“Estás un par de semanas haciendo una actividad muy dura y, de repente, te tienes que quedar en una tienda sin salir durante días sobre una repisa. El contraste es muy bestia. A nivel psicológico, muy duro. A 5.700 metros estás muy expuesto. Las tiendas se llenaban hasta arriba de nieve. Tenía que coger la pala para que no se rompieran. El viento por las noches era tremendo. En muchas de ellas, dormía atado porque pensaba que podía salir volando. Pasan los días y no puedes dormir bien, el frío hace mella, la altitud cierra el estómago y te crea náuseas. Te vas debilitando. No comes, no bebes y no duermes bien”.
Edu Marín, formando cordada con su padre de 70 años, Novato, y su hermano, Alex, acaba de conseguir la primera repetición de la que es probablemente la más icónica y famosa big wall en altitud: Eternal Flame, en la Torre Sin Nombre, en Pakistán, a más de 6.000 metros. Esta vía fue abierta en 1989 por Wolfgang Güllich, Kurt Albert, Christof Stiegler y Milan Sykora, y hasta ahora, sólo contaba con una ascensión en libre por parte de los hermanos Huber en 2009. Edu, en este caso, ha realizado todos los largos de primero. Hablamos con el escalador de PETZL sobre la gestión de la altitud y la soledad a la que se enfrentó durante más de 10 días sobre una repisa en la Snow Ledge y en Sun Terrace, sobre las emociones del logro de un sueño en familia y sobre su futuro que en estos momentos le lleva a seguir empujando en la escalada de dificultad en altitud.