El Eiger nunca ha dejado de ser centro de atención. El alpinismo del siglo XXI ha encontrado aquí uno de sus mejores espacios de expresión. Sigue siendo fuente de inspiración para los mejores alpinistas del mundo. A través de la historia de estas grietas míticas, en diciembre de 2015, los guías de montaña Lorenz Frutiger y Louis Laurent vuelven a visitar uno de los monumentos alpinos por excelencia.
A los dos escaladores se les iluminan los ojos al verlo. El Eiger es una montaña emblemática cuyo nombre se pronuncia con respeto en todas partes. A continuación, comienza una descripción detallada de cada ruta. A lo largo del tiempo y a través de las gestas de los escaladores que se adentraron en la pared, una treintena de vías diferentes han visto la luz. La más conocida es, por supuesto, la histórica vía abierta en 1938 por Anderl Heckmair, Ludwig Vörg, Heinrich Harrer y Fritz Kasparek. El suizo Lorenz Frutiger repasa cada ruta, nombrada por su abridor o abridores. Los mejores alpinistas de cada generación, en la cima de su arte, vinieron a grabar sus nombres para la posteridad: Harlin, Lauper, Messner, Piola, Ghilini… Todas las naciones querían también demostrar la excelencia de sus alpinistas: Polacos, checos, rusos, japoneses…
Inaugurada en 1970, la ruta japonesa es una magnífica línea vertical, una de las más directas. Lorenz optó por llevar a su compañero de cordada a clavar los piolets en la mitad superior de la ruta. Cuando vio esta línea, afloraron diferentes sentimientos encontrados: una mezcla de fascinación y emoción, respeto y humildad. “Para un alpinista, la fascinación reside en medirse con la dificultad de una cumbre. A pesar de los muchos días que he pasado escalando la pared, siempre siento un profundo respeto y humildad”, comenta Lorenz. La cara norte del Eiger es realmente impresionante. Cuando la abordas por primera vez, te sientes muy pequeño. Frutiger y Laurent, que han estado hablando mucho, permanecen en silencio unos minutos más, frente a la cara. Saben que mañana empieza lo serio: descubrir qué la hace grande, abrazar su verticalidad paso a paso y compartir el mito del Eiger en este documental que nos deja fascinantes imágenes y distintas formas de entender la montaña.
