AIDA TORRES. 100% escalada

AIDA TORRES. 100% escalada

 

 

Texto por Kissthemountain

Este año ha sido muy importante para Aida Torres. No es fácil entrar a competir en categoría absoluta. Con una mirada puesta en París 2024, hablamos con esta joven escaladora de La Sportiva sobre motivación, entrenamiento, gestión de la presión, sueños y referentes. Tiene muy claro que su vida es la escalada. No la concibe de otra manera. Pero a la vez, siente que el resultado no lo es todo, sino que es más importante disfrutar de un camino que recorre en compañía de su familia.  

 

Kissthemountain: Hola, Aida. Tenía muchas ganas de hablar contigo. Estás de vacaciones por Europa, ¿no?

Aida: Sí, ahora estoy con mi familia en Innsbruck.

K: Entonces, me imagino que serán unas vacaciones en las que también escalas.

A: Eso siempre [Risas].

K: ¿Aprovechas para hacer roca ahora que no estás compitiendo?

A: No, más bien lo contrario. La roca la tengo cerca de casa. Aquí, aprovecho las instalaciones que existen para intentar mejorar un poco. 

K: Quería que me contaras cómo estás viviendo está temporada. La pasada, te proclamaste campeona de España de Boulder y subcampeona de Europa Junior en esta misma disciplina. ¿Qué balance haces de este 2022 en el que te has centrado en Copa del Mundo, pero ya en categoría absoluta?

A: Sí, el año pasado fue mi último en categoría juvenil. El cambio a la absoluta ha sido muy fuerte. Pasar de tener opciones de podio y de entrar generalmente en finales a enfrentarte a la categoría de máximo nivel se hace difícil, pero lo afronto con muchas ganas. Mi motivación con respecto al año pasado se ha duplicado. El circuito de bloque de la Copa del Mundo ya ha terminado y hago un balance muy positivo de la temporada. He tenido alguna lesión que no me ha permitido competir al 100%, pero, aparte de esos pequeños problemas que tiene todo deportista, me siento muy contenta de cómo he afrontado la temporada. Sabíamos que este año era muy difícil, sobre todo mentalmente. Cuando estás en categoría juvenil, aunque también es competición, te centras más en disfrutar. La absoluta es un salto muy grande de nivel. Empecé la temporada para ver cómo sería el camino y me ha resultado muy bonito.

K: ¿Has aprendido mucho?

A: Sí, intuía que era un año de aprendizaje, y así ha sido.

K: También tuviste un muy buen resultado en el IFSC Test Event de París 2024 celebrado en las instalaciones de Sharma Climbing. Compartiste podio con Iziar Martínez y Ruth Monsech, ¿no?

A: Sí, ese fue el primer evento importante de la temporada, el que la iniciaba. Obtener ese podio fue muy significativo para medir cómo estábamos de cara a este año.

K: ¿Tienes 19 o 20 años?

A: Cumplo 20 a finales de noviembre.

K: ¿Desde cuándo llevas escalando?

A: Ningún miembro de mi familia escalaba, por lo que empecé un poco más tarde que la mayoría de la gente, sobre los 12 años más o menos. Al lado de mi pueblo, en Torelló, hacen una feria de material donde se puede probar con la escalada. Allí fue donde me puse los pies de gato por primera vez. Sentí algo muy especial y que quería seguir probando con este deporte. 

K: ¿Te acuerdas del primer día?

A: De entrenamiento, no, pero la primera vez que me puse los gatos en una chimenea que habían equipado, sí que la recuerdo. La ruta de los niños llegaba hasta media altura, pero yo quería subir por la de los mayores que iba más alta. Siempre he sido muy ambiciosa. No me dejaron al principio. Cuando vieron que subí bien, ya me permitieron intentar mayor altura. Se sorprendieron de que fuera mi primera vez y me dieron la oportunidad de comenzar a formarme en una escuela en Ripoll, en el equipo de Oxineu. A partir de ahí empecé a entrenar.

K: Y desde entonces, toda una vida enfocada en la escalada. Leí ayer una entrevista corta pero muy bonita que te hicieron para La Vanguardia. Hay una parte que dice: “dormir, comer entrenar, estudiar y volver a repetir”. Una forma de vida.

A: Sí, cuando me despierto por la mañana, en lo primero que pienso es en cómo voy a afrontar el día basándolo en si tengo que entrenar por la mañana o por la tarde. Pero no sólo es el día a día, sino todo el año. De hecho, ahora en vacaciones, como te decía, estoy aprovechando para escalar en este tipo de instalaciones que encuentras por Europa. Estoy 100% centrada en escalar, pero no sólo yo. Mi hermano y mis padres también me acompañan siempre y están igual de implicados. No soy yo sola. 

K: ¿Le has cambiado la vida a tus padres también?

A: Si, por completo. Nada de playa o tomar el sol. Ahora es entrenar por la mañana y por la tarde, con muchas horas de coche [Risas]. Es un sacrificio que hacemos todos y creo que estamos encantados de pertenecer a este deporte tan bonito.

K: Es una responsabilidad mayor el arrastrar a toda la familia para intentar hacerlo lo mejor posible, dándolo todo en los entrenamientos y competiciones, sin despistarte… Y todo ello, sacando adelante los estudios.

A: Bueno, al final, el hecho de que mi familia venga conmigo y se involucre tanto no es un peso extra, sino un gran apoyo. Si una competición o un entrenamiento no va bien, porque siempre hay altibajos, tienes a quien recurrir. Eso es una parte que me ayuda mucho. Son un gran soporte más que una responsabilidad.

K: “Mientras escalo, se me limpia la mente. Me evado de todo, entro en mí y no escucho ni a quienes me animan“. Leí también estas palabras tuyas. Iba a preguntarte en dónde encuentras la motivación para llevar una vida tan sacrificada, pero imagino que aquí habrá mucho. Te gusta realmente lo que haces. 

A: A veces es difícil mantener la motivación cuando no sale bien el día a día de entrenamientos o cualquier cosa, pero es que me llena mucho… Si un día estoy más floja, simplemente escalo olvidando el entrenamiento. Me hace cambiar el chip. Mi motivación está enfocada ahora hacia la competición, que es lo que me llena más en este deporte. Estar en una prueba con las rivales, que también son buenas amigas, me gusta mucho. Pero en esos cinco minutos en los que estoy sola centrándome en el problema que es el bloque se me abre la mente con ideas. Empiezas a probar y, como sólo está el bloque, te olvidas del resto. Es cierto que no me entero de la gente que me anima. Estoy yo sola y nadie más. Es una situación muy difícil de explicar. Me están gritando cientos de personas y no me entero de nada. Es algo muy bonito. Hasta que no lo vives, no se puede entender.

K: ¿Se te hace el silencio?

A: Es como que se te abre un mundo aparte donde sólo estás tú, la pared y el bloque que tienes equipado para ti. Son cinco minutos reducidos a eso. Sí, es un mundo en silencio.

“Cuando me despierto por la mañana, en lo primero que pienso es en cómo voy a afrontar el día basándolo en si tengo que entrenar por la mañana o por la tarde. Pero no sólo es el día a día, sino todo el año. De hecho, ahora en vacaciones, estoy aprovechando para escalar en este tipo de instalaciones que encuentras por Europa. Estoy 100% centrada en escalar, pero no sólo yo. Mi hermano y mis padres, también me acompañan siempre y están igual de implicados”.

 

 

K: Hablábamos hace poco con Iziar Martínez, compañera tuya en La Sportiva, sobre su forma de gestionar la mente en la competición. Ella nos decía que ahora empezaba a dominarlo un poco más, pero que siempre ha sido algo que le había costado mucho y que se ponía muy nerviosa. Nos decía que antes de salir a enfrentarse a la pared, se metía como en una burbuja. Nos hablaba también de técnicas muy concretas. ¿Cómo llevas tú el aspecto mental en la competición? ¿Cómo es tu gestión?

A: El tema mental es complicado. Cada competición es diferente y los nervios cambian según tu estado de ese día o incluso de semanas antes. Tengo mis técnicas para evitar esta presión, que no me genero únicamente yo misma, sino que en muchos casos proviene de las expectativas que se generan por las redes sociales. Es un proceso en el que estoy trabajando con un psicólogo. Su trabajo es muy importante para intentar llegar a la competición con el menor estrés posible. No es fácil. En la competición en sí, cuando ya no tienes móvil ni nada, y ni siquiera sabes si vas primera o última, sí que tengo mis métodos. Me aíslo con la música. Llevo usándola desde que empecé con las competiciones. Me pongo mis auriculares e ignoro a todo el mundo. Es como que sólo estoy yo. 

K: ¿Y cuando estás delante de la pared? ¿Estás muy nerviosa? ¿Cómo consigues tranquilizarte?

A: Básicamente, salgo de la música a esos cinco minutos en los que estoy en la pared sin pensar en nada más, como te he dicho. Es como un transvase natural. Te quitas los auriculares y vuelves momentáneamente a la normalidad de la competición hasta que me pongo delante de la pared, momento en el que entro en ese mundo aparte en el que ya no escucho nada. Es como una segunda burbuja. Durante el cambio, me ayuda muchísimo darme mensajes motivacionales o decirme palabras clave que me hacen entrar en un nivel de power grande: “tú puedes”, “dale fuerte”… Esos mensajes positivos me ayudan a creérmelo. Me gusta la competición. La adrenalina me llena mucho. Disfruto realmente incluso cuando puedo estar sufriendo porque no me sale el bloque. Ese sufrimiento me llena, tanto cuando compito como cuando entreno. Si no me ha salido un bloque, una vez terminada la competición, lo analizo con mi entrenador, David Macià, para intentar corregir los pequeños errores que he cometido y que no ocurran más tarde.

K: ¿Grabáis siempre la competición?

A: Sí. Luego miramos los vídeos para ver pequeños errores y aspectos en los que hay que trabajar. Es algo muy importante.

K: Me decías que tenías psicólogo dentro de tu equipo…

A: Sí, creo que es algo fundamental. Al principio no lo tenía y suponía mucha carga. Era muy difícil enfocar algunos aspectos. Desde que lo tengo, ha cambiado. Me ha hecho crear una rutina en competición y previa a la misma que también es muy importante. Para mí es clave. No todo es entrenar y escalar, sino que hay que tener en cuenta muchos factores entre los que está el psicológico.

“En esos cinco minutos en los que estoy sola centrándome en el problema que es el bloque se me abre la mente con ideas. Empiezas a probar y, como sólo está el bloque, te olvidas del resto. Es cierto que no me entero de la gente que me anima. Estoy yo sola y nadie más. Es una situación muy difícil de explicar. Me están gritando cientos de personas y no me entero de nada. Es algo muy bonito. Hasta que no lo vives, no se puede entender”.

 

K: ¿Cómo trabajas con el psicólogo? ¿Tienes sesiones pautadas o lo buscas cuando lo necesitas?

A: A través de la FEEC, tenemos este servicio. Estoy con Quim Segarra. Cada vez que lo necesito, le llamo. No existe una rutina de llamarle x veces a la semana, por obligación. Cuando hay una competición, o cada vez que realmente quiero hablar con él, le escribo para ver cómo hacerlo. Creo que es lo correcto. No existe la obligación de llamarle, sino que lo haces cuando realmente lo necesitas.

K: Aida, cambiamos de tema. Hablemos del trabajo que haces con David Macià. Quería saber si en este trabajo os centráis en una mejora a nivel general o si trabajáis con la mirada ya puesta en los Juegos Olímpicos de París 2024, que imagino serán una de tus aspiraciones.

A: Con David no llevo mucho tiempo. He empezado con él en 2022. Estoy muy contenta. Dependiendo del momento de la temporada, enfocamos el entrenamiento en distintos ámbitos. Si estamos en período competitivo de bloque, centramos mucho las sesiones en esta disciplina, pero no olvidamos la resistencia para las competiciones de cuerda. Nos enfocamos en la temporada en sí, pero siempre tenemos una visión a futuro, ya sea en París 2024 o en Los Ángeles 2028. Nunca se sabe. Dejamos muchas puertas abiertas sin cerrar ninguna.

K: ¿Ves viable clasificarte para París 2024? Es muy difícil. Este ha sido tu primer año compitiendo en categoría absoluta. El año que viene es cuando te juegas la plaza y será únicamente tu segundo año en el máximo nivel.

A: Sí, la plaza se juega en 2023. Es realmente complicado porque el nivel es muy alto. Hay mucho trabajo por delante. Igualmente, pensamos que el mundo no se termina en París 2024. Me quedan muchos años y muchas competiciones. Si no es París, puede ser Los Ángeles. Lo importante es disfrutar del trabajo. Si no disfrutas del camino, la competición no llega.

K: ¿En qué puedes mejorar pensando en el próximo año? Hablo de aspectos técnicos, de flexibilidad, de fuerza de dedos, fuerza en su conjunto, mentalidad… ¿Dónde tienes margen de mejora?

A: Siempre creo que hay margen de mejora en todos los deportistas porque siempre puedes aspirar a más y mejor. En mi caso, estoy tratando de mejorar el aspecto físico, que creo que tenía algo olvidado. Estamos potenciando esto sin dejar de trabajar en todos los otros componentes. Si te centras en uno, puedes perder otro. El aspecto mental o el de flexibilidad, por decirte un par de ellos, los trabajo prácticamente a diario. Creo que si los dejas, se pierden. 

 

K: ¿Hay movimientos que realizas de determinada manera que crees que podrían ser más eficientes de otra? Hablo más de técnica que de fuerza.

A: Creo que todos tenemos nuestros puntos fuertes a los que recurrimos como primera opción. El mío creo que es el uso de talones. Siempre intento entrar más de cadera. Ahora, entrenando, trato de dejar esta opción a un lado para trabajar otros métodos.

K: El entrenamiento es complejo. La fuerza, la técnica, lo mental… Es una mezcla con muchos factores a gestionar. No te puedes centrar en uno solo olvidando los demás.

A: La escalada es un deporte muy completo que te exige trabajar casi todas las partes del cuerpo: piernas, superior, abdomen, dedos… Al final hay que tener todo el cuerpo equilibrado sin olvidar nada. 

K: ¿Qué diferencia a una número uno como Janja Garnbret? ¿Por qué es la mejor? ¿Por sus cualidades físicas? 

A: Creo que ella es la número uno porque lleva detrás muchísimas horas de entrenamiento. Seguir siendo la primera es un trabajo muy duro. Mantenerse año tras año tiene muchísimo mérito. Posee grandísimas cualidades como deportista, aparte de su técnica y mentalidad que son brutales. Es una persona increíble.

“Me gusta la competición. La adrenalina me llena mucho. Disfruto realmente incluso cuando puedo estar sufriendo porque no me sale el bloque. Ese sufrimiento me llena, tanto cuando compito como cuando entreno. Si no me ha salido un bloque, una vez terminada la competición, lo analizo con mi entrenador, David Macià, para intentar corregir los pequeños errores que he cometido y que no ocurran más tarde”.

 

K: ¿Si tú pudieras echar las mismas horas, dedicándote al 100% a escalar, podrías llegar a ese nivel o hay algo genético?

A: Creo que se puede llegar con muchísimo trabajo. Pero también pienso que a nosotros nos fallan las instalaciones de alto rendimiento. Es algo muy negativo que nos perjudica a todos los escaladores de la selección española. No tenemos centros específicos con todo y que sean especiales para entrenamientos enfocados en la competición. Están en construcción, pero nos sacan muchos años.

K: Pero si pudieras dedicarte al 100% a este deporte, echando todas las horas del mundo, rodeada de los mejores profesionales y de las instalaciones más completas, como las que tienen en Eslovenia, ¿se puede llegar o hay un componente genético importante?

A: No diría que la genética lo sea todo. No es determinante ser más alta, más baja o tener cierta envergadura. Puedes hacer muchas cosas independientemente de tu complexión física.

K: ¿Quiénes son tus referentes?

A: Janja Garnbret, por todo lo que te he dicho. Tiene una personalidad que pocos deportistas poseen. Su trabajo, su dedicación y, sobre todo, su capacidad mental para entrenar siendo la número uno… Eso no es fácil.

 

K: ¿Y la figura de tu compañero en La Sportiva, Alberto Ginés? Un chaval de Cáceres, con los problemas en instalaciones que hay en este país, que ha conseguido no sólo un oro olímpico, sino muchos otros resultados impensables, debe de ser una gran inspiración.

A: Sí, por supuesto que es una inspiración para mí, y además más próxima. También entrena con David Macià. Coincidimos en ocasiones y veo todo el trabajo, el sacrificio y el amor que tiene por este deporte. Es como una realidad más cercana. Me digo que él lo ha hecho sin instalaciones específicas y que por qué yo no puedo lograrlo. Verle entrenar es decirte que si él lo ha podido hacer, tenemos que lucharlo. Demuestra que se puede. Es la prueba. Verle entrenar cada día es muy motivante. Es un referente muy cercano. Tenerlo cerca ayuda mucho.

“Es realmente complicado porque el nivel es muy alto. Hay mucho trabajo por delante. Igualmente, pensamos que el mundo no se termina en París 2024. Me quedan muchos años y muchas competiciones. Si no es París, puede ser Los Ángeles. Lo importante es disfrutar del trabajo. Si no disfrutas del camino, la competición no llega”.

 

K: Aida, me ha gustado mucho hablar contigo. ¿Te veré en Rodellar, en La Sportiva Climbing Festival?

A: Sí, eso espero. ¡Tengo muchas ganas!

 

 

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