03 Abr Jordi Gamito. Constancia, esfuerzo y perseverancia.
J
ordi Gamito, nacido en 1981, tardará en olvidar la temporada pasada por unos resultados espectaculares culminados con un podio en el Ultra Trail du Mont-Blanc y una victoria en Everest Trail Race. Para él, no es suficiente. Convencido de que puede mejorar, se entrega día a día a su pasión: correr por montaña y rendir al más alto nivel. No todo son luces. Sacrifica muchas cosas, pero está seguro de que lo que hace es lo que le dicta su corazón. El corredor de Platja d’Aro pasa largas temporadas viviendo en Pirineos para entrenar, pero ahora, recuperándose de una lesión en el tibial, ha vuelto a su pueblo natal donde se siente más arropado que en ningún otro sitio. Una charla íntima, sincera y cercana con una persona que se lanza de cabeza a por sus objetivos con constancia, esfuerzo y perseverancia.
Texto: Álex Colomina | Kissthemountain.
Kissthemountain: Teníamos muchas ganas de hablar contigo, Jordi. Y más después de tu espectacular temporada del pasado año. Has tenido resultados excelentes en carreras muy importantes.
Jordi Gamito: Sí, hice tercero en Madeira Island Ultra Trail, segundo en Maxi Race Annecy, primero en Everest Trail Race, tercero en UTMB. Muy contento teniendo en cuenta además que en la clasificación para el mundial en Transgrancanaria, a principios de año, me lesioné. Con éste, ya son dos los inicios de temporada con problemas físicos, pero ahora toca volver a recuperar las ganas, la ilusión y sobre todo la confianza. Pienso que es lo que se pierde cuando estás un tiempo lesionado sin correr.
K: También hiciste tercero en Ultra Pirineu.
J: Sí, y en Pierra Menta de verano. Hoy justo le hablaba de esta carrera a la gente de The Elements, uno de mis patrocinadores. Corrí con Iván Camps de pareja. Él salió muy fuerte el primer día. Pensaba que iba a tirar de mí, pero luego acabé siendo yo. Salimos quintos en la última etapa y conseguimos ganarla acabando terceros de la general. Fuimos de menos a más. Es como pienso que hay que hacer este tipo de pruebas. Antes del Ultra Trail Monte Fuji, esta temporada iré a otra por parejas en Francia, la One&1. Pienso que son carreras diferentes que permiten disfrutar más de la montaña. No todo es competir al 300%.
K: Tengo curiosidad por tu evolución como corredor de montaña. ¿Cuál fue tu primera carrera? ¿Cómo la recuerdas y qué ha cambiado desde entonces?
J: ¡Ha cambiado muchísimo! La primera carrera que preparé fue el Cruce Columbia en Argentina-Chile un poco después de regresar de Tailandia [Jordi antes practicaba Muay Thai y estuvo allí, la meca de ese deporte, preparándose]. Entrené durante tres meses y ahorré para ira allí a ver qué pasaba. Me estuve pegando con Dakota Jones los últimos días y pensé que este deporte se me podía dar bien. Dakota me dijo: “tú para larga distancia vales”. Y eso me motivó. Luego en vídeos vi quién era Dakota. Me di cuenta de que era un tío muy fuerte.
K: ¿En qué año fue eso?
J: En 2014
K: ¡Cómo han cambiado las cosas en cinco años!
J: Sí, ha pasado de todo en este tiempo. Pero bien, contento. Sabía que hacía lo que me gustaba, disfrutaba de ello y cada vez he ido a más. Ahora seguimos pasándolo bien en la montaña que es lo realmente importante.
K: Con motivación y ganas, y dedicándole tiempo a lo que a uno le gusta, salen las cosas. Yo siempre digo que con esfuerzo y constancia se consiguen los objetivos, aunque para algunas cosas haga falta un toque de talento.
J: Sí, así es… Aunque a veces tienes una lesión, te vienes abajo y te cuesta más entrenar. Por ejemplo ahora, que estoy entrenando pero no puedo correr, me cuesta el doble mantener la dieta. Pero tengo que hacerlo si quiero ir a correr al Monte Fuji a finales de abril. Es parte del juego. Para estar ahí peleando me tengo que mantener bien de peso y sé que engordo fácilmente cuando no como bien.
K: Son claves que da la experiencia. Te conoces cada vez más y sabes cómo responde tu cuerpo cuando entrenas o cuando estás parado. La experiencia es un grado.
J: No es que tenga mucha, pero poquito a poco, a base de golpes vamos cogiéndola. Yo sé que para estar delante, lo primero de todo es llegar muy bien de peso. Para mí es uno de los mayores sacrificios y de las cosas que más me cuesta. Cuando estás sin entrenar aún hay que apretarse algo más. El resultado es una suma de pequeñas cosas. Es ir tocando un poco de aquí y un poco de allí, y al final sale o no sale, pero se intenta.
K: Volviendo al tema de tu evolución, nos vamos al pasado verano a Chamonix. ¿Qué sientes cuando ya sabes que vas a entrar tercero en la meta de UTMB?
J: Ahora mismo se me ponen los pelos de punta sólo de pensarlo. Para mí, la entrada en Chamonix de la pasada edición fue cumplir un sueño. La estuve visualizando todo el verano mientras entrenaba por la zona durante el mes de agosto. Sabía que este año me encontraba mejor que nunca y que podía hacerlo, pero no te lo crees hasta que pasa. Me dijeron que llevaba al de atrás a un minuto. Era mentira. Lo tenía a diez, pero me asustaron y hasta que no giré la curva en la que ya sabía que entraba tercero, no me lo creí. Ahí ya vi el sueño hecho realidad. Me lo tuve que creer y trabajar dos meses duros enfocados a esta carrera, porque hay que prepararla de manera específica. Cuando crucé la meta sentí que todo había merecido la pena. Aun así pienso que se puede mejorar, sobre todo el tiempo, no ya tanto la posición. Soy bastante inconformista.
K: Te planteas ir al nuevo formato de TDS este año, ¿no?
J: Sí, por buscar nuevas motivaciones. Vi la nueva TDS con 145 kilómetros y 9.100 metros de desnivel positivo, y como yo soy un corredor para terrenos más técnicos y carreras duras, me sentí muy motivado. Pienso que es una carrera que se adapta muy bien a mis condiciones. En verano iremos allí, volveremos a estudiar la zona y veremos el nuevo recorrido. Tengo dos quintos puestos en dos años, y nunca la he acabado bien. A ver si consigo quitarme la espina esta edición.
K: Otra carrera que te gusta y a la que vuelves casi todos los años es Ultra Pirineu. Imagino que es una carrera especial para ti.
J: Es la carrera de casa. Me siento bien acogido y vienen muchos amigos a verme que durante el resto del año no pueden seguirme. Ultra Pirineu es una carrera especial. Sé que después de UTMB no llegas al 100%, pero bueno, quizás aunque llegues cansado, la gente y los amigos, mi gente, me ayudan a llegar hasta meta.
K: Como colofón a este año, formalmente hablando, estuviste en la gala del Ultra Trail World Tour con Pau Capell. ¿Cómo fue por allí?
“Nuestro deporte es diferente. Es más montaña, algo más sano y campechano. Otros deportes pueden ser más elitistas. Pero ya te digo, yo prefiero no perder la esencia y sobre todo ser amigo de mis amigos. Tenerlos en todas partes. Al final es lo que te vas a llevar cuando dejemos de correr”.
J: Muy bien, es como el premio a la temporada. Aunque el UTWT no era el objetivo del año pasado, quedé segundo y estoy muy orgulloso. De todas formas, pienso que la manera de puntuar no es la correcta. Creo que si lo hicieran tres carreras en lugar de sólo dos se haría más justicia. He disfrutado mucho de la segunda posición y como te he dicho, lo considero un premio para la temporada. Aun así, no pienso que soy subcampeón del mundo. Para mí el campeón del mundo es Luis Alberto. A mí me salió muy bien UTMB y he hecho segundo en el circuito. Es un lujo hacer dos carreras y quedar segundo en un circuito mundial que tiene más de 12. Me ha salido bien y estoy contentísimo de lo que he conseguido a nivel mediático. De todas formas yo tengo claro que me gusta ser legal, pisar con los pies en el suelo y sé que no soy subcampeón del mundo. Deberían premiar más la regularidad a lo largo de todo el año.
K: Nos vamos a una experiencia competitiva montañera lejos de nuestro entorno que tú conoces bien: Everest Trail Race.
J: Esta carrera es brutal. Pienso que es una prueba muy desconocida aquí, a nivel nacional. Se dice que es cara pero cuando ves el montaje que tienen, la seguridad que te transmiten… Pienso que es una carrera y una experiencia para vivirla por lo menos una vez en la vida. Fui una vez, la primera, y para mí hay un antes y un después de esta carrera. Nunca había ganado un occidental y este año salí a intentar hacerlo. Al quinto día de carrera me di cuenta de que sí, que era mía y que podía ganarla. Pienso que es una prueba que, si te gusta el monte, el paisaje, los recorridos técnicos, sufrir, correr en altitud, merece la pena probar.
K: Está patrocinada por The Elements, ¿no?
J: Sí, también es uno de mis sponsors. Gracias a ellos he podido ir dos ediciones. Este año volveré a ir. No será fácil pues es una prueba que se toman muy en serio los nepalíes. Piensa que hay 1.000 euros de premio. Con ese dinero pueden vivir gran parte del año. ¡Imagínate como bajan! El año pasado Luis Alberto Hernando me decía que no había manera de pillarlos en los descensos. Es una experiencia muy intensa. El que ganó el año pasado iba con unas zapatillas sin tacos, del mercado, de imitación y veías que bajaba más rápido que Hernando. Y ya sabes cómo baja él…
K: Al final es una experiencia mucho más allá de lo meramente deportivo… He estado leyendo sobre el proyecto de The Elements y me parece realmente especial. Parecen apostar por algo muy diferente.
J: Pienso que todo lo hacen con cabeza, con coherencia. Son personas humanas, y como tales tienen en cuenta aspectos que van más allá de lo puramente competitivo. Estoy con ellos desde el principio y pienso que valoran el lado humano de una manera diferente a como lo hacen otras marcas. Da gusto estar con ellos. Yo me considero un corredor que ante todo soy una persona normal, de a pie. Y tener gente normal a tu alrededor te ayuda mucho. Además están sus productos. Para mí, que soy una persona muy preocupada por la alimentación, son muy buenos.
“Tienes que saber dónde te metes y pisar con los pies en el suelo. Hay que saber respetar a la montaña y ser conscientes de que siempre va a estar ahí. Es muy importante tener claro que a veces hay que dar media vuelta y volver para casa. No pasa nada. Otro día será”.
K: Aunque en nuestro disciplina algo menos, parece que a veces se olvida el aspecto humano y humilde de los deportistas. Entre muchos surge esa aureola de superioridad, de creernos más por hacer bien un deporte, cuando al fin y al cabo, somos personas como cualquier otra que simplemente tenemos tiempo para dedicarlo a lo que nos apasiona.
J: Así es, sólo tienes que pensar que cuando te lesionas ya no eres el mismo. Estás arriba hoy y mañana abajo. Nuestro deporte es diferente. Es más montaña, algo más sano y campechano. Otros deportes pueden ser más elitistas. Pero ya te digo, yo prefiero no perder la esencia y sobre todo ser amigo de mis amigos. Tenerlos en todas partes. Al final es lo que te vas a llevar cuando dejemos de correr.
K: Ir a cualquier sitio y estar con gente que conoces, con la que tienes cosas en común. Salir a correr o a tomar algo… Eso no tiene precio.
J: Eso es lo que nos vamos a llevar. Quizás nunca dejemos de correr, pero de competir… Ya veremos dentro de 10 años.
K: Insistes en que te cuesta un poco el tema de la nutrición. ¿Cómo la cuidas? ¿Llevas una dieta especial?
J: Sigo una dieta. Intento no pasarme, salvo un día a la semana que es lo se me permite. Eso es sagrado para mí. [Risas]. Sigo las pautas en cuanto a la comida y el peso. Antes comía mal. Cuando empecé a correr estaba más gordito. Tengo demostrado que haciendo esto bien, me da resultado. Así que con el tiempo he ido limando más estos detalles porque pienso que es fundamental. Mi entrenador, Jokin Lizeaga, me preguntó una vez si había visto a algún keniata gordo. ¡Es la pura verdad! No ves a ningún maratoniano pasado de peso. La montaña es distinta, tiene otro desgaste, pero sí que hay que mirarse y cuidarse.
K: Sí que es un deporte distinto. Tienes que ganarte tu estado de forma con el entrenamiento, la nutrición, el descanso…, pero nos gusta recalcar que hay valores que realmente están por encima. ¿Qué te aportó a ti, por ejemplo, la experiencia de competir por parejas?
J: Corrí Everest Trail Race este año con Manu Vilaseca y la Pierra Menta Été con Iván Camps. Pienso que se logra la esencia: ayudarse el uno al otro. También que son valores que no hay que perder. Son montaña. Este año, por ejemplo, en Pierra Menta Été, en la primera etapa Iván me sacó los ojos, pero después me hizo un poco más de caso y los dos compaginamos su explosividad de juventud con mi experiencia de perro viejo. Y nos salió bien. En Everest Trail Race, vi que Manu Vilaseca el último día iba un poco baja. Como al segundo le sacaba bastante tiempo, decidí hacer la etapa con ella para ayudarla. Pienso que estas experiencias de correr en equipo acaban sacando el lado más humano del deporte. A mí es lo que más me llena, y estoy seguro de que es de lo que nos acordaremos en el futuro. Me gusta la competición, pero mucho más lo humano.
K: Tienes un visión más montañera, más romántica que la de puro atleta.
J: Más popular que elitista. Me considero campechano, una persona normal, cercana, y quiero mantenerlo. Yo vengo de abajo, de la construcción, y todo esto lo he hecho por afición. Le he dedicado muchas horas porque me apasiona y todo lo hago así. Puedes hablar con mis amigos. Todos los deportes que he hecho los he vivido así. En todos he dado lo máximo, pero sin perder de vista mi esencia.
K: De eso se trata y por eso estás ahí. Si no pusieras todo el empeño en ello sería mucho más difícil. Y sobre todo mantenerse.
J: Eso es lo que más cuesta. Hay cosas que tengo muy claras. Es básico dormir ocho horas e incluir el descanso en el entrenamiento. Normalmente si no lo haces, al final no rindes. Hoy le decía al fisio que noches locas las justas. Tengo mis prioridades. Sé que tengo que descansar y dormir siete u ocho horas, porque sino al día siguiente no puedo entrenar. Me ayuda que en la cabeza tengo mis prioridades muy claras. Cuando intento hacer algo, pongo todo de mi parte. Si no, no me merece la pena.
K: Subes a entrenar mucho al Pirineo oriental catalán. Incluso vives allí temporadas. Cada vez sube más gente a alta montaña a entrenar ligeros de material y a hacer actividades más largas. ¿Tú crees que corredores mediáticos pueden o deben ser un ejemplo de seguridad en la actividad en este medio?
J: Pienso que cada uno sabe sus límites y tiene que conocerse para no dejarse llevar por nadie. Debes tener un poco de personalidad en este aspecto. En mi caso, por ejemplo, hay cosas que hace Kilian que ni se me pasarían por la cabeza. Tienes que saber dónde te metes y pisar con los pies en el suelo. Hay que saber respetar a la montaña y ser conscientes de que siempre va a estar ahí. Es muy importante saber que a veces hay que dar media vuelta y volver para casa. No pasa nada. Otro día será. Esto es básico. Cada vez hay gente más minimalista en la montaña, pero una manta térmica y un teléfono cargado nunca pueden faltar en la mochila.
K: Yo, por ejemplo, vengo de trabajar casi ocho años en un refugio en alta montaña. Ves pasar a mucha gente. A veces no ocurren más cosas porque parece que estamos protegidos por algo sobrenatural. Insisto mucho en la formación, en que la gente aprenda y lea. En ocasiones da la impresión de que entre algunos falta esa conciencia montañera de conocer el medio en el que se mueven.
J: Si no tienes ese conocimiento no deberías meterte. Yo si quiero subir una cima no voy a ir sin preocuparme por mi seguridad, por mi vida. Intentaré entrenar con el fin de llegar suficientemente preparado para subir y bajar de ella, adquirir conocimientos técnicos… Me parece básico, de sentido común, y a la vez difícil de inculcar a la gente. Si eres una bala perdida y hay un problema luego no te puedes lamentar….Yo no pienso en que alguien se fije en mí y haga una locura. Al contrario, esa persona tiene que tomar las precauciones máximas dentro de sus posibilidades.
K: En el ámbito montañero hay una carrera a la que sé que le tienes bastante cariño. Hablo de la Rialp Matxicots.
J: Sí, claro. Primero de todo, la organizan unos amigos, gente de montaña que verdaderamente ama este deporte. Es una de las carreras que casi nunca me cuadra por calendario y que siempre quiero ir. Fui un año después de la TDS y ya no he vuelto. Me gustaría hacerlo, pero es sólo 15 días después de TDS o UTMB. Es difícil meterla ahora en el calendario. Es una carrera muy alpina, bonita y con una organización perfecta.
K: Yo también conozco a la organización y el recorrido. La corrí en 2017 y la verdad es que fue una experiencia muy bonita. Se hicieron dos etapas, pero este año vuelven al recorrido original ultra por ser el décimo aniversario. Seguro que les va genial.
J: Lo que me gusta de las carreras es eso. Por calendario compito poco a nivel nacional, pero me encanta ese ambiente montañero, de sentirse a gusto y arropado. Todo el pueblo está volcado.
K: Para acabar esta charla y pensando en tus inicios… ¿Qué le dirías a alguien que empieza a correr en carreras por montaña?
J: Que disfrute. Que disfrute todo lo que pueda y que intente hacer las cosas bien. Que tome precaución y que no haga locuras. Que no se meta en un ultra de la noche a la mañana. Que vaya paso a paso. Que primero haga unos buenos cimientos, una buena base y luego se vaya poniendo objetivos, pero siempre y cuando éstos sean razonables y se puedan trabaar. El resultado será mejor o peor, pero que por lo menos llegues con la faena hecha. Para mí esa es la base, lo poco que he aprendido, y si volviera a empezar quizás haría algunas cosas de manera diferente.
K: Dejarse asesorar por gente experimentada…
J: Ahora parece que si no haces una maratón no eres nadie. Pero una maratón son 42 kilómetros. Se le pierde el respeto a la distancia. Son muchos kilómetros, un apretón que le pegas al cuerpo. Hay que empezar desde abajo, y si tu cuerpo te lo va aceptando pues ir para arriba. Pero sobre todo escuchar el cuerpo para que esto no dure uno o dos años, sino que puedas correr toda la vida.
K: Y tú… ¿Cómo vas de tu lesión?
J: Jodido pero contento. Ya me quedan menos de tres semanas para empezar a trotar. Hago elíptica, pesas en gimnasio, rodillo y poco más. Deseando volver. Sé que cuando empiece a correr tendré muchas agujetas, pero sobre todo, lo que más deseo es que desaparezcan las molestias y que no vuelva a recaer. Si sale así, como me ha dicho el Dr. Brotons, no tendré ningún problema. Habré empezado la temporada más tarde, pero espero que esto me vaya bien para finalizar un poco más fuerte. Eso es parte de la motivación que tengo ahora. Voy contando los días, intento distraerme. Estoy deseando meter volumen en marzo para llegar al Ultra Trail Monte Fuji con entrenamiento.
K: El cuerpo tiene memoria. Con los años vas viendo que en ciertos aspectos cada vez partes de un nivel más alto.
J: Sí, pero tienes tus dudas. Al parar piensas si volverás o no bien. Eso dice la gente, que el cuerpo tiene memoria, que no pasa nada, que recuperaré bien la forma, pero no lo sabes hasta que empiezas a correr. Ahora ya sé lo que tengo que hacer para llegar al buen estado de forma y eso ayuda, porque antes no lo sabía. Ese camino ya lo conozco. Si priorizo cosas al final el resultado sale, y eso merece la pena.
K: Un placer esta charla contigo, Jordi. Te deseo una buena recuperación y que tu temporada sea, al menos, igual que la pasada.
J: Igualmente, Alex. Un abrazo y a seguir disfrutando de la montaña.