20 May Adam Ondra. Black Diamond Athlete. Road to Tokyo.
El atleta de BLACK DIAMOND Adam Ondra es probablemente el mejor escalador de roca del mundo. Hace poco volvió a hacer historia logrando el primer 9c Silence en Flatanger (Noruega). Pero antes, también se dedicaba a la escalada de competición, disciplina donde logró gran número de podios y se proclamó campeón del mundo en varias ocasiones. Con motivo de la entrada de la escalada deportiva en los Juegos Olímpicos de Tokyo en 2020, Adam vuelve a entrenar específicamente para intentar hacerse con el oro. Sería realmente extraño que la estrella de Ondra no volviera a surcar el cielo de la gran competición.
“Es muy difícil traer el primer recuerdo que tengo de la escalada porque las primeras experiencias son de hace muchísimo tiempo, de cuando era muy pequeño. No tengo esas imágenes bien definidas. Lo que sí te puedo decir es que en mi familia todos escalan, y que si con dos años veía a mis padres y a sus amigos escalar, de forma natural, yo también quería hacerlo. Imagino que para no ser el único que no lo hacía. Así que casi se puede decir que tuve que escalar porque era lo natural, no porque me presionaran mis padres. Con seis años, ya veo todo más claro. Recuerdo estar probando una vía bastante complicada, un 6a, en la escuela de cerca de casa. Ese recuerdo sí que es muy nítido. Disfruté tanto que me animó a seguir escalando. Luego llegaron las primeras competiciones en las que me motivaba muchísimo no ser capaz de ganarlas. Desde esos momentos quise pasar mucho tiempo en el rocódromo para entrenar y prepararlas mejor. Tengo mucha ambición. Si quedaba tercero, estaba contento, pero con ganas de vencer en la siguiente ocasión”.
“Sólo hay una razón por la que escalo. Porque lo amo. Pero son muchos los motivos de este amor: el reto, encontrar vías duras nuevas, entrenar por ellas y superar todos los obstáculos. También aprecio mucho la parte mental y cómo me siento cuando estoy arriba, en la roca. Escalar ofrece una gran variedad de experiencias que hacen que nunca me canse de seguir empujando mis límites”.
“Hay muchos factores determinantes para que haya sido la primera persona en hacer un 9c. Seguramente sea porque tengo talento, porque mis padres me han ayudado mucho para poder viajar por Europa a escalar cada fin de semana en roca, por todas las competiciones que he hecho… Pero creo que lo más importante es que la escalada me gusta casi demasiado. En todos los entrenamientos, cinco horas al día, seis días a la semana, durante veinte años, me he esforzado al máximo. Ha sido duro, pero a mí me gusta. Si no lo hago de esta manera, se convierte en un sacrificio muy difícil de conseguir, pero yo, a pesar de la dureza, lo disfruto. Es muy difícil que a alguien le ocurra lo mismo”.
“Hay mucho espacio para mejorar y trabajar mediante el entrenamiento. Escalar es aún una cosa muy compleja. El entrenamiento físico sí ha evolucionado bien, pero no se ha llegado a juntar con el de la técnica. Saber utilizar cada músculo del cuerpo a la perfección es algo que puede evolucionar y susceptible de mucha mejora. También el aspecto mental. Es como si tuviésemos un niño de cinco años con el que se pudiera trabajar mucho la técnica. En eso ando últimamente. Siempre me he concentrado mucho en misma, en escalar cien por cien perfecto, en utilizar la menor fuerza posible para encadenar una vía. Hace unos años pensaba que escalaba casi a la perfección, y que sólo podía mejorar con entrenamiento físico, pero ahora me he dado cuenta de que no es verdad. Sí que puedo aún evolucionar mucho con el entrenamiento físico, pero más con la técnica. Hay aspectos que nunca había pensado”.
“Un fisioterapeuta puede mirar cómo escalo y dar algunos consejos. Te pongo un ejemplo. Es muy importante la posición de tus hombros en la escalada. Si no los colocas adecuadamente, estás utilizando más bíceps y pectoral, y esto puede no ser tan eficiente. Si la posición es mejor, compensas con toda la espalda que tiene mucha más fuerza que estos múculos. Pero para la mayoría de los escaladores es natural y casi instintivo seguir hábitos que quizás no sean los más adecuados. Por ejemplo, cuando tenemos dos verticales, hacer una comprensión con los pectorales. Esto es impulsivo en los escaladores. Pero es posible hacerla con los músculos de la espalda. Y como te digo, estos tienen más fuerza y el movimiento es entonces menos lesivo. Hacerla con pectorales es demasiado intenso para codos y hombros”.
“Me gusta que la escalada deportiva se haya convertido en disciplina olímpica. Creo que lo merecía. Las ventajas superan a los inconvenientes a pesar de que no estoy muy a favor del formato pues pienso que va contra la evolución de la escalada. Argumentan que esta disciplina debe cambiar para ser atractiva para el mainstream, pero realmente no lo creo. Sin embargo, espero tener éxito en Tokyo y que sea un gran paso para que con el tiempo se incorporen otras disciplinas a los Juegos Olímpicos. Acepto el reto. Quiero ir a Tokyo entrenando como mejor sé”.