Esteban “Topo” Mena soñaba desde tiempo atrás con realizar la primera ascensión de una nueva ruta en la vertiente noreste del Everest. Ese sueño le llevó en 2019 a unir fuerzas con Cory Richards, el primer estadounidense en escalar un pico de 8.000 metros en invierno formando cordada con Denis Urubko y Simone Moro, y protagonizar una de las expediciones más remarcables del momento. Un proyecto de una enorme magnitud que se vieron obligados a abandonar a 7.600 m por las condiciones de la pared y una meteorología que no mostró la clemencia suficiente. Este revés, no obstante, no hace más que alimentar aún más las ganas de progresar en el lado salvaje de la pirámide de hielo y roca en el dúo de montañeros, quienes prometieron volver la temporada siguiente.
Sin embargo, debido a la pandemia mundial, la cara norte del Everest permanece cerrada, por lo que el ambicioso dúo, junto a Carla Pérez y Tommy Joyce, dirige su atención en 2021 a una nueva ruta futurista en el Dhaulagiri, la séptima montaña más alta del mundo. Esta ruta, sin embargo, parece mucho más dura y propensa a las avalanchas que el Everest.
Cuando el riesgo de muerte en el Dhaulagiri estresa al equipo hasta el punto de ruptura, los escaladores se ven obligados a enfrentarse a la cuestión de por qué escalan y si verdaderamente merece la pena.