14 Nov NICO MOLINA. Sueños de Campeón
A sus 22 años, Nico Molina se ha catapultado hacia lo más alto del ranking mundial de la Copa del Mundo de Skyrunning de la ISF con su reciente victoria en la Gorbeia Suzien. Un corredor consciente y feliz, que sabe disfrutar y sufrir de cada carrera, y que, sobre todo, ama la montaña y la naturaleza. Un atleta humilde que achaca su victoria a la sublime competencia que le ha acompañado durante estos años. Un joven maduro que no se deja nublar por las victorias y que sigue corriendo con los pies en el suelo. Un campeón que alza el vuelo y que no deja de soñar.
Kissthemountain: Hola Nico. ¿Qué tal estás? ¿Es un buen momento para que hablemos?
Nico Molina: Me has pillado regando el huerto en el cortijo. Lo mantenemos entre mi madre y yo, pero como he estado tanto tiempo fuera compitiendo, me ha tocado volver para ponerlo todo a punto.
K: Entre cuidar del huerto y ganar la Copa del Mundo de Skyrunning parece que tienes bastante trabajo.
N: Eso sin contar la universidad. He vuelto y no sabía ni por qué tema iba. Ahora estoy en segundo de INEF.
K: Te iba a preguntar qué tal estás de ánimos, pero, claro, vienes de un fin de semana de imponerte en La Sportiva Andorra Trail junto a tu compañero de equipo Jan Margarit [carrera de dos etapas en la que se puede competir de manera individual o por parejas] y en la Gorbeia Suzien, proclamándote campeón de las Skyrunner World Series.
N: Estoy bastante cansado, pero feliz, que es lo que cuenta. Después de Gorbeia Suzien acabé agotado tanto física como mentalmente. La verdad es que Andorra me ha venido muy bien a nivel mental, aunque me haya dejado aún más tocado a nivel físico.
K: Te hemos visto luchar y sufrir mucho en carreras, pero siempre pareces muy feliz corriendo. Imagino que no sólo disfrutas de la competición, sino también de la montaña, ¿verdad?
N: Si, la verdad es que me siento totalmente así. Y, por eso, en mi filosofía como deportista, como persona, existen todos estos proyectos que son más personales con la montaña como hacer el Sulayr [sendero de gran recorrido que recorre Sierra Nevada y La Alpujarra, en las provincias de Granada y Almería, con más de 300 kilómetros], o encadenar los tresmiles de Sierra Nevada. Claro, que en esos proyectos no hay tantas imágenes en las que se puedan ver las caras de felicidad o de sufrimiento. Son una mezcla de esas emociones, que al final es lo que nos llena. Se pasa muy mal, pero nos gusta.
K: El récord del Sulayr, la integral de Sierra Nevada y, hace poco tiempo, tu último proyecto que consistía en unir las cimas de 3.000 metros de Sierra Nevada. Evidentemente, eres corredor, pero estos retos dejan entrever una faceta muy de montañero.
N: Soy muy metódico y siempre busco prepararme bien. Me gusta rendir en competición, pero considero que es compatible con hacer estos proyectos, ya que en realidad los puedo usar tanto antes de empezar la temporada como durante la misma, y que me sirvan para llegar a un estado de forma idóneo. Aunque sean proyectos que hago porque me gusta la montaña, siempre cuento con ellos en mi planificación, porque normalmente, quizás exceptuando la integral de Sierra Nevada, no busco hacer tiempos. Ahora mismo, mi objetivo con 22 años no es conseguir rendimiento en estos proyectos de 11, 20 o 30 horas… Para eso, están las carreras que a día de hoy apenas superan los 30 kilómetros.
K: No es sólo el reto por el reto, sino algo más que está integrado en tu planificación. Llevas compitiendo desde los 15 años y ahora tienes 22. ¿Te sirven también este tipo de actividades no competitivas para mantener la motivación?
N: Antes de empezar a correr, caminaba mucho, hacía montaña, algo de alpinismo y también travesías invernales, pero cuando en 2015 empecé a competir -hasta entonces no podía por el reglamento- sólo quería entrenar y entrenar para estar más fuerte y rendir en competición. Más tarde, sobre 2017, pensé en utilizar este estado de forma para subir desde la puerta de mi casa hasta el Cerro del Caballo, que es el tresmil más cercano que tengo. Además, es el último del proyecto de los tresmiles de Sierra Nevada.
K: Y ahí empezó todo.
N: Si, mi cabeza cambió. Tenía en mente muchos referentes como Kilian Jornet y sus Summits of my life. Con esa filosofía y probando el Cerro del Caballo desde casa fue cuando mi cabeza empezó a darle vueltas y vueltas. De ahí surgieron los proyectos del Sulayr, la integral, la divisoria, los tresmiles. Poco a poco he ido haciéndolos todos, compaginándolos lo mejor que he creído con mi temporada de competición. Ahora me encuentro muy feliz de haber cerrado este círculo primigenio, de mis proyectos, que me ha servido para conocer estas montañas.
K: Este reto de Sierra Nevada ha sido como el final de un ciclo para ti, una travesía especial que has preparado durante mucho tiempo para unir todos los tresmiles de Sierra Nevada.
N: Este reto sirve para cerrar estos proyectos en Sierra Nevada antes de salir fuera. Estuve buscando información y no encontraba a nadie que los hubiera hecho. Con el libro Los tresmiles de Sierra Nevada, conseguí tener una lista en mis manos de los que se consideraban que alcanzaban esa altitud o no. Fui a ver picos que nunca había
hecho y fue algo que me motivaba. Requirió muchas horas sobre el mapa, así que el camino también ha sido bonito. He conocido sitios nuevos de Sierra Nevada y estoy contento con todo lo que ha conllevado este proyecto, no sólo con haberlo realizado.
K: Muchos corredores vienen de familia de montaña y en su casa se la inculcan desde muy pequeños. Tu hiciste algo de montaña y luego ya rápidamente saltaste a la competición. Puede que no sea lo más usual.
N: Es cierto que mi familia no tiene mucha tradición montañera, pero sobre 2010, sí que hice algo con mi padre. Empezamos juntos. Entre 2010 y 2015 salía mucho a caminar, pero en esos cinco años yo sólo pensaba en empezar a competir. Entonces, un día me llamaron y me dijeron que ya podía ir a una carrera. Conseguí buenos resultados rápidamente en categorías inferiores. Creo que fue por todos esos años en los que no había parado de hacer deporte, de subir a la montaña… Tenía una base que había ganado sin darme cuenta.
K: ¿Cómo fue ese inicio tan ansiado? ¡Tenías sólo 15 años!
N: Me llamó un amigo y me dijo que le acompañara a una carrera. No lo veía claro. Como dices, tenía sólo 15 años. Era el Campeonato de Andalucía de Carreras en Línea, en Sierra Elvira. Al poco tiempo de esto fui al Trail Cara los Tajos. No me federé porque consideraba que no tenía el nivel y que no haría una buena posición. Entré en meta segundo y no fui subcampeón de España por eso. En mi cabeza, no me veía corriendo tanto… [Risas].
K: Desde luego, ya apuntabas maneras con ese inicio.
N: Tengo buenos recuerdos de aquel año. Ya estaba gente como Dani Osanz o Jan Margarit haciendo cosas grandes y yo corría con ellos. Han pasado siete años y me vi la semana pasada haciendo una carrera por parejas con Jan. Me gustó mucho porque él siempre ha sido un referente para mí, aunque lo cierto es que nunca coincidimos en la misma categoría inferior.
Con el libro Los tresmiles de Sierra Nevada, conseguí tener una lista en mis manos de los que se consideraban que alcanzaban esa altitud o no. Fui a ver picos que nunca había hecho y fue algo que me motivaba. Requirió muchas horas sobre el mapa, así que el camino también ha sido bonito. He conocido sitios nuevos de Sierra Nevada y estoy contento con todo lo que ha conllevado este proyecto, no sólo con haberlo realizado.
K: Además, estáis en el mismo equipo, en La Sportiva.
N: Ya antes de estar corriendo juntos en el Team La Sportiva, teníamos un buen trato. Con Arnau Cases e Isaac Barti también, que son de mi misma generación. Es bonito ver cómo después de estos años seguimos consiguiendo cosas.
K: Juntos. Es un tema muy en boga en estos días. Sigue existiendo un buen fair play y compañerismo en este deporte.
N: Si, te doy un ejemplo. En Gorbeia Suzien me preguntaban cómo había preparado la carrera. Lo cierto es que el día de la prueba, me encontraba bien. Había entrenado para ello. Pero al final, esto no es cuestión de un año, sino de que en 2015 ya me estaba dando palos con Dani Osanz o con Arnau Cases. Es como una culminación de todas estas personas que me han hecho apretar. He aprendido mucho gracias a ellos. Ha sido el camino, que al final es lo más importante.
K: Leía a Ramón Ferrer, Monrasín, en su crónica de la Gorbeia Suzien: “Un rival muy maduro a sus escasos 22 años”. ¿Crees que han sido esta trayectoria, estos rivales y todos estos retos los que te han hecho madurar?
N: Me han servido para equivocarme y corregir. No ha sido algo lineal, sino una cuestión de fallo-error. En gran medida, ha sido gracias a los factores que mencionas.
K: Una madurez a muchos niveles que te hizo imponerte en Gorbeia Suzien. Te pones en cabeza a pocos kilómetros de meta. Algo de estrategia, un final muy técnico… ¿Cuál crees que fue el factor desencadenante de tu victoria?
N: Lo cierto es que yo estaba muy tranquilo, incluso el día antes de la carrera. Quería que hubiera barro para que el terreno estuviera técnico, pero tampoco me preocupaba. Por la meteorología, ha sido el año en el que más rápido se ha corrido. El récord lo tenía Zaid Ait Malek con tres horas y tres minutos. Yo empleé cinco minutos más, pero este año el recorrido era algo más largo. Comparando parciales, iba tres o cuatro minutos por debajo del tiempo de Zaid. Sin duda, este ha sido uno de los años en los que más rápido se ha corrido con diferencia.
K: Normalmente, cuando hay barro no suelen hacerse grandes tiempos.
N: Hablé con gente de allí que me dijo que había mucha cantidad de barro y que estaba muy líquido y peligroso. Pero si te movías bien, podías avanzar rápido. Tenía mucha confianza porque me encontraba en buen estado de forma. Tampoco tenía nada que me perturbara a nivel personal. Era aquí y ahora. No había otra preocupación. Creo que esa tranquilidad fue la clave. También tenia allí a mi familia.
K: El factor mental juega siempre un papel fundamental.
N: Yo suelo salir al ritmo que puedo mantener, pero esta vez me vi fuerte y pensé que para ganar la overall de la Copa del Mundo necesitaba entrar primero. Y para eso, quería controlar la carrera desde delante. Tenia confianza y me mantuve en un grupo de cuatro en cabeza. Creo que es de lo que más contento estoy, de cómo la gestioné. Justo antes de la última subida, estaba a más de tres minutos del keniata Bernard Cheruiyot. Pensé que al coronar tenía que recortar ese tiempo a la mitad. Dejé a Loic Robert atrás, y al llegar arriba, me encontré con mi hermano. Me dijo que me sacaba 01’20’’. Cuando lo cogí, se me enganchó y me lo puso muy difícil. Al final, acabé con mucha fuerza. Fue genial.
No sabría cómo describir la entrada en meta de Gorbeia Suzien. En la maratón de Zegama, en categorías inferiores, ya tengo metas muy bonitas que me han gustado mucho, pero reafirmarme en una categoría absoluta en el País Vasco, que es un sitio que me gusta mucho, donde tengo gente, fue algo muy especial. El año pasado sufrí mucho con la lesión del tobillo, y este invierno me ha costado rendir. Pero con esta victoria me he demostrado a mi mismo que puedo correr de esta manera y, que si vuelvo a caer, seré capaz de levantarme de nuevo.
K: Increíble. Y para acabar, esa llegada tan emocionante… ¿Qué te pasó por la cabeza, Nico?
N: No sabría cómo describir la entrada en meta de Gorbeia Suzien. En la maratón de Zegama, en categorías inferiores, ya tengo metas muy bonitas que me han gustado mucho, pero reafirmarme en una categoría absoluta en el País Vasco, que es un sitio que me gusta mucho, donde tengo gente, fue algo muy especial. El año pasado sufrí mucho con la lesión del tobillo, y este invierno me ha costado rendir. Pero con esta victoria me he demostrado a mi mismo que puedo correr de esta manera y, que si vuelvo a caer, seré capaz de levantarme de nuevo.
K: Ha sido una larga lesión que te ha obligado a parar y en la que has tenido varias recaídas.
N: Más de un año. Soy bastante reservado para hablar de mis recuperaciones. No se ha notado tanto porque he conseguido algún resultado. Volvía, hacia una buena carrera y recaía. Lo he pasado mal. En el mundial, iba tercero con opciones de todo y se me fue de nuevo. Quedaba la bajada final, iba detrás de Dani Osanz, y pensé que tenía ya la medalla. Finalmente, salí de allí en helicóptero. Me decía que eso era parte del deporte mientras esperaba sentado en una piedra a que me sacaran de allí. En el camino de la recuperación, he intentado buscar siempre lo positivo. Gestionarlo de la mejor manera posible. Igual me equivoqué compitiendo demasiado antes. En Gorbeia Suzien, a falta de tres kilómetros para meta, sólo pensaba en que debía evitar que se fuera el tobillo.
K: Antes de ganar Gorbeia Suzien, ya te habías proclamado, en categorías inferiores, varias veces campeón del mundo en los Youth Skyrunning World Championships, en Zegama, en la YCC-UTMB, pero la victoria de Gorbeia pone tu nombre en la categoría absoluta.
N: En categorías inferiores, he conseguido todo lo que me he planteado, pero, para muchas promesas, el salto a la absoluta es complicado. No significa que porque hayas ganado muchas carreras como juvenil vayas a hacerlo como absoluto. La victoria de Gorbeia me ha servido para reafirmarme, para decirme que puedo seguir soñando. Quiero verme ganando en carreras absolutas, en Zegama, en UTMB… Ya pensaba que podía vencer en Gorbeia, pero haberlo hecho me ayuda a creer más. No quiere decir nada, pero por pensarlo y por trabajar para ello, no se pierde nada.
K: Tras ver cómo te desenvuelves en tus retos de larga distancia, ¿te planteas hacer carreras de más kilómetros?
N: He estado haciendo muchas carreras de distancias inferiores a los 15 kilómetros. Este año ha sido el primero en el que estoy corriendo distancias mayores, aunque inferiores a los 35 kilómetros. En los proyectos que hago, todo es diferente. El sendero Sulayr tiene 300 kilómetros, la divisoria de Sierra Nevada llega a los 80, la ruta de los tresmiles son 50… Al final, hago un proyecto de este tipo al año, pero mi preparación está centrada en carreras de no más de 30 kilómetros. Quizás, más adelante, esté listo para debutar en Zegama, que es una de las cosas que más ilusión me hacen.
En categorías inferiores, he conseguido todo lo que me he planteado, pero, para muchas promesas, el salto a la absoluta es complicado. No significa que porque hayas ganado muchas carreras como juvenil vayas a hacerlo como absoluto. La victoria de Gorbeia me ha servido para reafirmarme, para decirme que puedo seguir soñando. Quiero verme ganando en carreras absolutas, en Zegama, en UTMB… Ya pensaba que podía vencer en Gorbeia, pero haberlo hecho me ayuda a creer más. No quiere decir nada, pero por pensarlo y por trabajar para ello, no se pierde nada.
K: Tienes como una hoja de ruta muy clara. Creo que ha habido una persona que te ha guiado durante mucho tiempo.
N: Sí, Iván Ortiz. Para mí, tanto él como mi club han sido figuras clave. Iván me cogió probablemente en el momento más importante, cuando tenia esos 15 años. Fue la persona que me echó el freno y quien me inculcó esta filosofía. Hasta los 18 estuve entrenando con él. Siempre le he escuchado mucho. Yo era una persona a la que le costaba estudiar. Él les daba mucha importancia a mis resultados académicos. No me dejaba entrenar ni competir si no estudiaba. Marcó un camino. También fue importante que yo le escuché, porque podría haber hecho lo que me hubiera dado la gana. Aún, hoy en día, sigue siendo un apoyo con el que puedo contar y al que no dudo en llamar. Si estoy aquí es por gente como él, mi familia, Javier Argüelles… Soy muy afortunado por haber tenido este círculo de personas y también de haberlos escuchado.
K: Campeón de las Skyrunner World Series. ¿Te planteas este resultado en la Copa del Mundo de Esquí de Montaña? Está complicado por el alto nivel internacional y más teniendo en cuenta que hace relativamente poco que esquías.
N: Hasta los 16 años nunca me había puesto unos esquís. Cuando se le dio mi nombre a un sendero en Granada, la gente del club recaudó un dinero que sirvió para comprarme un equipo completo de esquís. Darle equipación a alguien que ya ha esquiado antes es fácil, pero confiar en una persona que nunca en su vida ha hecho ese deporte fue algo muy importante para mí. Trabajo para ello. En 2026, son los Juegos Olímpicos, aunque es muy complicado. Pero también lo era ganar en Gorbeia Suzien. Estoy en el Programa de Tecnificación en Esquí de Montaña de la Federación Andaluza, rodeado de buenos técnicos. Me cuesta más rendir con los esquís, pero creo que todo lo que he trabajado aún no se ha visto reflejado. No sé si saldrá, la verdad, pero por mi no será. Si no, la vida no se acabará ahí. Continuaré esquiando.
K: Hemos hablado de muchos retos, de tu carrera en los mundos del trail runnig y del esquí de montaña… Sé que hay algo esperándote: Alpes.
N: Tengo varios proyectos en mente, pero aún no sé qué voy a hacer. En los Alpes, hay algunas montañas que conozco relativamente bien. He pasado bastante tiempo allí durante los veranos. En África, también hay otras que me gustan y me motivan, pero tengo que ver qué opciones tengo.
K: Por soñar que no sea, Nico.
N: Exacto. Soñar y pasarlo bien.
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