Alexis Berg. El instante decisivo.

Alexis Berg es un fotógrafo diferente. Parece que ha sido tocado por esa varita que convierte a un fotógrafo excelente en uno genial. También ayuda la experiencia. Alexis ha recorrido las principales carreras de montaña del mundo. Ultra-Trail du Mont Blanc, Transvulcania, Marathon des Sables, Diagonale des Fous, Western States, Hard Rock, Les Templiers, Transgrancanaria, Ultra-Trail Mont-Fuji, Lavaredo, Eiger Ultra Trail, Tarawera, Ultra-Trail Australia, Hong Kong 100, Madeira Ultra-Trail, Lofoten Ultra-Trail, Glencoe Skyline y muchas otras pruebas, han sido escenarios donde los diafragmas de las diferentes cámaras de Alexis han hecho su trabajo. Fruto de él, es un proyecto fotográfico que no encuentra comparación en el arte de la fotografía de trail running: Grand Trail, Le Livre.

Fotografías donde el protagonista absoluto es el paisaje o el entorno y los corredores aparecen sin nombre, anónimos, como meros extras; fotografías donde, ahora sí, el protagonista absoluto es el corredor con el que Berg parece establecer una química que va mucho más allá de la relación profesional; fotografías donde el foco está puesto en la composición con unos juegos de contrastes, de luces y sombras, absolutamente geniales. Son tres tipos de fotografía que pretende cubrir la selección realizada. La mayoría de las imágenes que se muestran a continuación pertenecen a su proyecto Grand Trail.

Hablar de la dificultad para elegir las fotografías que mostrar en Kissthemountain parecería un tópico. Pero es que pocas veces nos ha resultado tan complicado realizar los descartes para llegar a esta selección final. Tras varias horas estudiando las fotografías enviadas por Alexis Berg, tomé la decisión de contemplar cada una de ellas durante dos minutos para a continuación cerrar los ojos y ver cuáles me emocionaban más y me hacían sentir el entorno en ella mostrado. Esas fueron las elegidas. Muchas gracias Alexis.

Si tratas de ponerte en el lugar de uno de esos tres corredores casi puedes sentir la sensación de pequeñez ante la gran montaña. Belleza y respeto, casi miedo.

El mar recibe la visita de la montaña. O quizás sea lo contrario y la anfitriona sea esta última. En cualquier caso, una playa en el paraíso.

¿Por qué corremos en la montaña? No hace falta más respuesta que la contemplación de esta fotografía.

Hay muchas fotografías que tratan de captar la serpiente de luz que se forma con los haces emitidos por los frontales de los corredores. Luego, está esta.

Aún quedan unas horas para llegar al Roque de los Muchachos a 2.420 msnm para lanzarse en un frenético descenso hacia el mar en poco más de 18 kilómetros. Pero ahora no toca pensar en eso, sólo en disfrutar del sol que da los buenos días a la isla de La Palma.

“Él quemó todo. El crono y los corazones. Y de repente fue el fuego el que tomó a Jim. Permaneció inmóvil en el polvo, perdido en el horno de un cañón, su estómago en llamas, su sueño en humo.

 Sus tiempos de paso eran una locura, a pesar de la nieve y el calor insoportable. Desde el principio, estaba volando, como siempre, superando todos los récords del pasado, establecidos por los mejores corredores de la historia de este deporte.

 Y mientras todas los límites caían, también él lo hizo. Estrella rota que choca contra una pared, invisible y real. Corrió más allá de los límites y encontró el suyo. Es la ley de los mortales.

 Amo a los locos y soñadores. Amo a los poetas de lo imposible”.

Texto extraído del perfil de Instagram de Alexis Berg.

No marchar en primera posición de una carrera de larga distancia tiene muchas ventajas. Al menos el camino hacia el paraíso está marcado ya por huellas en la nieve.