No estaban seguros de poder cruzar aquel río helado. El conductor se bajó del vehículo e inspeccionó el estado del suelo, probando la consistencia de la nieve. En ese momento les dijo que se bajaran de la furgoneta. Arrancó de nuevo y unos metros más adelante la mitad de la pequeña furgoneta quedó sumergida bajo la capa de hielo. El chófer saltó al agua helada, sin guantes, sacando los bloques de hielo con sus propias manos bajo la perpleja miranda de Simone Moro y Tamara Lunger.
Moro convenció a Lunger para viajar hasta la más recóndita región de Sakhan, el hogar del Pik Pobeda, la montaña más alta de la cordillera de los Montes Cerskij, en el lugar más frío de la Tierra, en Siberia, en el Círculo Polar Ártico, con la intención de hacer la primera ascensión de este enorme monolito de nieve, roca y hielo. Aunque el Pik Pobeda cuenta con escasos 3000 metros, sus condiciones invernales lo hacen extremo, y único en todo en el mundo.
La cordada italiana diseñó su expedición para pasar el mínimo tiempo posible expuestos a las inclemencias de esta extrema meteorología. Moro además detectó la necesidad de hacer el ataque en un día nublado al presentar temperaturas más estables, a diferencia de las ventanas de buen tiempo del Himalaya, donde suelen hacerse los intentos de alcanzar las cumbres en días despejados.
La programación exigió diversas noches compartidas en una cabaña con los agrestes nómadas siberianos, que ignoraban a Lunger por su condición de mujer. Tras alcanzar la base de la montaña y una solitaria noche en la tienda bajo temperaturas extremas, inician una escalada con fragmentos más técnicos de lo que esperaban que obligaron a la cordada a adaptar la estrategia. Una ascensión prácticamente a ciegas, sin ver la cumbre en las siete horas y media que duró el ataque a cima, y una bajada de más de cuatro horas en las que Lunger tropezaba y caía al suelo una vez tras otra mientras que en su mente rondaba un único pensamiento: “Y si no me puedo levantar”.
Para Moro la ascensión al Pobeda significaba un reto, ponerse al límite en una ascensión invernal en un lugar remoto y desconocido, para Lunger la búsqueda de un lugar donde ser ella misma.
Una aventura como las de antes, de exploradores en lugares remotos de la tierra. Porque para Moro la exploración aún es posible, pero sólo si te mantienes curioso para entender dónde está verdaderamente esa exploración.