“¿Por qué soy voluntario de UTGS? Porque siempre me ha gustado ayudar a las personas. Mi profesión estaba en los cuerpos de seguridad. Ya entonces, cuando ayudábamos a alguien, por ejemplo dándole cobijo en el coche durante una tormenta mientras llegaba la grúa, sólo verles la cara, su alegría ante una ayuda, era algo que me llenaba mucho. Ser voluntario, en cierta medida, es como recuperar eso. Siempre había tenido ilusión por ser voluntario aquí en Alquézar. Por eso, me apunté en cuanto pude. Une la ayuda a los demás con la montaña, que siempre me ha enamorado. Soy voluntario porque quiero ayudar. Como decía antes, si me pagaran no vendría. ¿Cuánto vale un trabajo a destajo durante horas y horas y días y días? Esto es muy duro. Lo haces porque estás a gusto.
Ves a los organizadores sacando todo adelante, nerviosos, con caras de agobio y preocupación y sientes que tienes que ayudarles. Te implicas mucho. Cuando hay un problema, te miras con el de al lado y nos decimos que esto hay que sacarlo adelante, que podemos con ello. Luego está el agradecimiento de la gente que reconoce el gran esfuerzo que hacemos“.