21 Dic MARCO CAMANDONA. 20 años en la gran montaña
Marco Camandona es un deportista de montaña multidisciplinar. En su vertiente alpínistica lleva más de 20 años realizando actividades que le han llevado por todo el mundo en muy variadas expediciones, habiendo alcanzado 12 de las 14 montañas de más de 8.000 metros. En el momento de esta charla, el alpinista vinculado a la marca centenaria MILLET se encuentra en El Chaltén, a punto de iniciar un viaje a la Antártida para tratar de subir a la cima de Mount Vinson. Hablamos con él sobre su trayectoria, de la manera de afrontar el riesgo, del miedo y de un futuro del que piensa que aún le queda por darle lo mejor. Su optimismo es realmente inspirador. Gracias, Marco.
Por Kissthemountain
Kissthemountain: Hola, Marco. ¿Cómo estás? Es realmente un honor para nosotros tenerte en las páginas de esta revista. Alguien en MILLET me comentó que estabas en Argentina a punto de emprender una nueva expedición, esta vez a la Antártida.
Marco: Así es. Estoy terminando de preparar todo para partir hacia Mount Vinson, la cumbre más alta de la Antártida, enmarcada en ese proyecto conocido como 7 Summits que consiste en ascender la montaña de mayor altitud de cada continente [Everest, McKinley, Aconcagua, Elbrus, Kilimanjaro, Vinson y Pirámide Carstenz). Ya he subido a cinco de ellas. Sólo me faltan esta y la Pirámide Carstenz, en Oceanía. Mount Vinson tiene 4.897 metros de altitud y se encuentra a 1.200 kilómetros del Polo Sur (78° 35’S 85° 25’W). Es conocido por ser el pico más alto del continente y el más aislado del planeta. La mejor época para intentarlo es de diciembre a febrero, durante el verano antártico, cuando las temperaturas pueden subir hasta los -20°C. Fue ascendido por primera vez el 18 de diciembre de 1966. Durante muchos años, no se repitió debido a las dificultades para acceder a un lugar tan remoto. Subir a su cima puede compararse con los últimos 3.000 metros de un ochomil, porque, a pesar de no tener la misma altitud, se encuentran condiciones similares por el frío intenso y los fuertes vientos patagónicos. El recorrido hasta la cima del Vinson no presenta grandes dificultades técnicas, con pendientes de hielo que pueden alcanzar un máximo de 45°, pero es sin duda un gran desafío en un lugar inigualable, alejado de la civilización, en un inmenso espacio de hielo infinito. Debemos estar preparados para temperaturas extremas de -40°C y posibles tormentas severas en las partes más altas de la montaña.
K: Imagino que estarás en Patagonia realizando algún tipo de actividad que te sirva de aclimatación, ¿no? ¿Cuándo sales exactamente? ¿Cómo se llega allí?
M: Salgo el 7 de diciembre. Estos días estoy en El Chaltén, escalando y haciendo trekking con Barbara, mi mujer. Actualmente, sólo se puede acceder al campamento base con aviones aptos para aterrizajes en nieve, partiendo desde Punta Arenas en la profunda Patagonia chilena, adonde volveré con todos los residuos generados para su adecuado tratamiento, en línea con nuestra política de mejores prácticas ambientales. Es una aventura incomparable en un entorno no contaminado en el fin del mundo y así debe seguir siendo.
K: Hoy en día, es muy frecuente encontrar a deportistas multidisciplinares en su actividad en la montaña. Es tu caso. Imagino que tendrá mucho que ver con tu oficio de guía en el valle de Aosta. Eres instructor de esquí alpino, entrenador de esquí de montaña, director técnico del Millet Tour du Rutor Extrême e incluso practicas trail running. Y, por supuesto, eres un alpinista muy experimentado con muchas expediciones que te han llevado por todo el mundo. Si no me equivoco, la expedición que realizaste a Pakistán en 2022, con Cazzanelli, Picco, Favre, Bovard y Perruquet, a la que se unió el peruano Rosales, fue tu duodécimo ochomil. Sin duda, la polivalencia está entre tus virtudes.
M: Parto del supuesto de que cuanto más preparado esté uno físicamente, como ocurre con los grandes deportistas, menos riesgos se corren en la montaña. La preparación ayuda a estar en lo más alto en muchas disciplinas, como el esquí de montaña, el trail running y el alpinismo. Además, como dices, soy el director técnico del Millet Tour du Rutor Extrême, algo de lo que me siento muy orgulloso y que me da la oportunidad de hacer valer mis habilidades y mi experiencia en el mundo de las competiciones de esquí de montaña, ofreciendo un evento maravilloso para todos los atletas de este, todavía, mundo aventurero, que hoy atraviesa un momento difícil al desarrollarse, en muchos casos, en pistas de esquí alpino por los requerimientos para ser disciplina olímpica en Milano Cortina d’Ampezzo 2026. Todavía hoy, muchos esquiadores consideran el skimo como una disciplina en la que se viven momentos de aventura e intensidad competitiva en la montaña, con crestas, glaciares e interminables descensos verticales. Respecto a mi vertiente más alpinística, deja que te diga que la expedición que realicé en 2022 al Nanga Parbat-Broad Peak y al K2, a la que te has referido, fue una combinación de experiencia, equipo, capacidad, determinación, resiliencia, preparación y profesionalidad. Mis 20 años de experiencia, con muchas expediciones por todo el mundo y 12 ochomiles sin oxígeno, junto con la del resto de los miembros del grupo fueron determinantes para lograr los objetivos. Los seis somos guías de montaña y funcionamos unidos como hermanos desde el primer paso hasta el último.
“Estoy terminando de preparar todo para partir hacia Mount Vinson, la cumbre más alta de la Antártida, enmarcada en ese proyecto conocido como 7 Summits que consiste en ascender la montaña de mayor altitud de cada continente. Subir a su cima puede compararse con los últimos 3.000 metros de un ochomil, porque, a pesar de no tener la misma altitud, se encuentran condiciones similares por el frío intenso y los fuertes vientos patagónicos. Es sin duda un gran desafío en un lugar inigualable, alejado de la civilización, en un inmenso espacio de hielo infinito. Debemos estar preparados para temperaturas extremas de -40°C y posibles tormentas severas en las partes más altas de la montaña”.
K: He leído sobre alguna de esas expediciones y creo que no me equivoco si te digo que tu forma de entender el alpinismo tiene más que ver con la exploración que con la acumulación de cimas. ¿Puedes hablarnos de esto? Creo que la tuya es una forma un tanto romántica de entender la actividad en las montañas.
M: Para mí es mucho más importante compartir el placer de conocer nuevos lugares y montañas que coleccionar cumbres. Me enorgullece poder hablar de mis experiencias en lugares increíbles, de cómo escalé inmensas y fascinantes montañas con mis propias fuerzas, gracias únicamente a mis habilidades, y siempre sin la ayuda de oxígeno suplementario. Debo admitir que me siento un privilegiado por haber podido admirar, por ejemplo, un amanecer desde un ochomil. Eso no tiene precio.
K: Durante tu carrera como alpinista te has encontrado con situaciones muy buenas y otras realmente malas. Leí que uno de tus peores momentos en la montaña ocurrió en el Annapurna, en 2005, cuando tu compañero Christian Kuntner falleció. Hace unos meses, le preguntaba a Denis Urubko sobre ese momento en el que cruzas una línea en la que eres consciente de que quizás el retorno pueda ser muy complicado y por lo tanto estás exponiendo tu vida. ¿Puedes hablarnos de ese momento en tu caso?
M: Lamentablemente, en muchos años de expediciones, he vivido momentos difíciles. Ante la muerte de uno de tus compañeros de cordada, después de que una enorme avalancha de hielo pase cerca de ti, el miedo se hace sentir y no es fácil empezar de nuevo. Afortunadamente, sigo vivo y creo que la vida es un regalo fantástico que cada uno de nosotros debería afrontar lo más intensamente posible. Sea cual sea nuestra historia, si amas la vida y lo que haces con ella, se hará siempre demasiado corta. Respecto a lo que me comentas de cruzar la línea, pienso que cada persona tiene la suya imaginaria donde el miedo y las dudas pueden crear un abismo. Para un deportista normal, de disciplinas menos arriesgadas, ir más allá puede significar ser el mejor, asumiendo un riesgo que como máximo puede ser el de una lesión o una frustración. En cambio, para nosotros los alpinistas, cruzarla implica alcanzar la cima de la montaña de nuestros deseos, pero si va mal significa no regresar. Por este motivo, debemos tener la capacidad de comprender y tener presente cuál es la línea que no debemos cruzar para volver a casa y contar nuestras hermosas experiencias.
“La expedición que realicé en 2022 al Nanga Parbat-Broad Peak y al K2 fue una combinación de experiencia, equipo, capacidad, determinación, resiliencia, preparación y profesionalidad. Mis 20 años de experiencia, con muchas expediciones por todo el mundo y 12 ochomiles sin oxígeno, junto con la del resto de los miembros del grupo fueron determinantes para lograr los objetivos. Los seis somos guías de montaña y funcionamos unidos como hermanos desde el primer paso hasta el último”.
K: Marco, háblame del miedo. Los hermanos Pou me contaban que era algo que no estaba permitido pues podía paralizarte con dramáticas consecuencias. Sin embargo, otros alpinistas me dicen que por supuesto que lo sufren y que incluso lo ven como algo positivo para mantenerse más alerta.
M: El miedo, quizás en algunos casos, puede ayudarte a regresar vivo a casa. Sin embargo, creo que a mí no me afecta especialmente. Quizás en el momento en el que lo pruebes, tengas que girarte sobre tus talones y bajar, aunque quizás sea mejor no escucharlo y seguir subiendo.
K: Esta es una pregunta algo difícil. La literatura de montaña está llena de ejemplos en los que cierto egoísmo se ha manifestado como necesario para alcanzar una determinada cima. Si a 8.000 metros, un compañero está en dificultades, no gravísimas, y tiene que comenzar a descender, ¿se entiende que uno que se encuentra en mejor situación continúe hacia la cima o crees que es mejor acompañarle?
M: La búsqueda de la cumbre a cualquier precio no tiene sentido. Hay reglas no escritas que respetar. Obviamente, todos somos un poco egoístas, especialmente con nuestra familia. En la vida, cada uno tiene sus prioridades. Y, creo que es correcto que sea así. No es diferente para aquellos que deciden hacer una carrera complicada. A menudo, ellos también descuidarán a las personas que les importan para llegar al fondo de su objetivo. En los ochomiles, casi nunca estamos atados a nuestros compañeros de cordada. De hecho, somos autónomos y debemos seguir nuestras sensaciones en cuanto a la capacidad para subir o bajar. Es obvio que la vida de un hombre, sea o no tu compañero de expedición, es lo primero, pero hay que ser conscientes de que a esas altitudes tenemos suerte si, en caso de accidente o ante cualquier otro problema, logramos salvarnos a nosotros mismos. En muchas ocasiones, un rescate no es posible.
“Para mí es mucho más importante compartir el placer de conocer nuevos lugares y montañas que coleccionar cumbres. Me enorgullece poder hablar de mis experiencias en lugares increíbles, de cómo escalé inmensas y fascinantes montañas con mis propias fuerzas, gracias únicamente a mis habilidades, y siempre sin la ayuda de oxígeno suplementario. Debo admitir que me siento un privilegiado de haber podido admirar, por ejemplo, un amanecer desde un ochomil. Eso no tiene precio”.
K: ¿Hacia dónde van tus pasos en el alpinismo? ¿Constituye la consecución de los 14 ochomiles algo importante para ti?
M: Sería un sueño conseguirlo sin oxígeno. Supondría cerrar un círculo de emociones vividas cerca del cielo que se inició hace ya 20 años.
K: ¿De qué te sientes más orgulloso de tu actividad en las montañas?
M: Lo que me hace más feliz y orgulloso es haber enseñado y compartido experiencias con muchos compañeros. Está siendo una gran aventura que llena mi vida de hermosos recuerdos. El mayor de ellos seguro que está por llegar.
K: Creo que se está preparando una película sobre vuestra expedición a Pakistán de 2022. ¿Qué puedes contarnos sobre ella?
M: La película se ha realizado gracias a patrocinadores que creyeron en el proyecto durante muchos años. Entre ellos está la Región Autónoma del Valle de Aosta, a la que pertenecemos los seis alpinistas, y C.V.A. Spa -Compañía de Aguas del Valle de Aosta-. Estamos muy orgullosos de ello porque las imágenes fueron filmadas íntegramente por nosotros y la película cuenta la vida de cada uno, el vínculo con nuestra tierra, nuestras pasiones y la capacidad de enfrentarnos a tres montañas gigantes, ubicadas en Pakistán, como el Nanga Parbat, el Broad Peak y el K2, sin ayuda de oxígeno suplementario y con nuestras propias fuerzas unidas en una gran cordada.
“Pienso que cada persona tiene su línea imaginaria donde el miedo y las dudas pueden crear un abismo. Para un deportista normal, de disciplinas menos arriesgadas, ir más allá puede significar ser el mejor, asumiendo un riesgo que como máximo puede ser el de una lesión o una frustración. En cambio, para nosotros los alpinistas, cruzarla implica alcanzar la cima de la montaña de nuestros deseos, pero si va mal significa no regresar. Por este motivo, debemos tener la capacidad de comprender y tener presente cuál es la línea que no debemos cruzar para volver a casa y contar nuestras hermosas experiencias”.
K: Mucho tiempo ya vinculado a la marca centenaria Millet…
M: El espíritu Millet me ha ayudado en los últimos años a expresarme mejor en los Alpes, como guía de montaña, y en las cumbres más difíciles del Himalaya, como alpinista, gracias a la creación de prendas de alto rendimiento para las grandes altitudes. Sin duda, es una marca muy atenta a las necesidades de quienes van a la montaña, que desarrolla prendas de calidad en las que se utilizan materiales técnicos de última generación y con las más altas prestaciones.
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