El Rodellar Climbing Festival se ha convertido ya en una fecha ineludible en el calendario de muchos escaladores. Y cuando vas por primera vez entiendes muy bien por qué. Tiene un programa envidiable de principio a fin, aunque parametrizado todo parece fluir a la perfección. Con el ambiente del viernes, ya puedes intuir lo que se está cociendo para el sábado. Escaladores y escaladoras van llegando; sus coches adornados con pegatinas no dejan lugar a dudas. Mochilas gigantes, cuerdas, sonido de cacharreo, esos antebrazos y aquellos dedos “inhumanos”, como dirían los Pou. Un nido de fanatismo.