20 Sep LOUIS GUNDOLF. Menos es más
CUATRO PALMADAS. No son golpes de martillo, sino palmadas. Cuatro de ellas sobre la roca resuenan con fuerza en los Dolomitas de Lienz, una zona salvaje y poco transitada. Es un sonido poco habitual o al menos inesperado. No es el típico para estimularse antes de un movimiento crucial, o el de una reacción de decepción tras caerse. Las palmadas son precisas, metódicas, como de martillazos.
Vienen de la cara sur de Laserz. La fuente del sonido por sí sola puede ser suficiente para adivinar su significado en aquellos que conocen la historia de esta pared consistente en techos apilados unos encima de otros.
UNA DÉCADA ATRÁS.
Necesitamos retroceder 10 años en el tiempo. En julio de 2012, una pareja de jóvenes inspecciona la piedra caliza gris amarillenta de la cara sur de Laserz: son David Lama y Peter Ortner. Acaban de regresar de la legendaria primera ascensión en libre de la vía Compresor al Cerro Torre, una verdadera obra maestra del andinismo. Buscan nuevos retos, en su propio terreno y con un planteamiento lo más puro posible: si no hay que poner un taco, no se pone. Abrir una vía no es una simple cuestión práctica, una progresión del punto A al punto B. Es también, sobre todo, una cuestión de estilo que deja constancia de las propias capacidades y de los valores de quien se enfrenta a una actividad en la roca.
Así nació Safety Discussion, una ruta que es un viaje en sí misma, uno de los tantos legados que David Lama dejó al alpinismo: 10 largos de dificultades continuas y sostenidas hasta 8b. Protección general en la pared: seis tacos, principalmente en los puntos de anclaje. Y ahí es donde las cuatro palmadas cobran sentido de repente para quien conoce la historia de esta pared.
LOS SEGUROS DE PROGRESIÓN. NO ESTÁN HECHOS PARA CAER.
Los seguros de progresión no están hechos para caer, sino para avanzar. Está en el octavo largo, de una sostenida travesía de 8a+. No hay nada más que un pequeño agujero, uno de esos que sólo encontrarlo se convierte ya en un desafío. Ahí precisamente es donde se coloca el seguro. No es una protección adecuada: es un pequeño artilugio de metal que generalmente se utiliza para preparar la vía. No tiene resistencia a una caída. A pesar de esta circunstancia, en esta ruta, en este movimiento crucial, no hay otro camino. Louis coloca con cuidado su seguro, golpea la roca cuatro veces para asegurarse de que está en su posición, y continúa durante una travesía de diez metros de 8a+. Solo para gente hecha de otra pasta.
LOUIS GUNDOLF
Louis es así: cuando las cosas se ponen difíciles, cuando la escalada es atractiva, física y psicológicamente exigente, cuando alcanza el nivel máximo, saca su mayor rendimiento.
Comenzó a escalar a una edad muy temprana con su padre, que equipaba vías para niños en las rocas justo detrás de su casa. Esta pasión, que se alimentó a lo largo de su infancia, explotó durante la adolescencia. Con la misma intensidad y dedicación, Louis comenzó a enfrentarse tanto a las competiciones en el plástico como a la escalada al aire libre.
Parecen dos mundos separados, el alpinismo y las competiciones, y sin embargo hay algunos factores en común, más allá de los tipos de movimiento. La presión psicológica, por ejemplo: hay que tener la capacidad de aislarse tanto en una competición como en la pared de una roca, desconectar la mente de los pensamientos negativos y focalizarse exclusivamente en lo que se está haciendo. Ambas actividades requieren la capacidad de entrar en un estado de concentración profundo en el que la realidad se reduce al aquí y al ahora. Louis es excepcional al aplicar esto a la escalada. Por eso, se siente muy bien en terrenos aparentemente tan diferentes.
MENOS ES MÁS
Es un aspecto mental, pero también sentimental. ¿Cuáles son las probabilidades de caer en un movimiento? ¿Y las de que el seguro se suelte? ¿Cómo me siento al evaluar este riesgo? ¿Cómo manejo esta incertidumbre?
En esto consiste el flow, la fluidez. No se trata de evadirse, de ignorar el riesgo para centrarnos exclusivamente en el movimiento, en la performance. Al contrario: se trata de estar presente con uno mismo, con esa parte de ti que vive el momento. Menos es más, pero de manera racional. Significa elegir qué pensamientos llevar con nosotros a la pared de la roca, de la misma manera que escogemos el equipo para la actividad: cuántas levas, de qué tamaño, cuántas tuercas, cuántos seguros… Poco. Ni más ni menos que lo necesario e imprescindible.
ES CUESTIÓN DE DIVERTIRSE
Louis recupera el aliento y sacude los antebrazos. La pared sobresale y no da tregua. Es un tipo de superficie familiar, para la que se ha entrenado específicamente, incluso gracias a las competiciones. Encuentra el siguiente canto, lo aprieta, coloca estratégicamente el dedo del pie en un agujero casi invisible. Un cruce rápido, y sigue adelante. Louis sonríe: ha escalado el quid. Ahora hay otro, y luego uno más. Sonríe porque está feliz de estar en su elemento, tanto física como mentalmente. La escalada es una actividad extraña por muchos aspectos, sobre todo por el placer que te pueden dar el esfuerzo y el riesgo, que puede ser calculado, previsible y reducido, pero nunca totalmente eliminado, al menos no en la montaña.
LA ESCALADA EN LIBRE
Fueron necesarios dos intentos para el ascenso en libre. Durante el primero, Louis cayó en uno de los seguros de David, que se salió y ahora cuelga del espejo retrovisor de su coche como un recuerdo y un amuleto de la suerte. El 31 de agosto de 2021, en su segundo intento, junto con Jonathan Lechner, Louis se convirtió en la cuarta persona del mundo en escalar Safety Discussion, casi una década después de su apertura. Esto dice mucho sobre la vía y sobre Louis.
Los mejores resultados, los que marcan la diferencia y los que recordamos con más satisfacción, son consecuencia del esfuerzo, de la determinación y del compromiso. Pero hay más. Existe la capacidad de estar en silencio, de desconectarse para reconectarse, de estar presente con uno mismo, aquí y ahora. Hacer bien la mochila, decidir qué llevar, dejar el ruido y la distracción aparte. Hay vías como esta: para el ascenso en libre hay que ser verdaderamente libre.
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