22 Mar PATRICK EDLINGER. La vida en la punta de los dedos. Opera vertical
PATRICK EDLINGER. LA VIDA EN LA PUNTA DE LOS DEDOS
Año: 1982.
Dirección: Jean-Paul Janssen
Duración: 26:06 min.
Texto por Kissthemountain
En medio del materialismo de los años 80, un joven escalador talentoso e intrépido reivindica que unos pies de gato y unos acantilados perdidos en medio de la nada pueden llenar una vida.
Con La vida en la punta de los dedos, Patrick Edlinger crea ante nuestros ojos su mito, modelado por un cineasta que murió demasiado pronto, Jean-Paul Janssen, y que intuyó antes que nadie el giro de la sociedad hacia los deportes en la naturaleza.
La cinta es mucho más que un film de escalada; es una película de culto. El solo integral, los movimientos precisos en la pared vertical, el escalador colgado de una sola mano sobre el abismo, los latidos del corazón y la respiración al unísono con unos compases de música sintética -Kraftwerk, The Alan Parson Project- provocan una visión hipnótica, mientras que el discurso con tintes libertarios recuerda algunos de los valores de la contracultura.
Durante el rodaje, Gilbert Loreaux, cámara de la película, sugirió dejar una cuerda en la ruta, por si acaso… “Edlinger nunca lo quiso. Comentó que le molestaría y nos dijo que no nos preocupásemos, que no había riesgo. Se jugaba la vida, y quería hacerlo a fondo, sin tonterías. En todo caso, estaba seguro de sí mismo. Tenía una confianza terrible“.
PATRICK EDLINGER. ÓPERA VERTICAL
Año: 1982.
Dirección: Jean-Paul Janssen
Duración: 26:58 min.
También traemos en este artículo un segundo documental -de 1982- del pionero Patrick Edlinger, en una de las primeras películas de la disciplina, tan fascinante o más que una cinta moderna con tecnología cinematográfica avanzada. El film, realizado también por Jean-Paul Janssen, presenta la escalada al gran público y eleva a los escaladores a héroes modernos que parecen despreciar el riesgo y la muerte.
Edlinger escala en solo en Buoux y en las paredes de las gargantas del Verdon, su tierra favorita. Una escena final y antológica muestra un primer plano de Edlinger escalando en solo y descalzo una ruta realmente complicada sobre cientos de metros de vacío acompañado de la música de Johann Sebastian Bach. De lo más bello que puede verse en el mundo de lo vertical.
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