JAKOB SCHUBERT. Una revolución

JAKOB SCHUBERT. Una revolución

JAKOB SCHUBERT. Una revolución

Por Kissthemountain  

 

 

Las palabras en ciertas ocasiones, juegan con nosotros. El término “evolución” tiene distintas acepciones. Una de ellas es la que se refiere al cambio o a la transformación gradual de un estado, de una idea o de, en definitiva, la forma de realizar algo. Lee de nuevo esta definición simple. En ella, encontrarás la palabra “gradual”. Algo evoluciona gradualmente cuando su desarrollo se produce de manera sucesiva y continua, “por grados”, sin cambios bruscos. Ahora, prueba a añadir una simple “r” al término “evolución”. La palabra resultante es “revolución”, que hace referencia a un cambio radical, transgresor o rompedor. Justo lo contrario que implica el concepto “gradual”. Una simple letra, la “r”, lo altera todo. Menudo cambio. 

 

 

Las revoluciones son puntos de inflexión en la vida de las personas o en el conjunto de la sociedad. A partir de ellas, ya nada vuelve a ser lo mismo. Una revolución siempre supone cambiar las reglas que hasta entonces definían nuestra forma de entender algo. Sin grandes personajes que un día se atrevieron a vulnerar estas normas, el mundo no sería igual. Pensemos en las artes. Sin Picasso, la pintura no sería hoy la misma. Lo mismo ocurre con Buñuel y el cine, o con el flamenco y las figuras de Camarón o Morente. Ellos transgredieron y cambiaron el mundo del arte, de la misma forma que no hace mucho tiempo, Internet y las redes sociales lo hicieron con nuestra sociedad y la forma de comunicarnos.

 

 

MINUTO 31

En el minuto 31 del vídeo del canal de Youtube de Jakob Schubert que mostramos en este artículo, el escalador austríaco de Mammut grita con una euforia imposible de contener. No es nada nuevo. Todos los aficionados al mundo de lo vertical hemos visto esta forma de manifestar la emoción contenida en muchos otros escaladores tras poner el rotpunkt en proyectos que les han supuesto dar lo mejor de sí mismos, en una lucha constante en muchos casos llena de decepciones. En la mente de todos, los gritos de Adam Ondra al encadenar Silence, el 3 de septiembre de 2017, en la cueva de Hanshelleren, en Flatanger (Noruega), precisamente el majestuoso escenario de B.I.G., el nuevo 9c que Jakob Schubert proponía al mundo el pasado 20 de septiembre. Lo que sí es nuevo y, a nuestro juicio, una revolución comunicativa, fue la posibilidad de seguir el encadenamiento en directo, en streaming como se dice ahora, en el canal de Youtube del propio Schubert. Algo tan novedoso en un proyecto de tal envergadura no se había visto hasta ahora. ¿Será esto un cambio de paradigma? ¿Veremos este tipo de emisiones para otros proyectos en el futuro? Es muy probable. Esos gritos de Jakob justo en el momento de poner la cadena podrían estar dirigidos al mundo para decirles que una nueva forma de comunicación es posible. Ya no es sólo anunciar en las propias redes sociales, como Instagram, quizás la más utilizada por los escaladores, la consecución de un proyecto, el logro del objetivo soñado, sino emitir en directo todo el proceso, porque no solamente se puede ver en este canal el pegue final, el que entra en la historia, sino incluso cinco intentos anteriores. Esto, para el que escribe, puede suponer una auténtica revolución. 

 

 

SEGUIMIENTO

 

Muchos se quejan de que una publicación en una red social como Instagram, Facebook o X tiene una vida muy corta que depende de los caprichos del algoritmo. En los mejores casos, de dos o tres días, dependiendo de las interacciones de los usuarios. Meses o incluso años luchando por un proyecto para un tiempo tan corto en el foco mediático. Además, las publicaciones en papel casi han desaparecido, por lo que ya no es posible ojearlas en rocódromos u otros espacios que serían idóneos para que los proyectos de los escaladores permanecieran más tiempo vivos, el que el responsable de este tipo de establecimientos estimara conveniente antes de retirar esas revistas para sustituirlas por otras. En cambio, la retransmisión del encadenamiento de B.I.G. fue seguida en directo por unas 4.000 personas. Eso es muchísimo si pensamos que se realizó a primera hora de la tarde y que esa misma mañana Jakob Schubert anunciaba que ese día no sería posible un nuevo intento por las malas condiciones meteorológicas. Pero, además, esa retransmisión sigue alojada en esta plataforma de publicación de vídeos, superando el día en el que este artículo se está escribiendo las 251.000 visualizaciones y los 500 comentarios. Y seguirá aumentando, porque publicaciones digitales como Kissthemountain pueden seguir emplazando es sus páginas enlaces al mismo. Es, sin duda, una nueva forma de comunicar. Para el gran público es algo muy especial, pues pasa de ser simplemente un aficionado a convertirse en espectador “televisivo” de un evento en directo, como ocurre con muchísimos otros deportes. Ya se retransmiten competiciones -en la retina de muchos nosotros está la medalla de oro olímpica de Alberto Ginés-, pero desplazarse al entorno natural, a la roca, para mostrar proyectos personales, es algo diferente, innovador y revolucionario. Seguramente, hay contras. Muchos otros escaladores se sentirán en cierta medida intimidados ante esta nueva forma de comunicación. Ya es mucha la presión interna que deben soportar para pensar en que además miles de ojos están siguiendo su performance. Pero es que esto, el sentir incomodidad o incluso miedo, está implícito en cualquier revolución. ¿Acaso no nos sentimos preocupados por la deriva que puede tomar la sociedad con el uso de la inteligencia artificial?   

 

 

UNA CURIOSIDAD. O DOS.

Antes de seguir redactando este artículo, me he parado para leer lo escrito hasta el momento. Y me he sorprendido por los caprichos del destino. Para contar la revolución comunicativa que supone la retransmisión en directo de este gran proyecto de Jakob Schubert, he recurrido a tres nombres, al del escalador austríaco, al de Adam Ondra y al de Alberto Ginés, que podéis leer en negrita. Ellos fueron los grandes protagonistas de la prueba final de la disciplina de escalada en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Si recordáis, Adam Ondra era líder provisional. Únicamente faltaba por saltar al plafón Schubert en la prueba de dificultad. Si Jakob no superaba el punto alcanzado por Ondra, el checo sería el campeón olímpico. Al hacerlo, por el sistema de puntuación preestablecido, era Alberto Ginés el que se hacía con el oro dejando a Ondra incluso fuera del podio. Pero esta es otra historia. Por cierto, estos tres escaladores son atletas Mammut. 

 

 

 

 

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