carrera de la vida que preparé como nunca.

 

 

 

 

K: Me decías en aquella charla que lo único que querías era volver a hacer una carrera de ultra trail sin dolor, sin importar el resultado. Y, fíjate, encima ganas y haces récord. De nuevo, resurgiste de tus cenizas. Es muy admirable.

N: Aquello fue muy bestia. En febrero de ese año, no podía correr ni 10 minutos seguidos. Llamé a los médicos y me recomendaron que corriera paulatinamente. 10 minutos un día, 12 al siguiente, 14 al tercero. Luego, descansaba y empezaba de nuevo con estas secuencias, acostumbrando al pie al impacto y al dolor. Llegué a correr 40 minutos seguidos en el mes de mayo. Llamé a mi entrenador y le dije que quería pasar de la rehabilitación al entrenamiento y que, como a mí realmente correr no es que me apasione, necesitaba un objetivo que era Ultra Pirineu. Si en mayo puedo correr 40 minutos, por qué no 100 kilómetros en octubre. No le vi la cara, pero seguro que se quedó blanco. Ahí empecé una carrera de larga distancia, muy dura, pero bonita, que me llevó a correr la Marathon du Montcalm, en agosto, donde gané, pero llegué llorando del dolor a meta. No era capaz ni de levantarme para ir andando a la ducha. Lo hice en bicicleta porque tenía el pie destrozado. Pensé que sería imposible hacer 100 kilómetros en octubre. Pero, al cabo de unos días, me di cuenta de que el dolor había bajado y que no lo había producido la cantidad, sino la intensidad, el ir rápido en bajadas muy duras sin saber dónde meter el pie. Entonces, pensé que en una carrera no tan rápida e intensa, como Ultra Pirineu, podía ser diferente porque no hay tanto impacto. En septiembre, hice entrenamientos in situ, de siete horas el primer día y cuatro al siguiente. El pie lo aceptó y decidí estar en la salida. Entrené muchísimo y focalicé aún más. Mi vida giraba alrededor de Ultra Pirineu porque sabía que volvía tras cuatro años. Las personas que me conocen y me quieren me decían que me lo replantease porque por ser quien era no querían que hiciera el ridículo. Me preguntaban si lo veía claro. Les decía no sólo que saldría bien, sino que sabía que ganaría haciendo el récord. Gané la carrera delante del ordenador. Un día, haciendo la chuleta de tiempos de paso me puse a llorar, levanté los brazos y gané. Fue brutal. Sólo tenía que ejecutar lo que había visualizado. El día de la carrera, Clàudia Tremps me apretó mucho. Al final hice 12 horas, media hora por debajo del récord de Azara [García de los Salmones]. 

 

“Me encuentro en un momento de cambio muy bonito. Soy una persona que he vivido mucho de los sueños, y ahora continúo haciéndolo. Aunque sigo pensando en competir, lo hago de otra forma. Ahora, siento que es momento de compartir todo este legado que me han dado las carreras por montaña, todo lo que he aprendido de ellas. Desde hace un par de años, soy guía de alta montaña. Pienso que uniendo esto a mi experiencia, puedo devolver esta en forma de training camps o en viajes guiados por la montaña. Hay muchos otros atletas que estiran el chicle hasta el más allá, y ese no es mi caso. Si hago algunas carreras es porque me apetece y sé que estoy al 100%. Si tengo algún dolor o mentalmente no estoy preparada, prefiero no hacerlo”.

 

K: Cuéntame los dos últimos kilómetros, cuando ya veías que la victoria era tuya. 

N: Como te he dicho, los días previos, entrenando, visualizaba la llegada y lloraba mucho, pero el día de la verdad, no lo hice. A dos kilómetros de Bagà, el cámara me dijo que iba a batir el récord. Lo que viví en la meta no se puede contar con palabras, con tanta gente animando, mis hijos, mi familia, mi pareja en aquel momento… Fue algo brutal. Me estoy emocionando ahora mismo.

 

 

 

 

K: De nuevo, te habías vuelto a sobreponer, aunque pareciese imposible.

N: Me había operado en 2020, pero con el tema de la pandemia, no pude hacer la rehabilitación que tocaba. La vida a veces te cierra unas puertas y te abre otras. Durante todo este tiempo de inactividad, aproveché para hacer otras cosas, como escalar o esquí de montaña. Eso me ayudó a sacarme el título de guía de alta montaña, con el que estoy contentísima. No he perdido el tiempo. Estoy muy agradecida y siento que tengo mucha suerte cuando visualizo estos momentos. Si hay oportunidades, tienes que cogerlas. Me guio mucho por la intuición, las ganas y el fuego que tenemos dentro. Al final, soy muy inconformista, no dejo de trabajar y de meterme en mil líos. Soy ambiciosa y me gusta probar, aprender y mejorar cada día. 

K: Núria, es muy inspirador lo que me dices. Creo que lo que superaste para ganar Ultra Pirineu 2022 habla muy bien de ti.

N: Gracias, Juanmi. Y ahí está el récord. Algún día alguien lo bajará. Quizás Courtney Dauwalter, por ejemplo. 

K: O Katie Schide… De eso quería que hablásemos ahora.

N: Sí, Katie Schide también. Además, es muy joven y tiene mucha frescura. No se le ve sufrir. Esto es lo que me fascina. Sale muy rápido, parece que se va a suicidar y luego es capaz de mantener el ritmo.

K: El deporte está evolucionando muchísimo.

N: Claro, todo evoluciona. En la retransmisión de UTMB de este año, comparaban los tiempos con los de 2017, con los de la edición que yo gané. Creo que no se puede comparar porque todo ha evolucionado muchísimo. En esa época, ni siquiera había alimento líquido. No teníamos esas pautas en cuanto a la nutrición en carrera. Estoy hablando de hace sólo ocho años. Ojalá, nosotros hubiéramos tenido los conocimientos, la tecnología o el material que hay ahora. Los chicos están bajando ya de 20 horas. Sigue siendo fascinante. Además de la performance de Katie, Blandine L’Hirondel consiguió llegar a meta en quinta posición con unas ampollas terribles, Ruth Croft hizo una carrera increíble, con una estrategia totalmente diferente a la de Katie, viniendo de menos a más, que le hizo meterse en la segunda posición.

 

“Entrené muchísimo y focalicé aún más. Mi vida giraba alrededor de Ultra Pirineu porque sabía que volvía tras cuatro años. Las personas que me conocen y me quieren me decían que me lo replantease porque por ser quien era no querían que hiciera el ridículo. Me preguntaban si lo veía claro. Les decía no sólo que saldría bien, sino que sabía que ganaría haciendo el récord. Gané la carrera delante del ordenador. Un día, haciendo la chuleta de tiempos de paso me puse a llorar, levanté los brazos y gané. Fue brutal. Sólo tenía que ejecutar lo que había visualizado”.

 

K: ¿Descartas totalmente volver a esta carrera?  

N: Me encantaría, pero el precio a pagar es altísimo. Para acabar una carrera de estas características, tienes que estar muy bien preparado física y mentalmente. Hay mucho a lo que renunciar. ¿Merece la pena? Son interminables horas de entrenamiento, de no estar con los tuyos, de llevar una vida monacal, de cuidarte, de focalizarte y de obsesionarte para que todo salga ese día. Es un precio muy alto. Yo ya he ganado esto. Núria Picas tiene vida más allá de UTMB. No sé si ahora soy capaz de pagar ese precio.

 

 

 

K: Núria, ya que ha salido este tema, el de la evolución de este deporte, me gustaría volver a hacerte una pregunta que te hice hace cuatro años sobre la importancia de la genética en una atleta de alto rendimiento. Te preguntaba cuánto de importante era y si una persona con constancia en los entrenamientos, sin unas cualidades por naturaleza excepcionales, podía llegar donde tú lo has hecho. En tu respuesta, me indicabas que ambas eran importantes, pero que también lo era el aspecto mental. Creo que hoy en día, con el deporte más profesionalizado y con el dinero que está llegando fruto también de la importante presencia de la televisión, todo está girando más hacia la genética. Si miramos resultados en las Golden Trail World Series, vemos a corredores africanos ocupando las primeras plazas. No sé, pero esto me indica que, si bien hace unos años alguien que no fuese top genéticamente podía conseguir grandes resultados a base de constancia, ahora mismo es la genética quien manda.

N: Si no tienes talento, nunca vas a ganar UTMB, por muchas horas que entrenes y mucha capacidad de sufrimiento que tengas. Creo que la balanza se inclina ahora más hacia el lado del talento o la genética. Me gustaría ver lo que ha entrenado el ganador de UTMB [Vincent Bouillard], porque creo que tiene un talento que no conoce ni él. En chicas, ocurre lo mismo. Conozco a muchas que se dejan la piel, que entrenan muchísimo, que están en el tope de sus carreras deportivas por edad y dedicación, y no creo que pasaran de una quinta posición. Quizás hace unos años, sí que habrían estado más arriba. Hoy, más que antes, hay que tener algo. Y esto, por suerte o por desgracia, no se compra ni con dinero ni se gana trabajando. Se tiene o no se tiene. En cualquier caso, llegar quinta, o simplemente terminar, es impresionante. Para mí, los verdaderos héroes no son los que están delante, sino el 90% de la gente que hay detrás, que trabajan ocho horas al día, tienen sus familias y compromisos y además sacan tiempo para entrenar y darle la vuelta al macizo. 

 

“La vida a veces te cierra unas puertas y te abre otras. Durante todo este tiempo de inactividad, aproveché para hacer otras cosas, como escalar o esquí de montaña. Eso me ayudó a sacarme el título de guía de alta montaña, con el que estoy contentísima. No he perdido el tiempo. Estoy muy agradecida y siento que tengo mucha suerte cuando visualizo estos momentos. Si hay oportunidades, tienes que cogerlas. Me guio mucho por la intuición, las ganas y el fuego que tenemos dentro. Al final, soy muy inconformista, no dejo de trabajar y de meterme en mil líos. Soy ambiciosa y me gusta probar, aprender y mejorar cada día”.

 

K: La profesionalización de este deporte trae consigo también muchos desequilibrios. 

N:  Pero, ojo, Juanmi. Me hace mucha gracia la gente que se define en sus redes sociales como profesionales de este deporte. La palabra profesional implica que es tu profesión, que puedes vivir de esto. ¿Cuánta gente lo hace? Que te den cuatro camisetas y que te paguen la inscripción para UTMB no quiere decir que seas profesional. Lo son realmente gente como Ruth Croft, Katie Schide, Courtney Dauwalter o Kilian Jornet. Ganan dinero y pueden permitirse estar todo el año viviendo en un sitio determinado para ganar una carrera, como es el caso de Jim Walmsley.  

K: Está todo cambiando muchísimo.

N: Sí, y yo por suerte, poco a poco, me voy saliendo de esto. Me gusta la montaña, la escalada, compartir, guiar… Tengo una vida muy plena. El día que cierre la persiana, desconectaré de verdad. Ahora, me apetece alguna carrerita, pero lo veo de otro modo.

 

 

K: De hecho, vi en tus redes que te vas a Nepal en noviembre para guiar a un grupo de personas.

N: Este año ha sido muy bueno porque he descubierto una pasión. Siempre me ha gustado ir rápido por la montaña. Pensaba que no podría guiar de ninguna manera, porque prefiero moverme rápido. Hace poco, por ejemplo, hice 19 tresmiles en tres días. Sin embargo, también recientemente, además de en el Tour del Mont-Blanc que te he contado, estuve en Lofoten guiando una actividad de esquí de montaña, y me lo pasé genial enfocándolo de otra manera. Ahora, como me has dicho, me voy a Nepal, un país que me encanta, a hacer un trekking que sale de Katmandú hacia el corazón de los Himalayas. Será algo ligero, de caminar y correr, sin más. Nos llevan el material. No hace falta un nivel muy alto. Si la gente se quiere animar, aún hay plazas.

K: Núria, me gustaría que me hablaras de tu relación con X-BIONIC. Te he oído decir en varias ocasiones que a ti te gustan las marcas bonitas como Salomon, Petzl o BUFF. Y ahora estás con esta marca suiza. Conozco bien alguno de sus productos. ¿Por qué eliges esta marca? ¿Qué labor haces en ella?

N: Estoy ayudando a desarrollar algunos productos. Tengo la suerte de poder escoger las marcas que más me gustan. Conocía sus prendas térmicas para invierno. Me dijeron que querían abrir mercado y desarrollar calzado. Me pidieron ayuda para crecer juntos. Esto va en la línea de lo que yo quiero hacer ahora, de mi nuevo viaje. Me encantó esa filosofía. Ya no se trata de ganar carreras, sino de ayudar a una marca que está metiendo mucha ilusión, alma y, por supuesto, tecnología. Desde hace un par de años, están trabajando en el desarrollo de una zapatilla que se acaba de lanzar, la TERRASKIN. Estoy encantada de que me hayan elegido. Hay mucho trabajo detrás que va cogiendo forma. Como bien has dicho, me gustan las cosas bonitas, y esta es una de ellas.

K: Núria, termino ya con una frase para ver si la identificas: “Niña, déjate algo para la próxima vida que si no te aburrirás”. ¿Sabes quién te la decía?

N: [Risas]. Mi madre.

 

“En la vida, siempre hay que escoger, y yo he elegido hacer muchas cosas que me apasionan. Algunas han salido bien; otras no tanto. Al final, consiste en ponerle ganas, ilusión y ser feliz, porque el éxito no te lo regalan, sino que hay que ganárselo. Me gusta trabajar y ser ambiciosa. Mejorar y compartir. Este es mi estilo de vida”.

 

K: Has sido mossa d’esquadra, bombera, atleta, política, escritora, conferenciante, guía de montaña. También has participado en televisión. Y, ahora, te involucras en el desarrollo de productos. Sigues siendo un torbellino.

N: Un culo inquieto, ya te digo. Pero, bueno, soy feliz. En la vida, siempre hay que escoger, y yo he elegido hacer muchas cosas que me apasionan. Algunas han salido bien; otras no tanto. Al final, consiste en ponerle ganas, ilusión y ser feliz, porque el éxito no te lo regalan, sino que hay que ganárselo. Me gusta trabajar y ser ambiciosa. Mejorar y compartir. Este es mi estilo de vida.

K: Núria, siempre es un verdadero placer hablar contigo. Me gusta mucho.

N: Muchas gracias, Juanmi. Para mí ha sido un placer también.

K: Un beso fuerte.

 

 

 

 

 

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