MOANA KEHRES. Reflexiones

MOANA KEHRES. Reflexiones

MOANA KEHRES. Reflexiones

 

 

 

Hace unas semanas, Moana fue profeta en su tierra. Se hizo con un tercer puesto en la distancia media maratón y con un quinto en el kilómetro vertical de Transvulcania Terrex, la carrera de su isla, La Palma. Coincidimos en el avión de vuelta a Granada, ciudad en la que está realizando sus estudios en Medicina, y le propusimos charlar sobre la carrera y otros aspectos que vinculan la vida de una deportista de élite con su formación universitaria. Sus reflexiones sobre el rendimiento, el peso y la sostenibilidad de la carrera deportiva a largo plazo están reflejados en esta inspiradora charla, así como la estrategia nutricional que, de la mano de 226ERS, llevó en la distancia que le dio un podio en la carrera palmera.

 

Por Kissthemountain

 

 

Moana: Hola, Juanmi. ¿Qué tal estás? Perdona por haberme retrasado.

Kissthemountain: No te preocupes. ¿Vienes de entrenar o de clase?

M: Estaba estudiando en la biblioteca de la Facultad. Hoy tocaba descanso de los entrenamientos. Empiezo los exámenes muy pronto, el día 11.

K: Me hizo mucha ilusión verte en el avión de vuelta de Transvulcania. Por tus redes sociales, sabía que pasabas mucho tiempo en Granada, pero no que estudiabas Medicina aquí. 

M: Sí, aún me quedan dos años.

K: ¿Sabes ya en qué te quieres especializar?

M: Todavía no lo tengo claro. El deporte, como tal, ahora mismo no es una especialidad, pero sí que hay másteres que pueden interesarme. No sé si lo quiero enfocar más a la parte médica, es decir, hacer el MIR y escoger una especialidad una vez que la haya visto en el hospital, o hacer algún máster interesante enfocado más al entrenamiento, a la fisiología…

 

 

 

K: Aún tienes tiempo. Dos años dan para pensarlo bien. ¿Qué tal la vida en Granada y en Güejar Sierra? [pequeño pueblo a la entrada del Parque Nacional de Sierra Nevada, a unos 20 minutos de la capital]. Es un sitio perfecto para entrenar. Muy tranquilo, ¿no? Lo conozco bien. Es realmente bonito.

M: Sí, y tiene mucha vida. Está muy cerca de Granada y, aunque pierden un poco de gente joven, la verdad es que tienen mucha iniciativa para organizar todo tipo de actividades. Hay también un gimnasio, por lo que podemos hacer prácticamente todo lo que queremos. Además, para correr es un paraíso, más ahora que está todo verde. 

K: Yo, además de ir por la zona de la Vereda de la Estrella, subo mucho al Calar. Puedes sacar casi 600 metros de desnivel en poco más de dos kilómetros. Imagino que conoces esa subida.

M: Sí, claro. Por la zona puedes hacer entrenamientos de todo tipo, desde subidas más contenidas a otras pronunciadas, como la que comentas.

K: Ya te lo dije en el avión, pero lo vuelvo a hacer ahora. Muchas felicidades por ese quinto puesto en el kilómetro vertical y por el tercero en la distancia de media maratón de Transvulcania. Para una corredora de La Palma seguro que ha sido muy especial, sobre todo esa llegada en el Refugio del Pilar, donde había muchísimo público.

M: Gracias, Juanmi. Sí, en la meta del vertical, al final, hay sólo algún voluntario y corredores que vamos llegando, pero en el Refugio del Pilar, en la meta de la media, estaban esperándome mis padres, mi pareja y otra gente que conocía bien y que estaba ahí animando. Es genial correr en casa. Se nota mucho el apoyo. No es lo mismo que te animen en general a que lo hagan por tu nombre. 

K: El día fue espectacular. Vi la salida de la distancia maratón, en el Refugio del Pilar, y de ahí fui contra carrera de la ultra y de la media. Llegué hasta un poco antes de Las Deseadas. Otras veces, había tenido la oportunidad de ver el mar de nubes, pero ese día fue increíble. Creo que es una zona por la que entrenas a menudo, ¿no?

M: Es la Ruta de los Volcanes. El recorrido de la media, que va desde el faro de Fuencaliente hasta El Pilar no lo suelo hacer completo muchas veces. Una semana antes de la carrera lo corrí desde Los Canarios hasta el refugio, pero porque teníamos la suerte de que ese día nos recogían mis padres allí. De otra manera, tienes que alargar muchísimo el entrenamiento. Normalmente, salgo de casa y llego hasta la Ruta de los Volcanes, pero no avanzo mucho más porque luego tengo que volver. Casi siempre elijo un itinerario que me permita hacer un recorrido circular. El trazado de la media de Transvulcania es muy interesante porque sales y llegas a puntos distintos. Y sí, es precioso. Es un sitio muy especial. No puede compararse con ningún otro. Pinares hay en muchos lados. Los encuentras en Gran Canaria, El Hierro o Tenerife, pero ese lugar, con toda la arena y el paisaje volcánico, es muy diferente. Hay sitios emblemáticos que marcan cada isla. La Ruta de los Volcanes lo es en La Palma.

 

“Creo que sí que se ha producido esa vuelta a los orígenes de Transvulcania. Ya desde el principio, los dorsales te los entregaba gente de la isla. También había facilidad de acceso a algunos puntos a los que no era posible durante la época de UTMB, premios a los primeros corredores palmeros… Al final, eso ilusiona a mucha gente. La implicación de la gente de La Palma es muy importante porque al final la mayoría de los que están trabajando en la carrera lo hacen de forma voluntaria y porque les gusta”.

 

K: Y en la meta había muchísimo ambiente. Creo que es de los años en los que más gente he visto. Era un poco el objetivo de Transvulcania después de haber pasado por la época del “by UTMB”, en la que parece que hubo cierta desconexión con la gente de la isla. En esta edición, he podido estar allí nueve días y fue lo que capté, que parecía que se volvía a los orígenes, a que fuera la carrera de los palmeros. ¿Lo has percibido tú así o piensas que todavía es pronto?

M: Creo que sí que se ha producido esa vuelta a los orígenes de Transvulcania. Ya desde el principio, los dorsales te los entregaba gente de la isla. También había facilidad de acceso a algunos puntos a los que no era posible durante la época de UTMB, premios a los primeros corredores palmeros… Al final, eso ilusiona a mucha gente. La implicación de la gente de La Palma es muy importante porque al final la mayoría de los que están trabajando en la carrera lo hacen de forma voluntaria y porque les gusta. Es una forma mutua de agradecerse.

 

 

 

K: Claro que es importante. Una carrera es más que su recorrido, que en el caso de Transvulcania es espectacular. De hecho, creo que es de las carreras más bonitas que se pueden hacer. Yo hice el ultra en 2014, justo hace 10 años. Pero la verdad es que lo más atractivo, su esencia, era la implicación de toda la isla. Recuerdo entrar en meta en Los Llanos de Aridane y ver gente que quería chocar tus manos desde un par de kilómetros antes. Este año estuve en la misma línea de meta. No sé si habría tanta gente, pero la impresión es que todo vuelve a encajarse en su lugar. Quizás este año haya sido aún pronto, pero el próximo seguro que todo vuelve a ser como antes.

 

“Tengo la suerte de verlo desde los dos puntos de vista, no sólo desde el deportivo, sino también desde el de la salud. Igual soy consciente antes que otros de conductas que pueden derivar hacia un TCA. Es algo que por desgracia vas viendo no sólo a nivel femenino, sino también en hombres. Quizás sea más evidente en las mujeres porque puede derivar en la pérdida de la regla, por ejemplo. Está también muy relacionado con las fracturas de estrés, por la pérdida de densidad ósea. Esto no sólo repercute en la salud, sino que también aminora los años en los que uno puede estar haciendo lo que le gusta. Es decir, va dirigido a esa sostenibilidad de tus recursos a nivel corporal a lo largo de los años”.

 

M: Teniendo en cuenta que en los años anteriores había tres metas en Los Llanos, que este año hubiese tanta gente, con una sola carrera terminando allí, es muy positivo. Muchos palmeros han visto la carrera en la salida, en el Refugio del Pilar, y luego han ido a Los Llanos pasando incluso antes por Tazacorte. Todo el día siguiendo la carrera. Eso es muy bonito y difícil de encontrar.

K: ¿Qué tal fueron tus sensaciones en la media? ¿Cómo te viste?

M: La verdad es que iba un poco sin expectativas porque los días de antes no estaba perfecta de salud. También pensaba que hacer el vertical dos días antes podía haberme quitado algunas fuerzas. Me refiero sobre todo a ponerme más enferma. Ya desde la salida estaba muy contenta de ver a gente que conocía. Eso siempre ayuda. Salimos a un ritmo no muy fuerte. Al principio, íbamos las primeras 10 chicas juntas. Después, marchaba más o menos junto a Camilla y Onditz [Magliano e Iturbe, respectivamente]. Onditz hizo un cambio de ritmo. Sé que sube muy bien; a Camilla no la conocía. Decidí llevar mi ritmo porque soy consciente de que es importante llegar a Los Canarios con muchas piernas ya que  queda la peor parte de la subida, por así decirlo. Preciosa, pero muy dura, porque ahí la arena resbala. Luego, en la Ruta de los Volcanes, sigues teniendo tramos en subibaja. No es llegar arriba y empezar a llanear antes de bajar. Cogí un ritmo que pensaba que era bueno y que a la vez podría aguantar bien. A Los Canarios, ya llego tercera. Ahí, estaban mis padres para ayudarme con el avituallamiento. Me hizo muchísima ilusión. También había mucha gente animando. Aunque estaba en posición de podio, sabía que aún podían pasar muchas cosas. No vas con las cartas seguras. Pronto, me vi en el volcán de San Martín, desde donde ya no me queda ninguna subida larga, sólo repechos. En vez de estar pensando todo el rato en que me podían coger por detrás, me dije que quizás no alcanzaría a las dos primeras, que sabía que tenía lejos, pero que sí que podría mantener el podio. Con ese chip, se me pasó muy rápido todo el tramo hasta meta. Además, te ibas encontrando con gente de la ultra, entre los que había alguna que me conocía y me iban dando ánimos. A un kilómetro de meta, empecé a oír todo el ambiente.

 

 

 

K: Me imagino que sería una meta muy especial para ti. 

M: Sí, sobre todo, porque, aunque había ya corrido en la distancia media en 2018, quería volver con un mejor estado de forma. Ya había hecho podio en el maratón, hacía dos años, aunque fue con un recorrido distinto. Además, en esta edición había mucho nivel, y hace ilusión coger podio con tanta gente buena. 

K: Creo que vas a Zegama este fin de semana. [Esta conversación tuvo lugar el lunes 20 de mayo previo al fin de semana de esta carrera]. He visto en tus redes que vas a hacer el vertical. ¿Puede ser?

M: Al final, hago la maratón. Tenía dorsal y pensaba que no iba a poder correr porque, como te he dicho, he estado un poco enferma y voy un poco justa de volumen. Además, volví muy cansada de Transvulcania, entre la carrera, el viaje de vuelta y el lunes de nuevo en la facultad. Tampoco es que pueda estar tres días en el sofá descansando. Y al estar medio enferma, es fácil recaer. Pero la verdad es que me he encontrado mejor. Quiero intentar hacer tiempo para tener dorsal el año que viene, sin muchas más expectativas. Sé que va gente muy buena, pero, bueno, está bien conocer un poco el trazado, buscar experiencia y aprender, básicamente. Así es como me lo quiero tomar. No voy a sentirme mal si no llego en el puesto al que estoy acostumbrada. Allí, hacer un puesto 30º es prácticamente equivalente a un podio en otras carreras. Tengo que ser consciente de eso [Moana entró en 16ª posición con un tiempo de 04:53:42].

 

“Está claro que el sobrepeso no es compatible con el rendimiento, pero es mucho más importante poder entrenar a largo plazo, hacer volumen y calidad, sin tener lesiones que sí que van a repercutir en tu rendimiento. Mejorarás a corto plazo, porque has perdido peso y, por ejemplo, podrás subir mejor, pero, al final, el cuerpo va gastando de depósitos de los que no debería. Siempre digo que una fractura de estrés no pasa de un día para otro. Es un proceso en el que se va desgastando tu densidad ósea. Tu cuerpo no tira de grasa o de glucosa, sino de masa muscular. Y esto no es hacerle ningún bien. No estás entrenando; te estás consumiendo”.

 

K: ¿Dónde más podremos verte este año? ¿Haces algo de UTMB?

M: Creo que estaré en Val d’Aran. Es justo después de los exámenes. Espero no estar muy fatigada por el estrés. La idea es hacer la de 30 kilómetros. Luego, si todo va bien, estaré en la ETC de UTMB.

K: Moana, voy a hacerte dos preguntas más y terminamos, que imagino que estarás muy cansada después de todo el día. Hace poco, vi un post tuyo en Instagram que trataba sobre el rendimiento y la obsesión por la imagen. Es importante que atletas como tú hablen de esto y lo expongan. En él hablabas de que hay muchas chicas, y chicos también, que se preocupan en exceso por el peso, ya que lo ven íntimamente ligado con el rendimiento. Nos gustaría conocer un poco más la opinión de una atleta de élite que estudia medicina.

M: Tengo la suerte de verlo desde los dos puntos de vista, no sólo desde el deportivo, sino también desde el de la salud. Igual soy consciente antes que otros de conductas que pueden derivar hacia un TCA [Trastorno de la conducta alimentaria]. Pueden saltarme las alarmas antes por tener ciertos conocimientos. Quería hacer ese post desde hacía tiempo. No fue una reflexión que tuviera ese día en concreto. Es algo que por desgracia vas viendo no sólo a nivel femenino, sino también en hombres. Lo que ocurre es que quizás sea más evidente en las mujeres porque puede derivar en la pérdida de la regla, por ejemplo. Está también muy relacionado con las fracturas de estrés, por la pérdida de densidad ósea. Y este problema puede agravarse porque lo sufre gente joven que sin haber alcanzado aún la densidad máxima, ya está perdiendo. Esto no sólo repercute en la salud, ya de por sí algo muy importante, sino que también aminora los años en los que uno puede estar haciendo lo que le gusta. Es decir, va dirigido a esa sostenibilidad de tus recursos a nivel corporal a lo largo de los años. Yo no he pasado por ningún TCA, por suerte, pero sí que es verdad que he tenido fases más complicadas. En el confinamiento, justo cuando empezaba la carrera, no me movía tanto porque no tenía jardín ni nada de eso. Subí un poco de peso. Aunque no para considerarse por encima de lo que es la normalidad, sí que afectaba a nivel de rendimiento. Probablemente me sobraban un par de kilos, o quizás no. No sé si me alarmé demasiado, pero sí que adelgacé bastante al año siguiente. Noté que rendía mejor, aunque no creo que se debiera del todo a quitarme esos kilos. Tenía 18 años y ahora tengo 22. Pasas de la fase de adolescente a la de adulto y el cuerpo cambia. No puedes pretender tener con 25 el cuerpo de una adolescente y pensar que tu peso ideal debería ser ese. Es normal que se coja más masa muscular y que el cuerpo vaya cambiando. Pero, por desgracia, si empiezas con el deporte en una época en la que aún no tienes muy clara tu imagen corporal, por decirlo así, puede ser un problema. Me ha pasado, estando en carreras, que me he enterado de que no sé quién ha dicho que a alguien no le ha ido bien porque ha subido de peso o, justo lo contrario, que el motivo por el que ha hecho un buen resultado es porque “está muy fina”. La gente no lo dice con maldad, no es consciente, pero esos comentarios van marcando. Hay un punto en el que miras fotografías de otros años y si esa temporada no te está yendo tan bien como en la de la fotografía es fácil achacarlo a esa mayor delgadez. Está claro que el sobrepeso no es compatible con el rendimiento, pero es mucho más importante poder entrenar a largo plazo, hacer volumen y calidad, sin tener lesiones que sí que van a repercutir en tu rendimiento. Mejorarás a corto plazo, porque has perdido peso y, por ejemplo, podrás subir mejor, pero, al final, el cuerpo va gastando de depósitos de los que no debería sin que te estés dando cuenta. Siempre digo que una fractura de estrés no pasa de un día para otro. Es un proceso en el que se va desgastando tu densidad ósea. Tu cuerpo no tira de grasa o de glucosa, sino de masa muscular. Y esto no es hacerle ningún bien. No estás entrenando; te estás consumiendo. Entras en un círculo vicioso de perder peso, entrenar, perder peso, entrenar, mejorar, pero no es así, porque llega un punto en el que te lesionas, ya sea una fractura de estrés o un problema de salud mucho más grave. A nivel psicológico, esa excesiva preocupación por el peso tampoco es sostenible. No te atreves a salir con amigos por no tomarte algo, o, aunque parezca contradictorio, sólo piensas en comida a la que rechazas. En una anorexia, por ejemplo, quien la sufre se restringe la comida, pero está todo el día pensando en ella, en qué puede comer, en cuándo se lo merece. Esto consume mucha energía a nivel psicológico y se deja de disfrutar. En lugar de querer hacer ese entrenamiento largo para llegar a un sitio maravilloso en el que se encuentran bien, lo hacen para merecer comer algo más. Eso es muy triste. ¿Me he extendido mucho?

 

“A nivel psicológico, esa excesiva preocupación por el peso tampoco es sostenible. No te atreves a salir con amigos por no tomarte algo, o, aunque parezca contradictorio, sólo piensas en comida a la que rechazas. En una anorexia, por ejemplo, quien la sufre se restringe la comida, pero está todo el día pensando en ella, en qué puede comer, en cuándo se lo merece. Esto consume mucha energía a nivel psicológico y se deja de disfrutar. En lugar de querer hacer ese entrenamiento largo para llegar a un sitio maravilloso en el que se encuentran bien, lo hacen para merecer comer algo más. Eso es muy triste”.

 

K: Moana, lo has explicado muy bien. Muchas gracias. Como te he dicho, es importante que gente como tú alerte sobre este problema. Última pregunta de un tema totalmente diferente. ¿Puedes decirnos que estrategia nutricional llevaste en la distancia media de Transvulcania? Utilizas productos de 226ERS. Yo también, así que seguro que me viene genial conocerla.

M: Desde hace un año, empecé a probar en carrera polvos de fructosa y de glucosa que se disuelven en agua. En Transvulcania, disolví un sobre de High Fructose en dos litros. Sé que no es la proporción que ellos indican, sino bastante menor, ya que en las recomendaciones hablan de un sobre en 500 mililitros de agua, pero también llevaba geles, porque me gusta tener cosas distintas de las que tirar. A veces, algo puede no sentar bien en el día de la carrera, aunque sí lo haya hecho en entrenamientos. También tomé dos Gummy Bar, una de aminoácidos y otra de cafeína con sabor a cola, y dos geles High Energy Gel que tienen 50 gramos de carbohidratos. 

 

 

 

 

K: ¿Tomaste los geles cada 45 minutos aproximadamente?

M: Puede que incluso con algo más de tiempo, porque iba bebiendo esos dos litros con High Fructose Energy Drink.

K: Muchas gracias, Moana. ¿Cuándo sales para Zegama?

M: Iré en coche el viernes a última hora con Josep [Moana se refiere a Josep Miret, su pareja con quien comparte equipo en Wild Trail Project].

K: ¿Él corre también?

M: Sí, llevamos el mismo plan. 

K: Mucha suerte a los dos. 

M: Gracias, Juanmi. Si pasas por Güejar Sierra, llámanos y salimos a la montaña juntos.

K: Eso está hecho.

 

 

 

 

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