“Las montañas me lo han enseñado todo”.
Cuando te adentras en el mundo de la montaña en época invernal y has de afrontar los peligros asociados a ese entorno has de tener una confianza enorme en las personas que te acompañan en cada actividad. Difícilmente esa confianza se genera desde el primer día. Es algo que se desarrolla y construye con el tiempo, y que finalmente da sus frutos haciendo que te rodees de una serie de personas que comparten contigo esa pasión, mentalidad y motivación.
De Madawaska, en el estado de Maine, a la meca del alpinismo, Chamonix. De un entrenamiento riguroso donde una puerta sucedía a la otra en una pista marcada en New Brunswick, al descubrimiento del esquí de montaña en espacios abiertos e infinitos en Colorado. De guía de esquí a guía de alta montaña UIAGM. La senda de Mike Arnold se dirigía irremediablemente hacia un destino donde el horizonte no fuese otro que el dibujado por siluetas que apuntan al cielo por encima de los 4.000 metros en el corazón de los Alpes: el Valle de Aosta… Gran Paradiso, Monte Rosa, Matterhorn, Grand Combin, Mont-Blanc… un escenario imponente donde la profesión de guía de montaña alcanza la más alta consideración y respeto.
Y un terreno donde el esquí de montaña se sitúa en otra dimensión.
“Tenía un pie en la roca y el otro en la nieve y, de pronto, toda la montaña se vino abajo. Era una fuerza que nunca antes había sentido. Todo el mundo habla acerca de la fuerza de las montañas, lo que se siente en una avalancha… piensas en eso, pero nunca sentí esa fuerza hasta que fuimos arrastrados por este alud”.
* Mike Arnold es atleta de The North Face y en el documental va equipado con la nueva colección Dawn Turn que la firma americana ha desarrollado específicamente para el esquí de montaña. +INFO