
24 Mar XV TRANSVULCANIA TERREX LA PALMA ISLAND. La carrera más bella del mundo
Por Kissthemountain
Kilian Jornet, Anna Frost, Emelie Forsberg, Luis Alberto Hernando, Jonathan Albon, Ruth Croft, Dakota Jones, Martina Valmassoi, Ida Nilsson, Miguel Heras, Ragna Debats, Pere Aurell, Abby Hall, Petter Engdahl, Thibaut Garrivier, Tim Freriks, Mónica Aguilera, Salva Calvo, Nerea Martínez y Marta Prat. Creo que no me dejo a nadie. Algunos ya no compiten; otros son los corredores del momento; unos pocos parecen que han estado siempre y seguirán estándolo. Corredores y corredoras que tienen algo en común. Se han impuesto en la prueba reina de Transvulcania Terrex La Palma Island, la Ultramarathon, esa icónica prueba que parte del Faro de Fuencaliente para tomar el GR 131, también conocido como “Ruta del Bastón”, hasta llegar al Puerto de Tazacorte y conectar ahí con el GR 130, Camino Real de la Costa, para dirigirse a la Plaza de España de Los Llanos de Aridane, la meta de la carrera de los palmeros y, con el permiso de ellos, de todos los que amamos este deporte desde hace ya muchos años.
En enero de 2016, lanzábamos el primer número de esta revista que hoy tienes en tu pantalla. Tres meses más tarde, en el mes de abril, era el turno de “Huellas”, nuestro cuarto lanzamiento. Allí, junto a una charla con Maite Maiora, un reportaje sobre el proyecto Summits of My Life de Kilian Jornet, y otros contenidos, publicábamos el primer artículo de los varios que hemos preparado sobre la TRANSVULCANIA, en mayúsculas. Hoy, casi nueve años más tarde, vuelvo a leer ese artículo y consigo emocionarme tanto como el día en el que lo escribí. De hecho, traigo los párrafos que lo abrían:
“Faro de Fuencaliente. Noche. Frío. Nervios. Saludos. Corralito. Tensión. Auto revisión de material. Cuenta atrás. Salida. Nervios. Sendero. Sensaciones. Calma. Contención. Aliento. Los Canarios. Avituallamiento. Público. Ánimos. Fuerza. Optimismo. Concentración. 1.000 metros sobre el nivel del mar. Belleza. Mar. Calor. Agua. Piedra volcánica. Las Deseadas.
Ritmo. Comodidad. Bajada. Control. Disfrute. Vista levantada. Bosque. El Pilar. Intensidad. Rompepiernas. Hidratación. Hidratación. Hidratación. Fuerza física. Fortaleza Mental. Subida. Más subida. Piernas pesadas. Desfallecimiento. Sobrepasado. Bajada de moral. 2.000 metros. Pico de la Nieve. Psicología. Técnicas. Herramientas. Sonrisa. Pensamiento positivo. Familia. Entrenamientos. Mar de nubes. Pico de la Cruz. Caldera de Taburiente. Belleza natural. Calor. Agua. Mirada al frente. Recuperación. Observatorio. Roque de los Muchachos. 2.420 metros.
Comida. Más agua. Estiramientos. Palabras de ánimo. Tres minutos. No más. Hacia abajo. Vuela. Concentración. Ritmo. Intensidad. Adelantamientos. Ligereza. Moral. Optimismo. Velocidad. Sendero limpio. Disfrute. Torre del Time. 1.156 metros. Pesadez de piernas. Pesadez mental. Calambres. Terreno técnico. Sufrimiento. Extenuación. ¿Abandono? No. Técnicas. Herramientas. Psicología. Un poco más. Bajada al puerto. Zetas. Sonrisas. Ganas. Música. Público. Ánimos. Tazacorte. Cinco kilómetros. 0 metros.
Hidratación. Cabeza dentro de cubo de agua. Subida. Calor. Mucho calor. Infierno. Calambres. Cauce de río seco. Corredores tirados a los lados. Mirada al frente. Reproductor de música. Pensamientos positivos. Tres kilómetros. Dos. Calles. Asfalto. Recta final. Gente. Mucha gente. Niños. Choques de manos. Caras de admiración. Alfombra roja. Meta. Lágrimas. Orgullo. Para ti… Los Llanos de Aridane”.
Dos años antes, en la edición de 2014, la que coronó a Luis Alberto Hernando por primera vez, tras un épico duelo con Kilian que ha pasado a los anales de la historia del trail, y a Anna Frost, por segunda, tras repetir la victoria lograda en 2012, yo también era parte de esa línea de salida. La descripción de la carrera que hemos traído con frases cortas era la de la mía. Y me imagino que la de cientos de corredores más que sufrieron y disfrutaron a partes iguales, y que no olvidarán jamás lo vivido. De hecho, creo que todavía hoy puedo recordar todas esas sensaciones expuestas que viví durante los 73 kilómetros, la ropa y las zapatillas que llevaba y, por supuesto, mis sentimientos, compartidos con todas las personas que llenaban esa plaza, al cruzar la línea de meta de UNA DE LAS CARRERAS MÁS ICÓNICAS que existen en el universo trail running.
Entre los próximos días 8 y 11 de mayo, Transvulcania celebrará su 15ª edición. Desde aquel lejano 2009, año de la celebración de la primera, muchas cosas de esta carrera se han mantenido, algunas han cambiado y otras, u otra, se ha recuperado. Entre las primeras, la majestuosidad de una isla que parece que nació de entre las profundidades del mar para ser el escenario perfecto de este deporte; entre las segundas, la ampliación a otras distancias más allá de la modalidad ultra de las que a continuación os dejamos algún dato técnico y palmarés, y que este año incorpora dentro de un Plan de Accesibilidad Global, una carrera inclusiva con Joëlette; y entre las últimas, las perdidas y recuperadas, el vínculo de un pueblo con SU carrera, a la que ama y adora hoy como el primer día, tras años grises en los que pareció que la Transvulcania le daba en cierta medida la espalda.
Transvulcania hay que vivirla, aunque sea una sola vez en la vida. Muchos consideran que en cuanto a recorrido es la mejor carrera del mundo, no sólo por su belleza sino porque tiene todo el sentido del mundo que permite conocer gran parte de la isla de La Palma. Yo añadiría algún motivo más: el calor de la gente, su perfecta organización, las calles y el ambiente de Los Llanos de Aridane, la música, la perfecta convivencia entre aficionados y los mejores corredores del mundo, la omnipresencia de la montaña y del océano… Transvulcania es mucho. Vuelve LA REINA.
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