20 Feb LOS ALMENDROS EN FLOR EN GRAN CANARIA. Amor eterno
Por Kissthemountain
Una de las hijas del rey Midas, con el bonito nombre de Fílide, estaba profundamente enamorada de Acamante, un valiente soldado que tuvo que marchar a batallar en la Guerra de Troya. Fueron días muy difíciles para Fílide, quien temía por la vida de su amado. Su preocupación le desgarraba el corazón, más cuando fue consciente de la feroz lucha que se produjo en la caída de la gran ciudad. Ella se agarraba a la esperanza de ver regresar a su querido Acamante, y cada día acudía a la costa para recibir a la flota ateniense que no llegaba. Pasaban los días y su esperanza iba irremediablemente perdiéndose, tanto que al noveno día sin que se produjera el añorado regreso de su querido guerrero, Fílide murió de pena por lo que parecía una desgracia sin remedio. Atenea, diosa de la guerra, la sabiduría y las artes, quedó enormemente conmovida y convirtió el cadáver de la joven Fílide en un almendro.
Justo al día siguiente de la muerte de Fílide, en el horizonte se dibujaban barcos entre los que estaba el de Acamante. Un retraso por ciertas reparaciones había tenido unas grandes consecuencias en el amor de la pareja. Al pisar tierra y enterarse de la muerte de su querida Fílide, el soldado corrió al bosque para llorar a su gran amor. Cuando acarició el árbol en el que se había convertido la hija de Midas, Fílide floreció repentinamente para ofrecer consuelo a su amado. Es por esto por lo que a las flores del almendro se les atribuye el significado del amor eterno, aquel que yace más allá de la muerte.
Antes de la llegada de la primavera, y como anuncio de la misma, se produce un espectáculo visual tan bello como la leyenda con la que hemos abierto este artículo. Es la floración de los almendros, un acontecimiento efímero, como tantas cosas especiales en la vida, que tiñe de tonos blancos y rosas los campos. Este fenómeno ocurre en algunos lugares privilegiados de la geografía nacional. Entre ellos, y no podía ser de otra manera pues de Gran Canaria se dice que es un continente en miniatura, están varias localidades de esta isla tan especial. Varios pueblos del centro de Gran Canaria, entre los que dejadme que destaque Valsequillo y Tejeda, se llenan de almendros en todo su esplendor, dando lugar a lo que se conoce como la Ruta del Almendro en Flor en Gran Canaria, una auténtica fiesta que reúne cada año a más de 10.000 personas que disfrutan de mercadillos, espectáculos musicales, bailes típicos, degustación de productos a base de almendra y, por supuesto, de rutas a través de senderos que no dejan indiferente a nadie por la imponente presencia del Roque Nublo, a cuyas faldas se encuentra Tejeda, considerado uno de los pueblos más bonitos de España.
La Caldera de Tejeda es una formación de origen volcánico con barrancos muy abruptos y salvajes. Observarla durante cualquier mes del año es un privilegio para los habitantes de la isla y para aquellos que la visitan pensando en disfrutar no sólo de sus playas, sino de las miles de posibilidades de actividades de senderismo que Gran Canaria ofrece. Aquellos que sin prisa disfrutan de la contemplación de la Caldera de Tejeda la guardan en su memoria para siempre. Y si es en esa época del año en la que el árbol del amor eterno florece llenando el paisaje de tonos blancos y rosáceos que contrastan con la apariencia lunar del entorno, la experiencia es algo que marca de por vida.
RUTA DEL ALMENDRO EN FLOR EN GRAN CANARIA | VALSEQUILLO
En Gran Canaria, la floración del almendro tiene lugar a finales de enero y comienzos de febrero, congregando a miles de personas que durante esta época acuden a la celebración de la Ruta del Almendro en Flor de Gran Canaria. La almendra se ha convertido en uno de los elementos de la gastronomía más representativos de la isla. Su uso está bien presente en sus platos, y especialmente en los destinados al postre. El bienmesabe, los mazapanes o las garrapiñadas son platos deliciosos muy presentes en la gastronomía grancanaria.
La Ruta del Almendro en Flor es mucho más que unos recorridos para contemplar el blanco y el rosa contrastando con el paisaje volcánico. Se ha convertido en una auténtica fiesta en la que varios pueblos organizan multitud de actividades en las que se mezcla el folclore y la naturaleza. Uno de ellos es Valsequillo, situado a 600 metros de altitud. En esta localidad existen nueve rutas para la contemplación del almendro en flor. Son de diferente dificultad y para recorrerlas, el visitante puede hacerlo en solitario o con la ayuda de guías especializados que no dudarán en enseñar la belleza de este espectáculo natural y de mostrar los más de 20 asentamientos arqueológicos, como los del Barranco de San Miguel, para que conozcas mucho mejor cuál es el origen de la cultura de Gran Canaria.
FIESTAS DEL ALMENDRO EN FLOR | TEJEDA
El origen de esta fiesta hay que buscarlo en 1969, cuando en la siempre bella localidad de Tejeda, los jóvenes del municipio con inquietudes culturales y sociales constituyeron el Club Juvenil. Al año siguiente, crearon el PUM 70, un proyecto con el que canalizar estas inquietudes y conmemorar la floración del almendro.
Ya desde sus comienzos, esta fiesta ponía en valor las costumbres y tradiciones canarias a través del folclore, los bailes y juegos populares, la artesanía o la gastronomía, algo que ha llegado a nuestros días, no sólo como una forma de celebrar, sino también de mantenimiento de la idiosincrasia de estos pueblos y de su sentir que, a pesar del paso de los años y de los cambios en la sociedad, se mantienen para enseñar estos valores al mundo.
En Tejeda, todos sus barrios, a través de sus asociaciones de vecinos, participan en los muchos puestos que se colocan en la calle principal para enseñar sus trajes típicos y su artesanía, y ofrecer a aquellos que se acercan sus platos típicos y los productos tradicionales canarios. Algo que se disfruta mucho más con las actuaciones musicales de agrupaciones folclóricas de música tradicional canaria y cuerpos de baile que se encuentran por todo el centro del pueblo que en cada rincón se llena de vida.
Aquella iniciativa cuyo germen se encuentra en 1969 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Regional en 2014. Siete años después, este nombramiento se realizó a nivel nacional. Otros municipios como Valsequillo, Puntagorda y más recientemente San Bartolomé de Tirajana han hecho su propia adaptación de esta fiesta. Y es que Gran Canaria no es sólo una isla donde disfrutar de maravillosas playas y senderos de interior en una naturaleza desbordante. La isla es rica en tradiciones que muestran el orgullo grancanario.
Abríamos el artículo con una leyenda con sabor agridulce. La mala suerte destrozó el amor entre Fílide y Acamante, pero hizo que a la flor del almendro se le atribuya el significado del amor eterno, aquel que yace más allá de la muerte. Me gusta imaginar que en nuestros días, en una sociedad que vive acelerada y al ritmo de la inmediatez, los dos jóvenes enamorados viajan cada año a Gran Canaria para continuar con ese amor interrumpido bajo la atenta mirada del Roque Nublo y poder bailar en las calles de Tejeda, mientras todo se detiene, una canción tradicional canaria. Porque como dice la leyenda, su amor es eterno.
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