The Skymasters. Limone 2019. El último ascenso.

11 Nov The Skymasters. Limone 2019. El último ascenso.

Llueve. Una gran multitud espera en la línea de meta situada junto al lago di Garda. Hay nervios. Mucha tensión. Ruy Ueda ha estado mandando prácticamente desde el inicio de la prueba que proclamará al vencedor de las Skyrunner® World Series. Su ventaja no ha llegado a ser superior a los tres minutos. En los últimos kilómetros, Oriol Cardona ha apretado los dientes y se ha dicho que es ahora o nunca. A falta de poco para el final, consigue dar caza al japonés. Llevan toda la temporada luchando codo con codo. Algunas carreras han sido para Oriol y otras para Ruy. No ha habido mejores rivales. Todo se va a decidir en los metros finales y por megafonía a veces se dice que marchan juntos y otras que les separan no más de diez metros. Épico. Algunos desean que sea Cardona el que corte la cinta; otros esperan a Ueda. Los gritos provenientes del final del paseo indican que alguno de los dos se acerca. Es el japonés. Con lágrimas en los ojos se coloca el maillot que le proclama vencedor de The Skymasters y por tanto ganador de la Copa del Mundo. A escasos segundos entra el corredor catalán. En su rostro, cierta decepción. Lo primero que hace es abrazarse a su máximo rival. Este deporte es único, pero ahora entraremos en ello.

Nadie podría haber imaginado un final tan espectacular como el vivido en las calles de Limone. Una temporada, 15 carreras, una final, y la Copa del Mundo se decide por unos escasos diez segundos. Esto es Skyrunning. Éste es el deporte donde se puede tocar el cielo con las manos.

Ruy Ueda no puede contener las lágrimas. Se abraza a los numerosos periodistas venidos desde el país del lejano oriente. También lo hace con los miembros de la organización del circuito. Sin duda, se generan grandes vínculos que en muchos casos se convierten en amistad. Finalmente, se funde en un gran abrazo con Oriol Cardona. La cara de este último indica tristeza, pero no duda en mostrar todo su cariño hacia el japonés. Tras más de cinco segundos, se separan. El español coge el brazo del japonés, lo levanta hacia el cielo, se vuelve a los numerosos fotógrafos allí congregados y le señala con el dedo índice indicando que allí tienen al campeón. No hay otro deporte como éste. Los que lo amamos, nos sentimos muy afortunados de poder haber vivido este momento que pasará a la historia.

Sheila Avilés ha sido la gran dominadora de la temporada. Ha vencido en varias carreras a todas las rivales que en esta gran final podrían arrebatarle un título más que merecido. La baja de Johanna Åström hace que su batalla por el título vaya a dirimirse únicamente contra Ragna Debats. Casi nada. El año pasado la holandesa ganó todos los títulos en juego. Tanto Sheila como Ragna llevan escrito en su ADN la competitividad.

Sheila Avilés ha jugado con gran maestría sus cartas. Ha dejado que se marche por delante la rumana Denisa Dragomir. De hecho, para la clasificación final, a la corredora de Igualada le beneficiaba esta situación. En cualquier caso, ya en la primera dura subida ha sacado unos cuatros minutos a Ragna. Prácticamente durante toda la prueba se ha visto vencedora de la clasificación final de las Skyrunner® World Series. Pero en este deporte influyen muchos factores. Por eso, cuando cruza la meta en segundo lugar proclamándose vencedora de la Copa del Mundo, su rostro cambia de la tensión a la relajación. Levanta un dedo al aire. Se abraza a Albert Jorquera, una de las almas de este circuito. Mira a su alrededor. Busca a los suyos. Allí está Andrés Arroyo, su entrenador. Pero todavía no acude a su encuentro. Espera a Ragna Debats en la línea de meta. La holandesa llega con el rostro desencajado por el esfuerzo. Se abrazan. Se dicen cosas al oído. Se sonríen. Se besan. Y es entonces, cuando se dirige a su preparador físico y coach. Salta sobre él con las piernas abiertas y se funden en otro de esos abrazos que ambos tardarán mucho tiempo en olvidar. El corredor Manuel Anguita también anda por allí. Mientras se abrazan, el andaluz le dice que ella es la número 1. Sheila no puede contener las lágrimas.

Ha sido un final perfecto para una temporada perfecta. Las Migu Run Skyrunner® World Series han hablado. Es la Copa del Mundo. Nacieron en 2004. Cumplen ya muchos años, pero están más vivas que nunca. El nuevo diseño con cuatro carreras Supersky y una final, The Skymasters, ha sido todo un éxito. El telón ha caído. El público, nosotros, gritamos “otra, otra, otra…”. Pero no hay bises. Afortunadamente, para unos exhaustos corredores. Habrá que esperar hasta la primavera de 2020 para que el show continúe.