09 Ene PAU ESCALÉ. Go to parad-ice
PAU ESCALÉ GO TO THE PARAD-ICE
Año: 2012.
Director: Eduard Miguel.
Producción: Zeba Produccions.
Duración: 28:18 min.
“No existe nada en la Tierra que no sea hielo. La piedra sirve para aguantarlo, el agua para formarlo y el aire para respirar y poder escalar en hielo. Todo. Todo sirve únicamente para poder escalar en hielo”.
Pau Escalé pasaba de lunes a viernes en su empresa de trabajos verticales. Cuando llegaba el fin de semana, el magnetismo que en él ejercían los Alpes le llevaba a conducir hasta esta cordillera para poder poner en práctica lo que más amaba: escalar en hielo. La rutina se repetía todas las semanas entre los meses de noviembre y marzo, buscando cascadas de alta dificultad en los infinitos valles alpinos. Pau era un obsesionado de la escalada en hielo al que no se le resistían emblemáticas cascadas como La Massue, en Fer-à-Cheval, llegando a adentrarse incluso en la escalada de seracs, terreno prohibido para muchos.
Para Pau, la temporada de hielo debería durar 12 meses.
Fanático de aquellas vías que no sólo te exigen el mayor compromiso físico, sino también el mental, esas que te dejan marca, esas que te destrozan el cerebro, según él decía, Escalé falleció en 2012 haciendo lo que más le gustaba, cuando la columna de hielo por la que progresaba en Gavarnie colapsó. Sin duda, Escalé fue uno de los mejores escaladores de hielo de nuestro país, no sólo por su prolífica carrera, sino por la fuerza de su discurso y por su manera de entender la vida y la escalada que inspiraba y sigue inspirando a muchos amantes de lo vertical.
Sus palabras retumban en aquellos que las escuchan. Un discurso inspirador y vitalista que nace de una motivación intrínseca, de una visión única de la vida y la muerte, de vivir al máximo y de aprovechar cada segundo.
“Yo creo en cosas que he visto y que me han impactado. Y hay cosas que me hacen luchar, como el fallecimiento de mi madre. No me sirve para escalar a muerte, sino para darme cuenta de lo importante que es la vida. Es algo que me cambió el chip, que me hizo despertar. Me dieron una hostia con la mano abierta y me dijeron: «chaval, hay estos días de vida; lo que te queda tienes que aprovecharlo». La gente se muere, pasa cada día, y no hay ningún problema. Lo tenemos asumido. Lo que sí qué encuentro extremista total es que incluso así, teniendo conocimiento de esto, haya personas que no aprovechan la vida. ¿Cómo es que si te gusta algo no lo haces al máximo, al extremo? ¿Cómo es que eres tan gandul y te quieres tan poco a ti mismo que no luchas? No me puedo permitir esto. Me quiero tanto a mí mismo y a la vida que no me puedo sentar a verla pasar. Y tiene tanto valor, cada minuto, cada fin de semana… Que haya hielo es muy importante. Yo vivo feliz. Estoy muy contento haciendo esto. Es lo máximo. Me da igual si me mato. Eso sólo me importa a mí. Es mi vida y no la de nadie más. ¡Que se preocupen por su vida! Que cuando lleguen a viejos, si quieren llegar y lo hace, miren atrás y estén contentos, que el corazón les queme dentro del pecho y les palpite con tanta fuerza que les toque las costillas, pero de alegría, pensando que han luchado durante toda su vida. Me he levantado cada día a las seis de la mañana, incluso los sábados, y me ha valido la pena. También los kilómetros, la lucha y aguantar que la gente piense que estamos flipados. Yo me quiero morir de contento, no de viejo”.
El 10 de marzo de 2012, Pau Escalé fallecía cuando se encontraba en el segundo largo de La Dame du Cirque, en territorio francés. Lo hizo escalando en hielo, practicando lo que más le gustaba. No murió de viejo, sino de contento. Este documental, con guion y dirección de Eduard Miguel, bajo la producción de Zeba Produccions, tiene una duración de algo más de 28 minutos, y nos permite conocer mejor la figura de un escalador convertido en mito. Para los que no hablamos catalán, tenemos disponibles subtítulos en castellano.
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