04 Oct Actividad física durante el embarazo. Charla con el Doctor Brotons Cuixart.
A
nna Comet acaba de ser madre. Durante todo el período del embarazo ha seguido realizando actividad deportiva de baja intensidad de forma controlada y siempre bajo supervisión médica. A través de sus redes sociales ha insistido en comunicar que el embarazo no está reñido con la actividad física.
Hemos mantenido una charla con el Doctor Brotons Cuixart para tratar de aclarar distintos aspectos relacionados con este tema. Una y otra vez incide en que el deporte en el período gestacional es altamente recomendable para la salud de la madre, el feto y el futuro bebé.
DANIEL BROTONS CUIXART.
Doctor en Medicina y Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte por la Universidad de Barcelona. También Máster en Traumatología del Deporte.
Desde hace más de veinte años ha estado vinculado a los deportes de invierno, siendo médico de los equipos olímpicos de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI). Ha sido partícipe de numerosas expediciones olímpicas (Barcelona 92, Alberville 92, Lillehamer 94, Torino 2006 y Vancouver 2010) y miembro del Comité Médico de la Federación Internacional de Esquí (FIS). Ha sido Director médico de copas mundiales de esquí alpino, campeonatos del mundo de snowboard o mundiales de balonmano.
Es frecuente su asesoramiento a diferentes federaciones deportivas y atletas como Kilian Jornet, Núria Picas, Laura Orgué, Ragna Debats, Pau Capell, Tòfol Castanyer, Jordi Gamito y muchos otros.
Fue Presidente de la Sociedad Catalana de la Medicina del Deporte entre 2006 y 2011.
Actualmente es Director del Área Deportiva del Consejo Catalán del Deporte.
Texto: Kissthemountain.
Kissthemountain: Ya ha sido madre Anna Comet [Corredora de montaña especializada en distancia ultra y carreras por etapas]. Lo sabes, ¿no?
Dr. Brotons: Sí, contactó conmigo al poco de dar a luz. Creo que ha sido un parto largo y una batalla dura.
K: A Anna le apreciamos un montón. Hacemos algunas colaboraciones juntos. La última vez que la vi fue en Barruera, en el BUFF Mountain Festival donde ella hizo la carrera más corta de una manera muy suave, sin competir. Fue a final de junio, a falta de algo más de un mes para dar a luz.
DB: Anna es fantástica y hace bien todo en lo que se mete.
K: Me comentó hace un tiempo esa lucha que tiene por comunicar que el embarazo no está reñido con la actividad deportiva, y pensamos que quizás estaría bien conocer la opinión de un profesional de tu prestigio.
DB: Es un tema muy importante que afortunadamente ha ido avanzando. Ha habido una incorporación exponencial de la mujer a la actividad deportiva antes, durante y después del embarazo. Es importante dar estos apuntes a las mujeres para que sigan activas, o incluso para que comiencen a practicar un estilo de vida que contemple el deporte aprovechando el momento de la gestación.
K: Quería comenzar hablando de la capacidad de adaptación del cuerpo humano. Anna Comet me comentaba el otro día que justo antes de que empezaran las contracciones [Anna dio a luz en la semana 37] acababa de correr nueve kilómetros. Si me salgo del punto de vista médico, al que ahora llegaremos, y pienso en otras especies, veo como las hembras tienen que seguir cazando y luchando por su supervivencia hasta el mismo día que dan a luz, y sin embargo, entre nosotros llega incluso a estar mal visto que una mujer embarazada practique actividad. Sin ir más lejos, hace unas semanas Anna publicaba en su perfil de Instagram fotos corriendo con una gran barriga y algunos incluso le llamaban egoísta…
DB: En este sentido debemos diferenciar la adaptación al deporte durante el embarazo de una persona que ha llevado una vida activa y que se dedica de manera prácticamente profesional al deporte, de otra que no. Hay que tener en cuenta no sólo aspectos morfológicos relativos al aparato esquelético, cardiovascular…, sino también los referentes a motivación y a la capacidad de enaltecimiento, entre comillas, del propio deporte. Son aspectos muy interesantes. Es importante destacar que la actividad deportiva de la embarazada de manera más o menos intensa, como correr nueve kilómetros en la semana 37, no se puede exigir a toda mujer. No puede ser igual la actividad física durante el embarazo de aquellas mujeres que no han hecho deporte antes con la frecuencia de una chica como Anna Comet. En estas, debe haber menos agresividad y ser un ejercicio más aeróbico y de menor impacto. Hablo de caminar de tres a cinco días a la semana a un buen ritmo pero que permita hablar con facilidad, es decir, deporte saludable con el objetivo de no quedarse parada pero sin incidir en aspectos más de fuerza o intensidad. En aquellas otras chicas que ya llevaban una vida activa, lo importante es no caer en el sedentarismo.
K: Está claro que no es el mismo el caso de Anna que lleva haciendo esquí o carreras de ultrafondo toda la vida. Para ella hacer nueve kilómetros es algo de muy baja intensidad.
DB: Ahí está la memoria del cuerpo. El embarazo provoca unos cambios morfológicos importantísimos. Supone aumento abdominal, mayor esfuerzo lumbar, pelvis más abierta, articulaciones sacroilíacas más flexibles. Además, en el embarazo intervienen de una manera especial dos hormonas que son la progesterona y la relaxina. Producen un aumento en la elasticidad de todas las articulaciones. Esto quiere decir que es más fácil tener un esguince. El hecho de haber tenido una vida deportiva activa antes del embarazo hace que luego, con los kilos de más propios del período gestacional, unidos a los cambios morfológicos, la actividad de más o menos intensidad se pueda soportar bien.
K: Me comentabas que el momento del embarazo puede ser incluso bueno para iniciarse en la práctica del deporte. Preparando esta charla oí a un médico decir que no sólo no es perjudicial, sino que incluso es conveniente como entrenamiento para uno de los mayores esfuerzos que tiene que hacer una mujer en su vida como es dar a luz.
La actividad física durante el embarazo se ha incluido en un plan de acción de la Unión Europea para la prevención de la obesidad infantil. Este proyecto, de 2014 a 2020, contempla como una de las estrategias para luchar contra el sobrepeso infantil, la realización de actividad deportiva durante el embarazo. La obesidad infantil es una epidemia y el deporte durante el período gestacional la previene.
DB: Indiscutiblemente. Esto, comparativamente, es como cuando un deportista se ha lesionado y está haciendo rehabilitación. Una persona sedentaria que ha tenido la misma lesión, realizará también rehabilitación, aunque sea diferente. El que ha hecho deporte, la afronta con una capacidad de esfuerzo superior de la de aquel que no lo ha hecho. Esto es lo mismo. El parto implica un estrés psicológico y físico intenso, y exige capacidad de resistencia. Hacer deporte durante el embarazo es positivo porque te has preparado para el parto. En este sentido es importante tener en cuenta las consecuencias que tiene el sedentarismo para la salud. Existe el peligro de que la mujer, en el momento del embarazo, cese en la práctica de la actividad física. Es todo lo contrario. Si antes ya eras activa, el embarazo no ha de suponer un período crítico de sedentarismo porque además pueden desarrollarse enfermedades derivadas del mismo. Y si eras sedentaria, has de aprovechar este período para cambiar de hábitos. Es un buen momento.
También te quería comentar algo que he estado leyendo hace poco tiempo. La actividad física durante el embarazo se ha incluido en un plan de acción de la Unión Europea para la prevención de la obesidad infantil. Este proyecto, de 2014 a 2020, contempla como una de las estrategias para luchar contra el sobrepeso infantil, la realización de actividad deportiva durante el embarazo. La obesidad infantil es una epidemia y el deporte durante el período gestacional la previene.
K: Quería preguntarte precisamente por los beneficios, desde un punto de vista fisiológico, que puede encontrar la futura madre con la actividad deportiva, y me hablas también de beneficios para el recién nacido. Esto es muy interesante, Daniel.
DB: En el bebé, los principales beneficios son los relacionados con el peso. Hay menor riesgo de parto prematuro, es menos probable que el feto esté falto de peso, y se reducen los riesgos durante el parto. Hay estudios que lo demuestran.
K: ¿y en la madre? He oído que reduce el riego de sufrir diabetes gestacional, estrés cardiovascular…, además de favorecer la recuperación.
DB: Son esos que comentas. Además hay otros beneficios específicos muy importantes. El primero es que disminuye el dolor lumbar fruto de los cambios morfológicos a nivel de pelvis que producen pubalgias. Esto puede condicionar a las mujeres embarazadas a dejar el deporte. Debería ser todo lo contrario pues la actividad física disminuye el riesgo del dolor lumbar y en caderas. En segundo lugar, también disminuye y previene, y esto es importantísimo, temas de incontinencia urinaria. Piensa que hay una gran alteración a nivel de la musculatura del suelo pélvico. Por último, hay otro beneficio general que es la mejora de la condición física tanto a nivel cardiovascular como muscular, lo cual es directamente proporcional a la gestión del propio parto. Ayuda a que este sea más saludable y que haya menor posibilidad de cesáreas.
Es fundamental que una mujer embarazada que quiere seguir haciendo deporte se siente con su ginecólogo y hagan una valoración clínica que descarte contraindicaciones o condicionamientos para afrontar con garantías un embarazo activo. Eso es lo primero
K: Por otro lado… ¿Existen contraindicaciones? ¿Hay señales que indican que la embarazada deba cesar la actividad deportiva?
DB: Es fundamental que una mujer embarazada que quiere seguir haciendo deporte se siente con su ginecólogo y hagan una valoración clínica que descarte contraindicaciones o condicionamientos para afrontar con garantías un embarazo activo. Eso es lo primero. ¿Señales de alarma? La más importante sería un sangrado vaginal o la pérdida de líquido amniótico. También sensaciones generales como cefaleas o mareos intensos, dolores en el pecho, dificultades en la respiración… Sensaciones de malestar general que son signos de que hay una pequeña descompensación y que, por tanto, es necesario ver. Son señales de alarma, igual que el dolor en las pantorrillas que pudiera indicar riesgo de trombos. Si en un momento se nota un dolor en las piernas como si fuera una rotura fibrilar y éste no pasa, hay que ponerse en alerta.
K: ¿Son señales muy evidentes y fácilmente detectables o existe riesgo de que pasen desapercibidas? Me pongo en el lugar de una chica que se acaba de quedar embarazada y está leyendo esta charla y que puede que se pregunte si va a ser capaz de identificar estas señales de las que me hablas.
DB: Sí, pero es importante que el ginecólogo lo especifique bien y le haga visualizarlas explicándoselas al detalle. Son fáciles de detectar, sobre todo cuando las futuras madres están tan pendientes de su cuerpo y de sus quejas. Pero insisto, el control médico es fundamental.
K: Hablemos ahora de competición y el ejercicio de alta intensidad. ¿Es posible mantener durante las primeras semanas de embarazo la actividad competitiva? Se habla de que los cambios hormonales que se producen durante los primeros momentos incluso pueden hacer que mejore el rendimiento. Me pareció leer que en algunos momentos de la historia, antes de Juegos Olímpicos, algunas mujeres buscaban quedarse embarazadas para aumentar el rendimiento… ¿Hay cambios hormonales que pueden aumentarlo en los primeros momentos del embarazo?
DB: ¿El rendimiento puede aumentar? Clarísimamente sí. Hay un aumento de las hormonas anabólicas que implica mejora en el rendimiento muscular y de fuerza. Tal es el punto de que el rendimiento aumenta que en los años sesenta o setenta, en la antigua República Democrática de Alemania, era una forma de dopaje. Después les provocaban el aborto. Hay unos documentales muy duros al respecto.
Anna ha estado sometida a mucho control y no ha asumido riesgos innecesarios. Las contracciones, prácticamente a las horas de su última carrera, no han sido provocadas por el deporte. Hubiesen venido en cualquier caso porque ya tocaban. Insisto en que hay que huir del reposo absoluto. Eso sí que es riesgo.
Hay tres conceptos importantes para poder mantener el deporte de alta intensidad. Primero, la evaluación ginecológica que descarte cualquier aspecto que pudiera condicionar el embarazo. En segundo lugar, hay que prestar especial mucha atención a la temperatura corporal para evitar la hipertermia. Si la hidratación es ya de por sí importante, ahora se vuelve fundamental porque podría haber riesgo para el feto. También hay que hacer una ingesta calórica importante para prevenir la pérdida de peso. A partir de aquí se puede decidir si se mantiene o no el deporte de alta intensidad en los primeros meses.
K: Sé que cada cuerpo es diferente, y no sólo hablo en términos de experiencia deportiva, pero ¿se pueden establecer plazos? Imaginemos que una chica está preparando una carrera importante como el europeo del pasado mes de agosto. En julio descubre que está embarazada, probablemente ya de tres o cuatro semanas… ¿Tendría que abandonar esta competición?
DB: Podría no abandonarla. Por supuesto con control médico. Pero también hay un riesgo que aún no hemos comentado que es el de caída. Imagina una competición de vallas o cualquier otra. Hay muchas variables que hay que alinear para ver si es posible continuar. La caída es una de ellas ya que la alteración hormonal hace que las articulaciones sean más laxas.
K: ¿En qué momento, en cualquier caso, hay que abandonar la alta intensidad? Imaginemos un deporte en el que no exista el riesgo de caída como la natación…
DB: Efectivamente, ahí no hay riesgo. Estás en un medio en el que pesas cinco veces menos. Se anulan algunas de las variables que comentábamos pero hay otras. Claro que hay un momento en el que hay que abandonar la alta intensidad. Intensidad quiere decir ejercicio anaeróbico y esto implica menos oxígeno incluso también para el feto. Hay que verlo desde un punto de vista interdisciplinar con el ginecólogo como director de orquesta. Uno que sepa de deporte, ¡ojo! A medida que pasa el tiempo de embarazo, la alta intensidad genera mucho más riesgo.
K: Una persona ya ha abandonado la alta intensidad y está en una fase de deporte-salud a nivel de bienestar, como era el caso de Anna. Hace deporte tranquilo e incluso alguna carrera pero sin pensar en competir y con todas las precauciones posibles. ¿Se puede, verdad? ¿No se ha puesto ni a ella ni al feto en riesgo?
El embarazo es un período crítico donde hay que evitar caer en el sedentarismo si la vida anterior al mismo era activa. Y además, si eres sedentaria, es un momento excepcional para cambiar los hábitos de vida hacia otros más activos y saludables. Todo esto es pensando no sólo en la madre, sino también en el feto y en el futuro bebé.
DB: No, por supuesto que no. Siempre y cuando no haya habido señales de alarma. Anna ha estado sometida a mucho control y no ha asumido riesgos innecesarios. Las contracciones, prácticamente a las horas de su última carrera, no han sido provocadas por el deporte. Hubiesen venido en cualquier caso porque ya tocaban. Insisto en que hay que huir del reposo absoluto. Eso sí que es riesgo, y no el hacer actividad física controlada. El mensaje que se podría dar para una chica que ya hacía práctica deportiva habitual, es que el embarazo, si bien no es momento para mejorar la condición física, no debe ser un período para perderla. Has de mantenerla sabiendo que llevas una mochila contigo.
K: ¿Y después del parto? También he oído decir que muchas mujeres aumentan su rendimiento tras ser madres. Me viene ahora a la cabeza el caso de Ragna Debats. Ella nos decía que el período de bajón en la actividad durante el embarazo, y la posterior recuperación, habían hecho que surgiera una deportista diferente que había asimilado el trabajo muscular realizado durante tanto tiempo. También lo achacaba a temas psicológicos… ¿Puede ser también una cuestión hormonal? Qué hay de cierto en que se producen cambios de este tipo que pueden aumentar el rendimiento?
DB: En principio, el propio embarazo es como si fuera un entrenamiento. ¿Por qué? Porque todo embarazo produce un aumento de la frecuencia cardíaca. Es como cuando corres. Hay estudios que incluso hablan de que el corazón se agranda, se hace más musculoso, corazón de atleta. Este hecho implica unas connotaciones más óptimas para la práctica deportiva. Hablo de más grande desde un punto de vista fisiológico, no patológico que sería un problema. Por otra parte están los cambios hormonales con consecuencias en la fuerza y resistencia muscular. Son las hormonas anabólicas de las que hemos hablado antes y que todavía quedan ahí tras el parto. Es real esa mejora de la condición física después de haber dado a luz. Además, ¡imagínate, que te quitan quince kilos de encima! Has mejorado a nivel cardiovascular, muscular y para colmo te desprendes de esa mochila.
K: Es como si entrenase con pesas en los tobillos, ¿no? Entiendo, por lo que me dices, que no es una mejora que se vaya a mantener a largo plazo, sino que al cabo del tiempo todo vuelve a ser como antes.
DB: Exactamente. Todo vuelve a la normalidad.
K: ¿Cuándo podrá Anna volver a entrenar y a competir?
DB: Lo más importante es intentar ser activo lo antes posible después del parto. Hablo de caminar o de hacer deporte de baja intensidad. También hay que compensar posibles disfunciones que haya generado el parto. Por ejemplo, del suelo pélvico. Hay que hacer mucho trabajo hipopresivo, de estiramiento, de tonificación y compensar las alteraciones a nivel lumbar y articular, como las sacroilíacas, con ejercicios específicos a nivel muscular, de core, de posturología… A partir de aquí, empezar a hacer actividad aeróbica de poco impacto. Será su propio cuerpo el que le dirá cuándo puede empezar a correr a mayor intensidad. Una de los aspectos que se han de controlar es la pérdida de hierro. En todo este proceso se pueden generar anemias que son un condicionante tanto de salud como de rendimiento deportivo. De cara a un estilo de vida activa, hay que controlarlo bien.
K: ¿Tiene sentido hablar de cuarentena?
DB: Bueno, cuarentena es el período desde el parto hasta la primera menstruación que indica la normalización hormonal de la mujer. El embarazo y el parto han provocado cambios hormonales y estructurales, así como descompensaciones en la musculatura del suelo pélvico.
K: Daniel, ¿tienes algo más que añadir?
DB: El embarazo es un período crítico donde hay que evitar caer en el sedentarismo si la vida anterior al mismo era activa. Y además, si eres sedentaria, es un momento excepcional para cambiar los hábitos de vida hacia otros más activos y saludables. Todo esto es pensando no sólo en la madre, sino también en el feto y en el futuro bebé. El embarazo provoca cambios morfológicos, fisiológicos, biomecánicos, psicológicos, y todos se pueden alinear para bien, girando en torno a la actividad física. Si por el contrario, gobierna el sedentarismo, todo se puede volver en contra.