Un lugar donde el tiempo se para. Una tierra de gente arraigada a la tradición que reniega de los cambios, donde las cosas se hacen como antes, sin prisa. Un paraíso donde lo desconocido ejerce una atracción irresistible. Madagascar fue el destino elegido para esta aventura de escalada y salto BASE. La apertura de un salto nuevo en un país tan lejano y remoto era el proyecto… Pero los sueños hay que trabajarlos.
“Vimos que el valle del Tsaranoro era un lugar emblemático de escalada de largos. Las reseñas estaban muy dispersas en diferentes páginas por lo que tuvimos que hacer un trabajo de recopilación para organizarlas y podernos hacer una imagen mental del lugar para trazar un plan. En esta búsqueda encontramos por azar una reseña de un salto BASE que nos llevó a descubrir un total de tres exits ya abiertos: en la pared de Karambony, en la pared de Tsaranoro Be y otro en un gran pilar desde esta misma pared para el que había que rapelar más de 100 metros. Ya por aquel entonces teníamos claro que, dado que era una zona de escalada bastante manida por la que se habían dejado caer ya grandes figuras, desde su descubridor Kurt Albert, pasando por Lyn Hill, hasta Adam Ondra entre otros, queríamos que el nuevo proyecto fuera abrir un salto BASE”.
La roca granítica, la atmósfera, la magia de África… Una aventura soñada que toma forma con la mejor de las recompensas: los buenos amigos que se hacen en el camino.