15 Ago Everest Trail Race – The Elements. Sin aliento.
Texto: Kissthemountain
“Es difícil sintetizar en pocas palabras el cúmulo de sentimientos y sensaciones que puede suponer para cada cual participar en la Everest Trail Race. Casi tanto como definir lo que empuja a muchos de nosotros a plantearnos retos o metas que suponen, en la mayoría de los casos, un esfuerzo desmedido.
Quizás sea nuestra propia vanidad la que nos conduce a plantearnos semejantes objetivos. Seis días de esfuerzo, 29.000 metros de desnivel acumulado y 160 kilómetros dan para mucho, en lo personal, lo físico, y lo humano. Largas distancias, subidas inacabables, descensos que irremediablemente terminarán iniciando un nuevo ascenso sin fin, frío, altura, autosuficiencia, soledad, el peso de la mochila, el diálogo permanente con nuestras propias limitaciones, capacidades e incapacidades, llegando en ocasiones al desamparo físico… Todo ello, sin duda, nos lleva hasta el fondo de nosotros mismos, a ese límite al que llegamos y desde el que constatamos que aún está en alguna estación más lejana, o, al menos ése es nuestro deseo.
¿Qué nos fascina de todo ello? Naturalmente, cada uno tendrá sus propias respuestas y objetivos y sería temerario y arrogante por mi parte tomarme la libertad de definir las necesidades de cada cual.
Sin duda, la Everest Trail Race, de manera global, puede ofrecernos belleza salvaje, la espectacularidad del Himalaya y sus gentes, el encuentro con otras culturas o el descubrimiento; y en lo deportivo, quizás, una de las carreras más duras del mundo”.
Las anteriores son palabras de Jordi Abad, director de Everest Trail Race, una carrera que cuenta con el patrocinio principal de THE ELEMENTS y que tiene como protagonista un paisaje desmedido. Colosos del Himalaya como Everest, Lhotse, Ama Dablam, Kangtega, Kongde o Tamserku salen constantemente al encuentro de unos corredores que encuentran ante su visión fuerzas para seguir avanzando en una carrera igual de dura que espectacular. Porque tanto sus desniveles como las panorámicas que ofrece dejan sin aliento.
La Everest Trail Race es una carrera por etapas y en autosuficiencia en cuanto a material técnico. Durante los seis días que dura esta prueba que se desarrolla en la zona del Solukhumbu en el Nepal entre los 2.000 y los 4.100 de altitud, los corredores superan los 29.000 metros de desnivel acumulado en etapas de entre 22 y 37 kilómetros para hacer un total de 160 en los que cada participante deberá portar el material técnico de uso personal y el material obligatorio. La organización únicamente es responsable de la alimentación y avituallamiento a lo largo de los recorridos y de establecer los campamentos en cada final de etapa. Es por ello que los corredores deberán portar elementos imprescindibles para su supervivencia, como son ropas de abrigo o el saco de dormir. Este peso extra en la mochila, a esta altitud, es algo a tener muy en cuenta.
Se trata sin duda de una prueba que no olvidará ninguno de sus participantes entre los que estará, en la próxima edición, un equipo formado por Anna Comet, Manu Vilaseca y Gerard Morales, miembros de THE ELEMENTS Team, y que tratarán de revalidar la victoria por equipos conseguida en la pasada edición. La apuesta por el deporte femenino de la marca que tiene entre sus valores la salud, el bienestar nutricional, la deportividad o la humanidad demuestra claramente que el principal patrocinador de la prueba es algo muy especial. Es sin duda arriesgado formar un equipo que busca renovar su título con dos chicas y un chico, pero a estas alturas nadie cuestiona que THE ELEMENTS es algo diferente y especial como vimos en este artículo publicado hacer unos meses.
El equipo de THE ELEMENTS, y no hablo sólo del que estará presente en Everest Trail Race, está formado por deportistas muy diversos combinando corredores de montaña con atletas amateurs y paralímpicos. Los objetivos de sus miembros son muy variados, pero en el fondo sus integrantes no son tan distintos: luchan por lograr sus objetivos dando todo lo que tienen en competición y mostrando siempre un gran respeto por la salud y el entorno natural.
Precisamente, el respeto está en el ADN de la prueba que celebrará su novena edición del 7 al 19 de noviembre de 2019. Y no sólo por el del entorno natural, sino también por el humano. El compromiso con la tierra y las gentes del Nepal obliga a la organización a esforzarse al máximo utilizando con total responsabilidad la energía, el agua y otros elementos naturales para dejar el más mínimo indicio del paso de la carrera por el Nepal, y por supuesto a cuidar los valores y costumbres de una civilización muy diferente a la nuestra y de la que tenemos muchísimo que aprender.
Tengo la suerte de conocer personalmente a Anna Comet, Manu Vilaseca y Gerard Morales. No tengo ninguna duda de que el fascinante entorno por el que transcurre la prueba devolverá a estos corredores todo el respeto que le muestran. Cuando uno ama a la montaña, ésta suele mostrar reciprocidad. Y Anna, Manu y Gerard han demostrado a lo largo de sus extensas carreras deportivas un respeto encomiable por el deporte y la naturaleza. Estoy también seguro de que su esfuerzo por realizar una gran competición les hará ser uno de los equipos candidatos al título. Eso sí, dudo que su lucha y sufrimiento borre la habitual sonrisa de sus rostros.
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