13 Oct LLUC Y LAU MACIÀ. La escalada como forma de vida
Lluc y Lau Macià hace tanto tiempo que escalan que ni siquiera recuerdan su primer día en la roca o en el plástico. Estos jovencísimos escaladores del equipo Mammut compaginan estudios, competiciones y entrenamientos a un altísimo nivel, pero si algo hacen por encima de todo, y muy bien, es soñar. Sueñan con superarse en cada competición, en cada pegue, en cada sesión de físico. Día tras día se levantan y siguen luchando por un sueño, por una vida, por la escalada. A pesar de su juventud, hablar con ellos es una dosis de motivación y superación en cada una de sus palabras.
Por Pat Soler | Kissthemountain
Kissthemountain: ¡Hola, Lluc! ¿Qué tal estás? ¿Es un buen momento ahora para que hablemos?
LLUC: Sí, me va bien. Me pillas entre clases y entreno.
K: ¿Cómo va todo, Lau? Imagino que tú andarás igual de liado que tu hermano. Tenía muchas ganas de hablar con vosotros. Eso que tienes en tu estado de Whatsapp, “Puedes huir o aprender”, es un fragmento de la película El Rey León, ¿no?
LAU: Si, es una enseñanza de Rafiki y Simba.
K: Rafiki golpea con un palo una vez y Simba no es capaz de apartarse. Lo vuelve a intentar y Simba esquiva el golpe. Siempre me gustó esa escena.
LAU: Si, la verdad es que la tengo porque, aunque no es literalmente mi vida, sí que la veo como un reflejo de ella. Si no consigo algo, lo que sea, una escalada, por ejemplo, tengo que seguir intentándolo y entrenando.
K: Todos tenemos un antes y un después en nuestras vidas tras probar la escalada por primera vez, pero, en vuestro caso los términos vida y escalada son prácticamente inseparables.
LLUC: La verdad es que no recuerdo mi primer día de escalada. Empecé de muy pequeño. Mi padre [David Macià], al ser entrenador, ya me llevaba a las competiciones, y yo me subía por las paredes del muro de calentamiento.
K: ¿Y tú, Lau? ¿Cuál es tu primer recuerdo de escalada?
LAU: El primer recuerdo que tengo es estar escalando en un pequeño rocódromo que teníamos en Esparraguera. Era de mi padre. Muy pequeñito. Tenía como una cueva llena de presas y vías cortitas.
K: El vuestro es un caso de estar toda una vida escalando. ¿Cómo os sentís ante esta situación?
LLUC: Empecé a escalar bien sobre los siete o los ocho años y estoy muy orgulloso de haber hecho siempre este deporte. Creo que es algo que, aunque no hubiera empezado tan temprano, me habría gustado igual en algún momento de mi vida porque es increíble.
LAU: Bueno, hay días difíciles y días fáciles, como en todo, pero mientras que te lo pases bien escalando y disfrutes, merece muchísimo la pena.
K: Hace unos años Lluc participaba en un reportaje llamado Jugando a Escalar, junto a Alberto Ginés, Ana Belén Argudo, María Benach y Geila Macià. ¿Seguís jugando a escalar o la cosa se ha puesto más seria?
LAU: Es un juego hasta cierto punto. La roca para mí es donde disfruto porque no tengo un objetivo y puedo escalar más a la ligera. En cambio, en las competiciones, quiero hacer un buen papel.
LLUC: Cuando eres pequeño, todo es como un juego; cuando te haces mayor, las cosas se hacen más intensas. Con la escalada pasa igual, pero hay que seguir jugando en cierta medida, porque de lo contrario, la mente falla o la motivación cae. Te tienes que mover por lo que realmente te motiva.
K: Cuando erais más pequeños, entrenabais unos cuatro días a la semana, de dos a tres horas, y ahora estudiáis en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, competís los fines de semana y entrenáis seis días a la semana. ¿Cómo estáis gestionando este cambio?
LLUC: Este año llevamos ya tres semanas en el CAR. Es un cambio duro porque te levantas temprano por la mañana, haces tus horas de estudio, lo compaginas con los entrenos, comes, vuelves a entrenar y por la noche, al llegar tarde y cansado, aún tienes que hacer algo de deberes. A la mañana siguiente es igual. El fin de semana puedes tener competiciones o te vas a escalar a roca que, aunque en plena temporada no es posible, es algo bueno y necesario para seguir mejorando.
K: ¡Son días de auténtica locura!
LAU: Sí, muy loco [Risas]. Normalmente entreno entre cinco y seis días a la semana. Intento compaginar los estudios con entrenamiento lo mejor que puedo. Ahora estoy estudiando bachillerato en el CAR, como mi hermano. Cuando termino las clases que son de 8 a 11 de la mañana, cojo transporte público para entrenar en Sharma Climbing o en el Flash de Sant Cugat. Están bastante lejos. Como y vuelvo a casa a otra vez de 3 a 4. Por último, voy al gimnasio.
K: Doble entrenamiento. ¿Cuántas horas podéis llegar a entrenar en el día?
LAU: Como media jornada. Descansamos un día a la semana. Cuando hay competiciones, hacemos dos días de descanso.
K: No hay rocódromo en el CAR aún, ¿verdad? Es como pensar que un nadador profesional no tuviera piscina donde nadar.
LAU: Si, nos faltan aún muchos equipamientos, aunque el CAR está ayudando mucho. De hecho, los escaladores somos los únicos del centro de alto rendimiento que tenemos que salir fuera para entrenar.
K: Creo que habéis entrado unos cuantos escaladores. Antes de los Juegos Olímpicos de Tokyo, sólo estaba Alberto, pero ahora sois ocho. Es un gran cambio.
LLUC: Aquí en el CAR tenemos un buen grupo y la motivación de entrenar, mejorar y estar todos juntos es algo muy importante. El cansancio se lleva mucho mejor así.
K: Tokyo 2020 ha cambiado el escenario…
LAU: Si, ha significado un montón porque nos ha inyectado un plus de motivación a todos. Si el noveno es lo máximo en la roca, en la competición son los juegos olímpicos.
LLUC: En el grupo que tenemos en el CAR, nos conocemos casi todos desde hace muchos años. Esto es algo muy bueno porque, además de entrenar juntos, comemos, estiramos, vamos a la piscina, salimos del CAR en grupo. Si no tuviéramos una buena convivencia, esto no funcionaría. Es algo imprescindible y también sirve para generar objetivos. Si tienes como compañero a Alberto Ginés, que ya sabemos todos lo que ha conseguido, te motivas y te dices a ti mismo que también puedes luchar por conseguirlo. Si él hace un bloque, tu estás ahí machacando y machacando y, si no lo consigues, pues insistes más. Aunque no quieras, te picas de una manera sana. Es como en las competiciones, en las que la rivalidad, si la hay, es muy sana, algo positivo que nos ayuda a todos a mejorar.
LAU: Sí, es muy sano. Parecería que son compañeros que compiten contra ti, cuando en realidad uno lo hace contra sí mismo.
K: O contra el muro…
LAU: En una competición, si me gana otro, al final es un compañero. Es muy diferente a otros deportes. Uno lucha contra la pared, contra los problemas de los equipadores o contra uno mismo, pero no contra otra persona.
K: Al final, una cordada, o alguien con quien escalas, esconde algo muy vital. No sólo es competir y motivarse, sino que suele haber un lazo muy estrecho con la persona con la que compartes esta pasión.
LLUC: Si, cuando escalas, tu compañero te asegura. Pones tu vida en sus manos. Es algo que no haces con cualquiera, bonito y muy especial de nuestro deporte.
“Cuando eres pequeño, todo es como un juego; cuando te haces mayor, las cosas se hacen más intensas. Con la escalada pasa igual, pero hay que seguir jugando en cierta medida, porque de lo contrario, la mente falla o la motivación cae. Te tienes que mover por lo que realmente te motiva”.
LLUC MACIÀ
K: Hablemos de la exigencia mental de la competición. No todo es lo físico. Hay un componente psicológico muy importante.
LAU: En el bloque, siempre me siento más cansado de mente que en la cuerda. Son más minutos. Si te sale, te motivas, pero si no, te vas frustrando cada vez más, te pones más nervioso e incluso piensas en el resto de competi
dores. Tengo que aprender aún sobre esta gestión, sobre competir pensando sólo en mí mismo y en el bloque, sin fijarme en los demás.
K: Igual el de al lado resuelve a la primera…
LAU: Sí, y además la gente anima también a los otros competidores. Cuando les sale un bloque, aplauden muchísimo y te pones más nervioso aún.
K: La competición exige estar muy concentrado. Tiene que ser difícil abstraerse de todo ese ruido, ¿no?
LAU: En la cuerda, por ejemplo, me abstraigo mucho. Me concentro tanto que no escucho nada de lo que me dicen. En bloque, en cambio, siento que, al ser más tiempo, me desconcentro, escucho muchas cosas y me pongo más nervioso.
K: ¿Cómo gestionas la presión en la zona de aislamiento antes de enfrentarte al muro?
LAU: La herramienta que más uso es separarme del resto, solo con los compañeros de mi equipo, y, sobre todo, intentar no mirar lo que hacen los demás ni los otros competidores. Pienso un poco de todo, pero principalmente en que lo puedo hacer muy bien. A veces, surgen pensamientos negativos, pero esto es en pocas ocasiones.
K: Hablando de competiciones… Lluc, vas líder de la Copa de España y has acabado sexto en el Campeonato de Europa de Bloque. ¿Buenas sensaciones con la temporada?
LLUC: Estoy bastante contento con el oro en la primera cita de la Copa de España y el sexto lugar en el Campeonato de Europa. Este último puesto me ha ayudado a remontar y a seguir motivado. Esta temporada no ha sido de mis mejores. Es cierto que en la cuerda, sobre todo en Copa del Mundo, he pinchado bastante porque no podía hacer movimientos por la envergadura o por mi físico, y te lo juegas todo a un único intento. Siento que en el bloque tengo más probabilidades, porque puedo encontrar otros métodos, algo que no me ocurre en la cuerda. Los resultados en cuerda son los que son, mientras que en bloque puedo ver cómo resolver en cinco minutos.
K: Lau, ¿qué tal son tus sensaciones?
LAU: El cambio de Youth B a Youth A es muy grande. El cuerpo, la gente, la exigencia en competición. Es complicado de gestionar. Antes de la temporada me planteé, con mi padre y entrenador, pasar a todas las finales. En cuerda lo hemos cumplido más o menos. Sólo me quedé fuera en el Campeonato de Europa de Augsburgo, porque cometí un error, pero en la Copa, sí que lo conseguí y acabé con un quinto puesto en la general.
K: Lluc, hablemos de los Juegos Olímpicos de Paris 2024. ¿Están en tu hoja de ruta?
LLUC: Creo que todo deportista quiere conseguir ir a unos juegos olímpicos. Sólo clasificarse es ya es un objetivo para todo atleta de alto nivel. París 2024 está cerca. Creo que dependiendo de las cartas que juegue, podría o no clasificarme, pero está complicado. Probablemente, para Los Angeles 2028, tendré más posibilidades. Hay gente que ha explosionado de repente, y en dos años se ha colado en todas partes. Sólo falta un año para el clasificatorio, pero yo no voy a tirar la toalla.
“En el bloque, siempre me siento más cansado de mente que en la cuerda. Son más minutos. Si te sale, te motivas, pero si no, te vas frustrando cada vez más, te pones más nervioso e incluso piensas en el resto de competidores. Tengo que aprender aún sobre esta gestión, sobre competir pensando sólo en mí mismo y en el bloque, sin fijarme en los demás. En la cuerda, por ejemplo, me abstraigo mucho. Me concentro tanto que no escucho nada de lo que me dicen”.
LAU MACIÀ
K: Además, no juegas sólo. Todo puede pasar. Alguien puede fallar.
LLUC: Todos estamos compitiendo y todo el mundo puede fallar, incluso el mejor. Si falla uno, puedes pasar por delante, aunque no le hayas ganado nunca. Este es un deporte en el que, a diferencia del atletismo o la natación, los podios pueden cambiar mucho. En atletismo, por ejemplo, puedes fallar en una salida y aun así tienes tiempo para recuperarte. En la escalada, si se te va un pie estás fuera. Es un deporte muy complicado.
LAU: En mi caso, siento que hay más posibilidades para Los Angeles 2028. Tengo que mirar hacia allí. Es una motivación grande poder ir a los Juegos Olímpicos. Es presión, pero, sobre todo, motivación.
K: Si tuvieras que escoger sólo una modalidad para competir, y no la combinada de tres como en Tokyo o de dos como en París, ¿con cuál te quedarías?
LAU: Yo me decantaría por cuerda, siempre me ha gustado más y creo que lo manejo mejor.
“El cambio de Youth B a Youth A es muy grande. El cuerpo, la gente, la exigencia en competición. Es complicado de gestionar. Antes de la temporada me planteé, con mi padre y entrenador, pasar a todas las finales. En cuerda lo hemos cumplido más o menos. Sólo me quedé fuera en el Campeonato de Europa de Augsburgo, porque cometí un error, pero en la Copa, sí que lo conseguí y acabé con un quinto puesto en la general”.
LAU MACIÀ
K: Estáis centrados en la competición, y todos sabemos que compaginarla con la roca es muy difícil, pero, Lluc, ¿sueñas con algún proyecto? Al fin y al cabo, fuiste el más joven en llegar al octavo grado en nuestro país.
LLUC: Ahora mismo, creo que mis proyectos o metas están en la competición, en conseguir resultados en la Copa del Mundo, en la Copa de Europa Juvenil. Esas son mis metas por ahora. Pero siempre tengo otros objetivos. Me gustaría hacer un 9a o un 8b+ a vista. Cuando pasen algunos años o cuando tenga algún periodo de tiempo de descanso entre competiciones, pienso, y tengo en mente, que puedo lograrlo.
K: El ejemplo de Ramon Julián “Ramonet”.
LLUC: Claro, mira todo lo que hace. Creo que lo mejor es centrarte en tu vida deportiva competitiva, cuando estas en tu mejor momento, o cuando eres más joven. Esto es lo que a mi me motiva y lo que de verdad me gusta. Pero cuando ya ves que no puedes seguir y te retiras de las competiciones, ahí tienes todo el tiempo del mundo para hacer vías en la roca. La roca no se va a mover, en cambio la competición va pasando y pasa. Eso también influye en la mentalidad, porque, para mí, una competición que sale mal es mucho peor que caerte arriba del todo en tu proyecto. Igual al día siguiente te sale. En una competición, no puedes volver atrás. Creo que nunca voy a dejar de escalar. Hay gente mayor, con más de 60 años, que ha seguido escalando en roca y hace cosas. Es algo bonito que no voy a dejar de hacer.
K: ¿Y tú, Lau? ¿Piensas en la roca?
LAU: Ahora hace mucho que no salgo a roca porque estoy centrado en las competiciones, pero sí. Antes de acabar mi carrera competitiva, que espero que dure mucho, me gustaría hacer algún noveno, claro.
K: El noveno grado es la cumbre. ¿Llegaremos al décimo?
LAU: ¡Yo creo que sí!
“Creo que todo deportista quiere conseguir ir a unos juegos olímpicos. Sólo clasificarse es ya un objetivo para todo atleta de alto nivel. París 2024 está cerca. Creo que dependiendo de las cartas que juegue, podría o no clasificarme, pero está complicado. Probablemente, para Los Angeles 2028, tendré más posibilidades. Hay gente que ha explosionado de repente, y en dos años se ha colado en todas partes. Sólo falta un año para el clasificatorio, pero yo no voy a tirar la toalla”.
LLUC MACIÀ
K: ¿Quién os inspira?
LAU: Al escalador que más he admirado es al austríaco Jakob Schubert, bronce en Tokyo. Me gusta su forma de escalar. Creo que es mejor en cuerda que en bloque. Siento que me parezco un poco a él.
LLUC: Yo siempre he sido fan de Adam Ondra, quien está además con Mammut como nosotros. Lo veía parecido a mí. Es también muy alto, el más de todos. Es un escalador técnico a quien no se le ve muy robusto, pero que escala con mucha fluidez, muy bonito a nivel técnico. Es una persona que siempre me ha inspirado. Desde pequeñito, cuando iba a las competiciones, ya lo veía y tengo ese recuerdo ahí guardado. También me inspira mucho Alberto Ginés por todo lo que está logrando. Hace muchos años que nos conocemos y hemos pasado de todo juntos. Verlo convertido en oro olímpico y entrenar tanto tiempo con él… Vivir ahora prácticamente juntos es una inspiración muy grande. Me ayuda mucho a dar todo en cada entreno.
K: Jakob Schubert y Adam Ondra. Los dos atletas de Mammut como vosotros. Debe de ser un orgullo.
LLUC Y LAU: ¡Claro que sí!
Agradecimientos a Sharma Climbing Gavà
VER EN FORMATO REVISTA